—Creo que sí —Esther sonrió y Edwar exhaló un suspiro.— Va a depender de estos últimos resultados. Cuando te dije que saldrías caminando, no bromeaba, Ed. —Gracias Esther —sujetó las manos de su amiga y las besó. —No tienes que agradecerme. Sólo necesito que me cuentes toda la verdad. ¿Qué ocurrió entre tú y la esposa de Bodolf? ¿Por qué huiste con ella?Edwar comenzó a contarle desde un principio como ocurrieron las cosas entre él y aquella humana, como poco a poco y sin darse cuenta se vio involucrado con su cuñada y todo lo que pasó luego entre ellos. Esther lo escuchaba atentamente, analizando todos los hechos y palabras de su ex cuñado.Para la elegante mujer, aquella historia trajo a su mente algunos recuerdos de su relación con el pelirrubio…***—No puedes desecharme como a un objeto Bodolf. —Esther respondió indignada. —¿Qué Esperabas Esther, eh? ¿Qué me casara contigo? Eres una más de la manada que se metió en mi cama. Yo nunca te prometí amor ni mucho menos un com
Selena se recuesta en su almohada, absorta en sus pensamientos; de su mente no sale la idea de volver a estar con Edwar, lo desea, necesita sentirlo, todo en ella reclama sus caricia y su sexo; se está volviendo adicta a las emociones y sensaciones que sólo él puede ofrecerle.Piensa en su conversación con Bodolf sobre sus encuentros sexuales y espera que él realmente acepte lo que le ha sugerido, sexo consensuado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues el lycan es un hombre obsesivo y quiere hacerla suya cuando le venga en ganas. Aún así debe ser cuidadoso, no puede permitir que ocurra lo mismo que hace días atrás cuando quiso forzarla a estar con él y terminó haciéndola perder el embarazo.Nada puede ser más importante para él que seguir siendo el líder, aunque deba deshacerse de sus deseos perversos y darle una tregua a la pelirroja de por lo más de un mes, mientras su embarazo esté en evolución. Tres meses es poco y a la vez, puede ser mucho para quien está acostumbrad
—Sr Edwar —entra Pilar, ansiosa, hecha un manojos de nervios— ¿La Sra Selena está en su habitación? —pregunta la mujer.—¿Qué ocurre, Pilar? —responde éste, intentando entender lo que está pasando. —Es que el Sr Bodolf va hacia su habitación y yo vi cuando su esposa entró aquí. —Edwar no tiene más opciones que decir la verdad, sabe que Pilar es la única que puede ayudarle en esa situación por lo que asiente y le pide a Selena salir de donde se oculta.—Selena, ven por favor —La chica sale del baño. Edwar entonces le pide a la empleada ser su coartada.— Ve con Pilar. —le ordena y la pelirroja sale de la habitación. La empleada la lleva hasta la cocina, mientras le sirve en una copa un poco de postre.—Sólo dígale que vino hasta aquí por algo dulce para comer, dígale que tuvo un antojo, por favor. —le sugiere la mujer con firmeza.—¡Gracias, Pilar! No sé que decirle la verdad, es algo que ni yo misma logro entender.—No se preocupe, pero por favor, no vuelva a hacerlo. Ya fue s
A pesar de que Bodolf ha logrado mantener a Selena distanciada de su hermano, no deja de seguirle la pista. —¿Qué deseas Margaret? —pregunta el lycan al ver que la asistente de su hermano entra a su oficina.—¿Cómo estás Bodolf? —Supongo que bien, pero a qué debo tu visita. —insiste en saber.—Tengo información que tal vez te interese. —dice la mujer con una sonrisa perversa. —Termina de hablar, no tengo todo el día para escuchar tus chismes. —la mujer lo mira desconcertada.—Creo que mejor regreso luego —responde sintiéndose indignada.—¡Ufff! Un ataque de dignidad —comenta en tono sarcástico.— No irás a ningún lugar. —le ordena. —No es justo que me trates así, siempre te he servido con lealtad. —¿Lealtad? Vamos no tienes que fingir conmigo. Me eres leal porque te doy un buen pago cuando me traes información relevante. Si Ed te pagara, serías capaz de venderme sin dudarlo. La mujer apreta los puños, Bodolf resulta detestable cuando se lo propone.—Pues bien, es justa
