El beta Igori, ya estaba listo en su traje gris, no le decía a su Alfa, pero las heridas que tenía en su cuerpo le estaban doliendo muchísimo, para colmo no se había podido traer ningún medicamento de los que le estaban aplicando por qué se metió al bosque en su forma de lobo sin llevar siquiera una bolsa en el hocico, se apresuró a bajar antes que los Alfas, para pedirle algo para calmar su dolor al mayordomo— El Alfa Alexander, bajó vestido en un elegante traje azul oscuro, una fina corbata y unos zapatos de cuero perfectamente boleados, todo en el gritaba pulcritud, imponencia y sofisticación, no veía la hora de verse con su luna, le explicaría la situación con la Valquiria y la convencería de volver con él— El Alfa André, llevaba puesto un traje azul a cuadros muy moderno, su estilizado físico y sus atractivas facciones combinadas con sus bellos ojos verdes, lo hacían lucir elegante e inalcanzable— Los tres lobos salieron por fin de la mansión, cada minuto parecía eterno para el
El Alfa André, sentía como suyo el dolor y la tristeza de su hermano, lo vió tan mal, como nunca en sus mil años de vida, quería poder ayudarlo pero no sabía cómo, además también estaba su propio dolor, también a él le dolía que Temperace, se hubiera marchado quién sabe a dónde— El beta Igori, permanecia fuera del despacho, no se atrevía a tocarle a su Alfa, para entrar, pero tampoco se iba, permanecia ahí, con las orejas agachadas y triste por su amigo, se preguntaba ¿cómo podía ayudarle?TRES MESES DESPUÉSHabían pasado ya tres mese desde que la bella doctora se había marchado de la manada, abandonando al Alfa Alexander Ivanov, lo había hecho para que miles y miles de lobos no murieran por su culpa, pero no por que no lo amara— Temperace, había regresado a trabajar al mismo hospital del que fue echada después de recibir una disculpa por escrito, del consejo y de su ex novio él director Oliver Miller, al final el había asumido la responsabilidad del error cometido, la culpa no lo h
Temperace, regresaba a la casa que compartía con su amiga Clarisa, había tenido un día muy ajetreado en el hospital, últimamente le daba demasiado sueño y hambre, su bebé le había hecho cambiar algunos hábitos, se acarició su abultado vientre, su amigo Josep, tenía razón, tenía que decirle a Oliver de su embarazo, ya le estaba siendo imposible ocultarlo— Esa noche, como todos los días, Alexander llegaba agotado a su habitación, esa era la única manera en que podía dormir, cansandose hasta su límite física y mentalmenteEl lobo, tomó un pantalón deportivo para dirigirse al cuarto de baño a tomar una ducha, no fue demasiado el tiempo que tardo en salir, lo que quería era meterse a la cama para descansar Grande fue su sorpresa al querer entrar en su cama, encontrar a la mucama que era parte de su servicio en ella, la loba vestía una sensual bata casi transparente, el cabello recogido en una trenza y en los labios un poco de gloss— ¿Qué demonios haces aquí en mi cama? ¿para que has vend
El Alfa y su beta tuvieron un vuelo cargado de trabajo, estaban organizando a las manadas que se encontraban en el país americano, en Estados Unidos, los lobos tenían su propia manera de pelear, pero seguían siendo de los mejores para enfrentar a los enemigos y Alexander Ivanov, era su rey— Los Alfas de las veinte grandes manadas que se encontraban en el país de la libertad, se encontraban en el aeropuerto en espera de su Alfa rey, cada uno llevaba con ellos a su fiel beta, habían sido convocados por Alexander para una reunión urgente, la feroz batalla contra el bastardo del Alfa Caín y la vengativa valquiria, estaba a punto de empezarLos apuestos e imponentes Alfas, que adornaban la pista con su aura poderosa y atractivo perfil, hicieron una inclinación al magnánimo rey Alexander— Bienvenido Alfa Ivanov — se escuchó a coro decir a los lobos que lideraban las manadas, ellos eran los brazos izquierdos de Alexander, en quienes confiaba a su gente— Alexander, asintió en respuesta, obs
