LoganCamino lenta y temblorosamente por la sala de mi casa. Todo estaba a oscuras y en silencio total. No me sentía bien. Mi cabeza daba vueltas y solo tenía ganas de vomitar.Me siento una basura, me siento sucio... Me siento una completa mierda. ¿Qué fue lo que hice? ¡¿Qué demonios fue lo que hice todo este tiempo?! ¿Cómo fui tan ciego? ¿Cómo no pude ver a la maldita persona que estaba a mi lado? Me dejé cegar, me dejé manejar a su completo antojo. Todo este tiempo... ¡Dios! ¡Maldita sea! Con el mismo paso tembloroso, llego hasta mi oficina y, al llegar a mi licorera, tomo un vaso y mi botella de bourbon, ya por la mitad. Últimamente, se había convertido en mi mejor amigo para desestresarme y pensar mejor las cosas. Cuando Larissa estuvo de reposo y me quería lejos de su lado, fue mi único compañero... además de Thomas y del idiota de Park. Ese idiota. ¡Maldición! Lleno mi vaso por la mitad y bebo todo el contenido de golpe. Mi garganta se quemaba con aquel líquido ámba
Larissa—¡Larissa, espera! —Sin prestarle atención a la voz detrás de mí, me apresuro a entrar en el auto rumbo a la comisaría. Por ahora, me tranquilizaba que Liv estuviera siendo vigilada por sus abuelos, quienes, al enterarse de lo que había pasado, se apresuraron a nuestra casa para cerciorarse de que estaba bien. No lo estoy.A todos les preocupaba que tuviera una nueva crisis… Y supongo que Logan también tuvo que haberles avisado. Es por esa misma razón que ahora estoy en el auto junto a Evan, bajo una lluvia torrencial, para poder ir junto a mi esposo. Puede que estuviera enojada como el infierno con él, pero aun así seguía siendo mi esposo y, por muchos errores que cometiera, él no se merecía esta jugarreta sucia de Haylee. ¿Logan agrediendo a esa mujer? Él podía ser un idiota de primera categoría, pero jamás, jamás sería agresivo con una mujer. Podía apostar mi vida a ello.Logan no hizo nada de lo que se le acusaba. —¿Ahora te gustan los presidiarios? —bromea Evan mie
Habían pasado aproximadamente unos treinta y cinco minutos desde que Yinah se había ido con los oficiales de policía a dar su declaración de quién sabe qué. Ni siquiera su esposo sabía a qué había venido y eso me preocupaba muchísimo. Ella estaba de parte de Haylee, eso me lo había demostrado infinidad de veces. Yinah quería hacerme pagar por haberme marchado en el pasado y por haber arruinado el compromiso de su amiga. ¿Qué si se ha confabulado con Haylee para incriminar a Logan? ¿Ella vino a empeorar las cosas? ¿Haylee le habrá pedido decir alguna mentira? —Larissa... Hey, Larissa, estás temblando. —Evan me saca de mis pensamientos colocando una mano en mi hombro, logrando sobresaltarme por la sorpresa. Tengo que calmarme.El corazón parecía querer salirse de mi pecho y efectivamente mis manos temblaban sin ningún control. Me sentía impotente por no poder hacer nada para ayudar a Logan y de seguro esa mujer estaba en su casa, riéndose de todo el desastre que había logrado
—¿Me extrañaste? —pregunta Logan por encima de mi hombro al mismo tiempo que me presionaba entre sus brazos o, al menos, lo que mi barriga de embarazo nos permitía estar— Todo está bien, pequeño ángel.Logan está aquí. Está bien. Todo va a estar bien.—Estaba tan asustada, pensé que te quedarías encerrado en ese horrible lugar. —Confieso mi mayor temor y, de solo imaginarlo, mi voz se quiebra y me echo a llorar como una niña pequeña.Mis hormonas hoy estaban peor que nunca.—No llores, Larissa. Odio verte llorar. —Logan se separa de mí y me mira con ojos preocupados. Con sus pulgares limpiaba las lágrimas que corrían sin temor por mis mejillas y deposita un suave beso en mi frente— ¿Cómo piensas que me iba a quedar encerrado si yo no hice nada? Los oficiales solo estaban investigando, cumplían con su trabajo y ahora estoy aquí. Con ustedes.Después de que vi a Logan en la entrada de la casa y con nuestra hija en brazos, sentí un alivio enorme que me hizo olvidar todo por un momento. A