—Por fin apareces perra. —presiona con fuerza su mano.—Por favor, se equivoca. No lo conozc… —la rubia no termina de terminar la frase, comienza a tener dificultad para respirar. Trata de apartar con ambas manos, los dedos cada vez más firmes y contraídos en su delgado cuello.—Me vas a pagar tu traición —apreta con más fuerza. Mientras que la chica abre sus ojos y pronto se vuelven cristalinos. Comienza a sentirse mareada y su cuerpo se afloja.De pronto, Bodolf parece reaccionar, afloja su agarre y la chica cae al piso. Viendo lo que acaba de suceder, grita a su guardaespaldas, quien entra a la zona privada.—Levántala y sácala de aquí —le ordena en medio de la confusión, frota su nariz con el reverso de su mano.—¿Qué hizo, patrón? —Deja de preguntar estupideces, Caleb. Sácala de aquí ahora mismo. —ordena con rabia y frustración. El hombre levanta entre sus brazos a la chica quien permanece inconsciente, el resto de las mujeres en el pasillo gritan al ver a su compañera d
El tono de voz de Selena es desafiante pero a la vez seductor, lo cual provoca en el lycan una sensación de deseo incontenible. La pelirroja se aproxima a él, sostiene su rostro con ambas manos, se inclina y comienza a besarlo con deseo, sus labios abrazan los suyos, un beso intenso que termina en labios devorándose dan paso a ese instante de lujuria. Edwar no puede ocultar lo innegable de aquella pasión que pareciera controlar cada parte de su ser. Sus manos comienzan a acariciar la espalda desnuda y salpicada de pecas de la chica, mientras desliza sus labios por su cuello y mordisquea suavemente cada tramo de su cuerpo provocando gemidos de intenso placer en ella.Selena le desabotona la camisa para luego acariciar sus firmes pectorales que bombean rápidamente tras la respiración entrecortada de los amantes. Ella también desea saborear su piel, se agacha y reparte besos por el pecho semi desnudo del lycan, luego con su puntiaguda lengua va hasta sus tetillas encendiendo por comp
Apenas Selena entró a su habitación soltó un grito de emoción contenida, se sentía tan plena que parecía flotar en el aire. ¿Cómo Edwar podía lograr todo aquel torrente de emociones dentro de ella? Era como si él impregnara cada partícula de su cuerpo y su ser.Escuchó el auto estacionarse, se asomó por la ventana, efectivamente Bodolf había regresado. Rápidamente la pelirroja se quitó la bata de seda, la lanzó en el cesto de ropa y se metió a la ducha. Aunque deseaba preservar el aroma del lycan en todo su cuerpo no podía despertar sospechas en el pelurrubio.Bodolf entró a la mansión y antes de subir a la habitación matrimonial, se sirvió un coñac. El guardaespaldas intentó nuevamente hacerle saber sobre el error cometido en el bar, pero éste terminó echándolo.—Te dije que no me interesa lo que pasó, era una más del montón. ¿Cuánto vale una puta, como ella, eh?—Ese es el detalle, no era una puta, era…—¡Lárgate y déjame solo! Cuando necesite una conciencia, busco la mía.Sin tener
Selena necesita salir de dudas, se incorpora rápidamente de aquel asiento, sin prestar mayor importancia a la información contenida en aquel capítulo, sólo le importa en ese momento, saber si está embarazada. Toma el libro y lo coloca nuevamente en el lugar donde estaba ubicado.Se apresura a salir de aquella sala e ir a la habitación para cambiarse, justo cuando está por subir las escaleras, escucha las llaves en la puerta y se detiene, entonces ve entrar a la ama de llaves. —Sra Selena, buen día.—¿Cómo está Pilar? —se regresa para no ser descortés con la mujer.—¡Bien señora! Disculpe tuve que ir por algunas compras que pidió el Sr Bodolf. —No se preocupe Pilar. Iba a mi habitación para cambiarme de ropa. —¿Quiere que le prepare algo? Las mujeres en su estado deben cuidarse mucho.Selena frunce el entrecejo ¿en su estado? ¿Acaso ella era la única en no saber que estaba embarazada?—¿A qué se refiere Pilar? —pregunta aturdida por sus palabras.—A su salud, a que debe ali