~ 4 ~

*—Nick:

Comenzaba a desesperarse, ya que las citas no estaban yendo tan bien como había esperado.

El asistente de antaño de su padre, Ronald, había hecho una lista amplia de mujeres en edad para casarse que vivían en los alrededores de Seasons, con el fin de que Nick eligiera a la indicada. Sin embargo, Nick no había elegido a ninguna, simplemente había comenzado a invitarlas a cenar con el fin de conocerlas y luego tomar una decisión.

Ese había sido el plan, pero no pensó que se tornaría en un desastre. 

En primer lugar, aunque la lista que Ronald había hecho no estaba mal, para Nick, que había revisado la misma, este se había percatado que estas chicas no llegaban a los treinta. No estaba mal salir con alguien joven, pero tampoco que saldría con una chica de 21 años. Sabía que iba a ser difícil, ya que, como había dicho antes, la mayoría de mujeres de su edad o estaban fuera de Seasons o habían unido su vida con otra persona.

Otra cosa a destacar y que había notado yendo a las citas, era que no tenía nada en común con las que había estado viendo. Estas hablaban de sus padres, de sus estudios y pasatiempos que no eran muy interesantes para Nick, cómo ir de compras, andar de clubes en clubes y vivir la vida nocturna al máximo. Estas eran cosas que Nick había hecho cuando era más joven, ahora pensaba diferente.

También, había pasado tiempo desde que fue a citas y estaba un poco oxidado, por lo cual, todas estas cosas estaban haciendo las citas incómodas y a la cita número 13 ya estaba rindiéndose. Su plan era ver a las 25 chicas que Ronald encontró y luego seleccionar quienes se merecían una segunda oportunidad, pero no estaba resultando como había planeado y aún no había escogido a alguna cita para ver por segunda vez.

Nick soltó un suspiro cansado y fue aminorando la velocidad mientras se acercaba a su casa afueras de la ciudad. La última cita había terminado más rápido de lo que esperaba, pero Nick no había podido durar más tiempo con esta. Viendo cómo todo estaba yendo de mal a peor con estas citas, quizás debería lanzarse hacia un diferente mercado. Tal vez había mujeres mayores que buscaban parejas o tal vez debería inscribirse en alguna aplicación de citas. Eso podría funcionar.

Movió la cabeza, divertido ante sus pensamientos cuando vio un Jeep rojizo fuera de su casa. Nick lo reconoció al instante y se estacionó al lado de este. Se bajó del vehículo en el mismo momento que Diego lo hacía. Al ver su cara, Nick no se sintió preocupado, pues la expresión de Diego era normal, por lo cual, todo parecía estar bien.

—¿Qué haces en mi casa, Diego? —preguntó Nick confundido, pues eran las nueve de la noche y debería estar en su casa compartiendo con su pareja.

—Solo vine a hablar —comentó Diego sonriente.

Las cejas negras de Nick se arquearon y asintió. 

Antes de dejarlo pasar a su casa, dejó su vehículo en la marquesina y luego lo invitó a entrar. Era fin de semana, por lo cual, ambos estaban libres al día siguiente que era domingo y, por ende, Diego podía quedarse un poco más tarde. Dado que vino a esa hora y que su comentario había sido el anterior, Nick se imaginaba que iban a tener una larga conversación.

—¿Deseas algo de tomar que no sea alcohol? —le preguntó Nick con cordialidad y las cejas oscuras de Diego se arquearon.

—¿Estás confabulado con Sienna también? —preguntó Diego haciendo un puchero.

Nick soltó una carcajada y negó con la cabeza.

—Estás conduciendo, Diego —le recordó y los anchos hombros de Diego se alzaron—. Una botella de agua será —dijo para luego darse la vuelta.

—Olvídate de eso, quiero sabes cómo la estás pasando —expresó Diego deteniéndolo y Nick se volvió hacia él. Diego con la cabeza señaló el sofá frente a él para que Nick tomara asiento, cosa que Nick hizo obedientemente, pues se notaba que Diego quería una vez más hablar seriamente con él.

