Capítulo 121
Sofía levantó la mirada, observándome con una expresión perdida.

—Así podremos preguntarle directamente a los compañeros sobre la razón —le dije en voz baja para tranquilizarla. Sofía seguía desanimada: —En realidad, hoy también quería preguntarles, pero no puedo... —No puedo hablar —confesó. —Tranquila —le respondí—, con casos como el tuyo no se puede forzar nada: lo haremos poco a poco. —Algún día lo lograrás —añadí. Sofía asintió con fuerza: —¡Sí!

Lo que no le había dicho a su madre era que veía a otros niños con amigos y los envidiaba profundamente. Incluso pensaba en secreto: "Si tuviera amigos..." Se preguntaba si lograr hablar con los demás le permitiría hacer buenos amigos. Daniel regresó y me hizo una seña negativa con la cabeza. Mi ánimo se tornó pesado, pues parecía que ni el profesor conocía la causa.

La llevé hasta el auto. La situación de Sofía era especial: no podía comunicarse con nadie salvo conmigo y Daniel. Ni siquiera si la molestaban diría algo al profesor. Sabía q
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