Esa noche al ginecólogo Josep, también le había tocado guardia en el área de urgencias del hospital, estaba relativamente tranquilo, tenía un par de cesáreas programadas para la madrugada, las embarazadas de encontraban descansando mientras tanto— Josep, notó la incomodidad de su colega y amiga — ¿te sientes bien Temperace? puedo hacerte un ultrasonido para saber si está todo bien con el bebé, si quieres — sugirió el apuesto y amable doctor— Estoy bien, Josep, es solo que siento que el bebé está muy inquieto, no sé si estaré alucinando pero creo que me da pataditas, y fuertes pataditas, me tiene muy adolorida— ¡Sigo insistiendo en que estás equivocada con las cuentas, Tempy, tu embarazo no puede ser de solo tres meses, eso es imposible, y no me discutas de nuevo, aquí el ginecólogo soy yo! — al doctor ninca le cuadraron los meses que si amiga decía tener, la equivocada era ella no él— Está bien, no voy a discutir, mejor voy a aprovechar que está muy tranquilo el turno para ir a bu
Los doctores recién egresados y las enfermeras recibieron a los lobos heridos, la sala de urgencia de movilizó rápidamente, no dejaban de llegar los hombres que venían bastante mal, para recibir atención médica, se estaban dando cuenta que. no se iban a dar abasto con la situación, llamaron a al director Oliver Miller, para informarle y que éste a su vez llamara a más de sus doctores de planta para que vinieran al hospital a ayudar— El beta Igori, estaba muy herido e inconciente, Alexander, no se dió cuenta lo mal que estaba el también hasta que llegaron al hospital, el lado derecho de la sien le estaba sangrando, también tenía múltiples contusiones en el cuerpo, cayó inconsciente apenas entregó a su amigo a los médicos— El beta, estaba siendo preparado para meterlo a cirugía, las enfermeras cortaron sus ropas con unas tijeras, fue canalizado para poder ponerle los fuertes medicamentos que necesitaba, en menos de quince minutos ya estaba en el quirófano, le habían puesto una mascari
La conmoción era enorme, el joven director no solamente estaba lidiando con el.embarazo de su ex novia, a la que había tratado de reconquistar apenas la vió, él la seguía amando, deseaba poder casarse con ella y ser el primer hombre en su vida, jamás imaginó que ella ya se había entregado a otro hombre y que además esperaba un hijo de él— ¡Mi hijo no es ningún bastardo! ¡cuida tus palabras si no quieres que te mate aquí mismo! — Alexander, hizo estremecer la piel del dolido médico, la tenebrosa voz del Alfa, podría erizar los cabellos de hasta el más valiente, más, si transmitía esa enorme furia—¿Qué carajos? a este paciente ya se le zafó un tornillo, vuelva a dormir señor, usted sigue delicado, este es un asunto personal entre la doctora y yo — dijo el médico sin saber quién era ese hombre para su ex novia— ¡Ivanov! ¿eres... tú? — la voz temblorosa de Temperace, preguntó, su dulce mirada de embarazada estaba fijamente perdida en los fríos y azules ojos del Alfa, los ojos de la doct
Entonces esa era la luna reina de las manadas de licántropos, pero... ¿qué hacía ella aquí? por qué estaba lejos de su Alfa, además ella estaba embarazada de su cachorro, el próximo heredero de su rey, los tres Alfas estadounidenses se preguntaban con mucha curiosidad— ¿Qué está pasando aquí? ¿por qué la doctora Rodríguez, está inconciente? ¿qué fue lo que le hicieron? — el doctor Josep, avanzó hasta donde estaba recostada su amiga, el hombre que estaba junto a ella de veía imponente y peligroso, pero le tenía demasiado cariño a Temperace, cómo para dejarla en esas condiciones— El Alfa, gruñó cuando vió que venir al joven médico, no quería que nadie se le acercara a su luna y a su cachorro, ¿pero por qué ella no despertaba?— Josep, sintió que el terror le recorría el cuerpo, el hombre frente a él, se veía demasiado agresivo y amenazante, pero aún así, sus años de práctica en en la difícil profesión que es la medicina, le ayudaron a sobreponerse — Tengo que atenderla, ¿qué no ve que