—¿Quién te dijo de las citas? —preguntó Nick sin tantos rodeos, pues, aunque Diego no había hecho el comentario, se notaba que estaba allí por ello.

Diego hizo una mueca.

—Leo y yo nos encontramos con tu padre esta mañana en el café de Sienna y hablamos —confirmó Diego lo que Nick había preguntado y esto le sacó una sonrisa—. Lo que me hace preguntarme es, ¿por qué, Nick? —hizo su amigo la pregunta refiriéndose a por qué había tomado la decisión de comprometerse por conveniencia y comenzar el proceso de ir a citas con mujeres para ello.

—¿No estás feliz de que esté avanzando?

—Sí, pero tener citas a ciegas con chicas que no son de tu gusto, no me hace feliz —espetó Diego viéndose de mal humor—. Es como si estuvieras desesperado y es lo que no quiero, no quiero que te desesperes y que tomes una mala decisión por ello.

Nick entendía a Diego. Como buen amigo suyo, este no quería que perdiera el tiempo de esa forma, ni que tampoco estuviera saliendo con chicas, que no eran de su gusto solo con el fin de encontrar la indicada. Nick hizo una mueca. Viendo cómo estaban yendo todas las citas, Nick dudaba que pudiera encontrar la indicada dentro de la cartelera que Ronald había hecho para él. Sin embargo, tenía que hacer algo con su vida y si esta era la forma, pues lo haría.

Los hombros de Nick se encogieron.

—Por algún lugar tengo que comenzar —comentó y vio cómo el ceño de Diego se fruncía. Este movió la cabeza, viéndose no muy alegre con su decisión.

Nick vio cómo Diego sacaba su teléfono del bolsillo trasero de sus jeans y luego tocaba la pantalla rápidamente. Sintió su propio teléfono vibrar dentro de su pantalón. ¿Acaso le había enviado un mensaje o fue solo casualidad? Para confirmar, Nick tomó su móvil y se dio cuenta de que Diego sí le había enviado un mensaje. Cuando abrió el mismo, sus ojos se abrieron como platos por la sorpresa.

—¿Qué es esto?

—Es el contacto de Noelle —informó Diego, pero Nick podía verlo claro, pues su nombre estaba allí en el mensaje—. Te he conseguido su número para que cierres el capítulo, Nick.

¿Cerrar el capítulo? ¿Acaso se refería?

Nick bloqueó su teléfono y lo devolvió a sus pantalones para luego cruzarse de brazos. Ni una m****a iba a llamar a Noelle. ¿Para qué? ¿Para preguntar por ella? No era necesario hacer esa estúpida llamada.

—No haré eso —se negó Nick de mala manera.

Diego se puso de pie y se acercó a Nick.

—Quiero que le preguntes sobre su vida, que te enteres si está casada o que pasa con ella —explicó Diego—. Como dije antes, necesitas cerrar ese capítulo en tu vida para avanzar y solo lo harás si lo escuchas de su boca, Nick.

—¿Por qué no me das el dato tú mismo? —preguntó Nick a su vez mientras se ponía de pie enfrentando a Diego.

Sienna y el resto de las chicas eran amigas de Noelle y estaba muy seguro de que sabían de su vida. Diego debía de saber algo sobre esta y bien podría darle la información que quería. Si Nick se enteraba de que Noelle había hecho su vida, podía cerrar el capítulo con gusto, pero ninguno de ellos se lo había dicho, ¿y ahora querían que le llamara? Ni loco haría esa llamada.

—Yo no pregunto por la vida de Noelle, ni siquiera tengo su número ni sus redes sociales —explicó Diego cruzándose de brazos—. Las chicas son las que hablan con ella y la verdad es que a ninguno de nosotros nos incumbe lo que hace Noelle, solo a ti.

—¿Y tú quieres que la llame? —preguntó Nick divertido, pues la idea era bastante estúpida.

Fue el momento de Diego de encogerse de hombros.