—Gracias. —Linda coloca una taza humeante de café y un vaso de jugo de fresas en la mesa que decoraba nuestro jardín mientras disfrutaba de un hermoso día soleado. O al menos eso intentaba. Nada me había preparado para la visita de hoy— Una vez más, gracias por aceptarme hoy, Larissa. Sé que actualmente no dejas que muchas personas te visiten. ¿Cómo va el embarazo?Miraba fijamente a la mujer sentada frente a mí y casi no me la creía. Después de todo lo que me había dicho y hecho, ¿por qué el cambio ahora? ¿Qué pretende Yinah al venir a mi casa? —Me sorprende verte aquí. —Confieso mientras acariciaba mi apenas abultado vientre. Aún seguía sin notarse tanto, luego suspiro— Logan exagera un poco con las visitas ahora; no quiere que me estrese y, después de todo lo que pasó, bueno... —Le recuerdo adrede y ella baja la cabeza— En fin... Mi bebé está bien, el peligro ya pasó, aunque aún debemos tener cuidado.Ya había entrado a la semana 16 y mi bebé estaba creciendo sin problemas. El
Semana 27...—Mami, algo se está moviendo. ¿Tienes hambre? —Río divertida por la inocente pregunta de mi pequeña. Acaricio sus mejillas con cariño y la acerco a mis brazos para tenerla más cerca. —No, cariño. Ese es tu hermanito o hermanita. —Le explico y ella me mira con curiosidad— Cada vez que hablas, se mueve; le gusta mucho tu voz. Con ella y con Logan se volvía loco.La mirada de Liv se ilumina como si fuera Navidad. Había descubierto algo nuevo. —¿De verdad? —Asiento y observo cómo comenzaba a descender por mi vientre abultado. Sus pequeñas manitas hacían contacto con mi estómago y de inmediato se sentía un leve movimiento dentro— ¡Se está moviendo de nuevo, mami! Oh, créeme que lo sé, Liv.—Te lo dije. Al bebé le gusta escucharte hablar, cariño. —¿Aún no se sabe si será un hermanito o hermanita? —Pregunta, haciendo uso de sus enormes ojos de venado. Sin importar cuántas veces se lo explicáramos, ella siempre preguntaba lo mismo. —Cariño, papá y yo te hemos dicho mu
—¿Se van a casar? —Logan arquea una ceja divertido y a la vez confundido por lo que le acababa de decir— Pero si ellos... —Shh... Baja la voz. —Señalo a las gimnastas y a sus entrenadores en plena práctica— No quiero que nos riñan por estar distrayendo a los demás. —Bien, bien, pero... ¿Cómo diablos esos dos decidieron casarse si unas semanas atrás juraban que no habían nacido para casarse?Yo tampoco lo sé.Me encojo de hombros, igual de sorprendida que él. La verdad, esto era lo último que esperaba de ambos, pero mientras fueran felices con sus decisiones, yo también lo sería. Además, mi sueño siempre había sido ver a mi mejor amigo casado y formando una hermosa familia, y quién mejor que Aria para ello.Estaba feliz por ambos.—La verdad, no lo sé. Cuando se trata de Evan, todo es posible. —Me acerco a mi esposo cuando pasa su brazo por encima de mi hombro— Lo que sí me sorprende es que Aria haya aceptado casarse. Ella era la que más me aseguraba que el matrimonio no era algo e
Semana 36...—¡Mami, mira lo que me regaló papá! —Levanto la vista de mi libro para prestarle atención a la bola de sol que iluminaba mi vida. Liv corre hacia mí usando un hermoso disfraz de princesa, probablemente para que lo usara en Halloween, que se celebraría en dos semanas. Casi al mismo tiempo que el nacimiento de mi bebé, o eso esperamos.Sonrío cuando se detiene justo frente a mí y da una tierna vuelta para que pudiera verla bien. —Te ves hermosa, cariño. Luces como lo que eres, una hermosa princesa. —Ella se ríe y asiente— Nuestra princesa. —Gracias, mami. —Se acerca para abrazarme, aunque prácticamente abrazaba mi enorme barriga de embarazada, quedándose allí un rato esperando que su hermanito o hermanita hiciera algún movimiento dentro de mí. Estaba obsesionada con ello. Yo... Bueno, solo quería que esto acabara ya. No aguantaba mis pies, apenas podía dormir por la noche ya que al bebé se le ocurría la magnífica idea de patearme justo a esas horas, por lo que mis no