—Es la única manera de que te la saques encima —comentó su amigo y esto sacó una burlona carcajada a Nick.

—¿Y qué se supone que deba preguntar? —quiso saber Nick sobre la grandiosa idea de Diego. Alzó su mano hacia su oreja como si estuviera sosteniendo un teléfono—. Hola Noelle, te llamo para saber si te casaste e hiciste tu vida, ¿me lo dirías? —bromeó para dejar caer la mano y negar con la cabeza—. No lo haré, Diego.

Diego puso los ojos en blanco.

—No tan directo, pero quizás preguntar por ella y…

—¡No lo haré! —exclamó Nick con decisión y comenzando a enfadarse. Entendía que sus amigos querían lo mejor para él, pero no iba a arrastrarse por el suelo y preguntar a Noelle si había seguido con su vida. Era muy vergonzoso que todos supieran que aún seguía como un tonto esperándola, como para que la misma también se enterara de ello por igual.

—Sé que es una estúpida idea, pero… —Diego soltó un suspiro y se pasó una mano por la frente—. Odio verte así, esperando por una persona que no volverá y que, si lo hace, no será igual que antes —comenzó diciendo—. Son diez malditos años y no es justo que estés pensando en una mujer que no va a volver, Nick.

—¿Y si fuera Sienna? —preguntó Nick atacando por la persona más especial para él.

—La hubiera olvidado —dijo Diego sin dudar y Nick lo miró sorprendido por su respuesta—. Si pensar en ella me hace daño, créeme que lo haría, Nick —admitió su amigo mirándolo a los ojos—. En el hipotético caso de que Sienna se hubiera ido sola a Francia, que no hubiera regresado a Seasons y que, de paso, diez años hubieran pasado, la habría olvidado —continuó y movió la cabeza—. Nuestra historia no es la misma ni parecida, pero si estuviera en tus zapatos, sabes que lo haría, pues estar aferrado a alguien que no te da la hora y que nunca volverá, no es sano —terminó diciendo con toda la verdad y sinceridad reflejada en su rostro y Nick sabía que era sincero.

Nick apartó la mirada, sintiéndose un poco dolido, pero era la mera verdad. Fue estúpido al durar tanto tiempo aferrado a alguien y pensando que algún día volvería, pero no había sido del todo su intención, simplemente fue algo que pasó y ahora era muy tarde. 

—¿Qué quieres que haga entonces? —preguntó Nick volviendo la mirada hacia Diego—. Quieres que olvide a Noelle, pero la mejor manera de hacerlo es yendo a esas estúpidas citas, citas a las que no quieres que vaya, así que dime, ¿qué quieres que haga?

—Necesitas un tiempo lejos de Seasons, puedes tomar vacaciones y darte un respiro, Nick —sugirió Diego y Nick lo pensó un poco. Había pasado tiempo desde que tomó vacaciones y desde que salió del país para algo personal. Tal vez debería hacerle caso a Diego—. Además, quién sabe si en uno de esos viajes conoces a alguien —terminó diciendo su amigo mientras Nick le daba una mirada. Podría funcionar, pero tenía que hacer varias cosas antes de.

—Lo pensaré —fue lo único que dijo sin aceptar nada, pues como dijo antes, tenía que organizarse antes de y tampoco quería dejar sus planes de citas a medias, solo que no iba a comentarle esto a Diego.

Su amigo sonrió feliz y alzó una mano para colocarla en su hombro.

—Solo quiero lo mejor para ti, Nick —murmuró Diego sonriente—. Noelle no lo es y esas citas tampoco, así que haz la llamada y dale final a lo de Noelle, ¿sí? —sugirió Diego y para no continuar discutiendo por ello, Nick mintió y dijo que lo haría cuando sabía que no haría esa estúpida llamada.

Sin embargo, después que Diego se fue, que Nick se dio una ducha y que estaba acostado en su cama, estaba pensando en ello intensamente. ¿Y si hablaba con Noelle sobre lo que pasó y podía darle final a su historia? No perdería nada en intentarlo y sería lo mejor, así podría seguir adelante sin su recuerdo presente.

Nick necesitaba poner punto y final a su historia, o a lo que sea que pasó entre ellos, solo así podría conseguir su paz y lograr poder superar lo que quedó atrás.

Con esta nueva resolución, Nick tomó su teléfono e investigó qué hora podría ser en Irlanda. Era de noche donde estaba, pero como Noelle estaba del otro lado del mundo, las cosas eran diferente. Viendo la hora que podría ser allá, podía decir que Noelle debía de estar trabajando.

¿Debería llamar?

Nick se armó de valor y tocó el número que Diego le había enviado. Rápidamente, su teléfono comenzó a llamar a este y se escucharon los timbrazos. En el fondo de su mente, rezaba para que no tomaran la misma, pero al cuarto timbrazo se escuchó un clic y luego una profunda voz. M*****a sea. Habían tomado la llamada.

Comenzó a temblar y prestó atención. Era una voz masculina, sin embargo, Nick no entendió lo que dijo. Se imaginaba que había saludado en irlandés y como desconocía el idioma, no pudo entender. Aun así, Nick decidió saludar.

—¿Buenas?

Buenos Días —habló la misma voz masculina con un marcado acento y hablando en su idioma—. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

—Yo… —Nick se interrumpió a sí mismo y decidió no presentarse—. ¿Este es el número de Noelle O’Brien? —pregunto solo para asegurarse. Si no era el suyo, cerraría esa llamada y no volvería a intentarlo una vez más.

Es correcto, pero Noelle no puede tomar la llamada en estos momentos —respondió el hombre muy educadamente y Nick se preguntó quién era. Dado que tomaba su teléfono personal, podía ser nada más y nada menos que su pareja. Nick apretó la mano mientras pensaba que estaba hablando con la pareja de Noelle—. ¿Quién llama para darle el mensaje? —quiso saber el hombre mientras Nick se moría de celosa allí.

—No, no hay problema, yo… —Nick se trabó y no supo qué decir, por lo cual pasó por mal educado y cortó la llamada sin decir nada más.

Se quedó mirando la llamada en la pantalla de descanso y soltó un suspiro.

¿Por qué había llamado? Si hubiera sido Noelle, ¿qué le hubiera dicho? Solo el momento lo diría, pero gracias a Dios que no fue ella y fue otra persona. Pensó en el hombre que tomó la llamada, debía de ser su pareja, pues solamente alguien cercano a ti tomaría una llamada de larga distancia y directamente a tu teléfono personal.

Nick bajó la mirada, sintiéndose derrotado. Si era cierto que era su pareja, esto debería ser suficiente para que decidiera de una buena vez por todas en enterrar lo que sentía por Noelle. Así como Diego había dicho, no era sano y era una pérdida de tiempo.

Abrió la aplicación de mensajería para enviarle un mensaje a Diego y luego se quedó viendo el último mensaje que había sido el contacto de Noelle. ¿Acaso Diego sabía que un hombre iba a tomar la llamada? Era probable que lo supiera o que se daría la posibilidad, por lo cual, decidió darle su número de contacto con el fin de que esto le ayudará a cerrar la historia con Noelle.

Nick dejó su teléfono a un lado, para volver a acostarse sobre su enorme cama mientras miraba el techo. Su gato en ese momento se subió a la cama y se acostó sobre su pecho. Nick levantó una mano y acarició el anaranjado pelaje de su gato llamado Noel, incluso el muy malvado se parecía a Noelle con ese pelaje naranja y esos enormes ojos verdes.

Cerró sus ojos mientras continuaba acariciando a Noel.

Si era cierto o no que Noelle había hecho su vida, de todas formas, debería olvidarla. No estaba bien continuar pensando en el pasado y en lo que no pudo ser. Ahora debería estar enfocado en el futuro y en sus citas. Si no funcionaba, seguiría intentándolo, pero no iba a rendirse.

Iba a lograr encontrar la felicidad, cueste lo que le cueste.

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