Los doctores recién egresados y las enfermeras recibieron a los lobos heridos, la sala de urgencia de movilizó rápidamente, no dejaban de llegar los hombres que venían bastante mal, para recibir atención médica, se estaban dando cuenta que. no se iban a dar abasto con la situación, llamaron a al director Oliver Miller, para informarle y que éste a su vez llamara a más de sus doctores de planta para que vinieran al hospital a ayudar— El beta Igori, estaba muy herido e inconciente, Alexander, no se dió cuenta lo mal que estaba el también hasta que llegaron al hospital, el lado derecho de la sien le estaba sangrando, también tenía múltiples contusiones en el cuerpo, cayó inconsciente apenas entregó a su amigo a los médicos— El beta, estaba siendo preparado para meterlo a cirugía, las enfermeras cortaron sus ropas con unas tijeras, fue canalizado para poder ponerle los fuertes medicamentos que necesitaba, en menos de quince minutos ya estaba en el quirófano, le habían puesto una mascari
La conmoción era enorme, el joven director no solamente estaba lidiando con el.embarazo de su ex novia, a la que había tratado de reconquistar apenas la vió, él la seguía amando, deseaba poder casarse con ella y ser el primer hombre en su vida, jamás imaginó que ella ya se había entregado a otro hombre y que además esperaba un hijo de él— ¡Mi hijo no es ningún bastardo! ¡cuida tus palabras si no quieres que te mate aquí mismo! — Alexander, hizo estremecer la piel del dolido médico, la tenebrosa voz del Alfa, podría erizar los cabellos de hasta el más valiente, más, si transmitía esa enorme furia—¿Qué carajos? a este paciente ya se le zafó un tornillo, vuelva a dormir señor, usted sigue delicado, este es un asunto personal entre la doctora y yo — dijo el médico sin saber quién era ese hombre para su ex novia— ¡Ivanov! ¿eres... tú? — la voz temblorosa de Temperace, preguntó, su dulce mirada de embarazada estaba fijamente perdida en los fríos y azules ojos del Alfa, los ojos de la doct
Entonces esa era la luna reina de las manadas de licántropos, pero... ¿qué hacía ella aquí? por qué estaba lejos de su Alfa, además ella estaba embarazada de su cachorro, el próximo heredero de su rey, los tres Alfas estadounidenses se preguntaban con mucha curiosidad— ¿Qué está pasando aquí? ¿por qué la doctora Rodríguez, está inconciente? ¿qué fue lo que le hicieron? — el doctor Josep, avanzó hasta donde estaba recostada su amiga, el hombre que estaba junto a ella de veía imponente y peligroso, pero le tenía demasiado cariño a Temperace, cómo para dejarla en esas condiciones— El Alfa, gruñó cuando vió que venir al joven médico, no quería que nadie se le acercara a su luna y a su cachorro, ¿pero por qué ella no despertaba?— Josep, sintió que el terror le recorría el cuerpo, el hombre frente a él, se veía demasiado agresivo y amenazante, pero aún así, sus años de práctica en en la difícil profesión que es la medicina, le ayudaron a sobreponerse — Tengo que atenderla, ¿qué no ve que
El ginecólogo no podía dejar de mirar al imponente hombre que estaba sosteniendo la mano de su amiga con un amor que parecía infinito, era alto, cómo llevaba el torso descubierto por qué le quitaron la ropa para hacerle las curaciones que necesitaba, sus impresionantes tatuajes estaban a la vista— Necesito saber ¿cómo es posible y por qué teniendo solo tres meses de embarazo, dices que Temperace, dará a luz antes de los nueve meses? ¿por qué llamas al bebé, cachorro y por qué a ella la llamada luna? además, pareces un hombre peligroso, cómo si padecieras de tus facultades mentales, no puedo simplemente dejar que estés cerca de Tempy, sin conocer tus intenciones— El Alfa, volteó a mirar al médico, los gélidos ojos azules del gran lobo, lo hicieron estremecer de terror, el hombre parecía que lo asesinaría en cualquier momento¿Cómo te atreves a insinuar que Alexander Ivanov, padece de sus facultades mentales? ¡¿acaso quieres morir?! — rugió el lobo— Tranquilizate, Ivanov, Josep es mi
Josep estaba pálido como una hoja de papel, él mismo pidió a gritos que le dijeran la verdad de las cosas, que lo iba a poder soportar todo, pero supo que era demasiado cuando su comprensión como hombre de ciencia había quedado muy corta ante semejante historia que tenia frente a él— Si por un momento pensaron que el daram de esa noche ya había acabado, se equivocan por completo, la batalla de los lobos contra el Alfa Caín y la Valquiria y el reencuentro del rey Alfa con su luna, solo era el comienzo— Aléjate de él, Temperace, ¿por qué lo tienes abrazado? ¿te está amenazando? — el director Oliver, no se daba por vencido— ¿Amenazando? ¿de que rayos hablas Oliver? él es Alexander Ivanov, esl padre de mi bebé— Y su pareja, ¿quién eres tú y por qué insistes en estar cerca de mi mujer? — preguntó el Imponente Alfa— Soy... ¡soy el hombre que ella ama, antes de irse a Rusia, fuimos novios por tres años, ella no pudo haberme olvidado en unos cuantos meses, así que aunque el bebé sea tu h
Médicos,enfermeros y algunos lobos, estaban a la espectativa de lo que pasaría, el hombre que yacía inconciente y herido, se había puesto de pie Ara defender a la doctora que estaba siendo maltratada por su novio, sus brillantes ojos no pasaron desapercibidos por el personal, eso indicaba que su lobo estaba por salir y si salía no sería nada bueno— Después de que el beta Igori, detuvo el pie de Rogelio, lo aventó al piso y se acercó a Clarisa¡¡ MIAAAA!! — El lobo reclamó a la joven y bella doctora como suya, el beta ruso Igori, había encontrado a su mate por fin¿Qué? no, no soy tuya, ¿de qué hablas? — Clarisa se negaba mientras que se perdía en la verde mirada del hombre que parecía atraparla, era tan atractivo, tan irresistible para ella, que se preguntaba en donde había quedado lo que creía sentir por Rogelio, con solo ver al dios griego que tenía frente a sus ojos, se le olvidaba todo— Si lo eres, tu eres mía, mía por destino, mía para amarte y cuidarte por el resto de mi vida
Alfa, luna y cachorrito habían descansado bastante bien por el día, dormir juntos les hico mucho bien, se habían extrañado demasiado, pero sabían que no todo sería color de rosa, había que ver lo que los enemigos planeaba en contra de ellos— Cuando Temperace, despertó, se sentía demasiado hambrienta, el cachorrito en su barriga pataleaba probablemente exigiendo comida, dejaba saber que era un glotón, solo sabía pedir comida y patalear a su hermosa madre, ese pequeño no se iba a se demasiado travieso — Buenos días, cariño, imaginé que tendrías hambre, por eso pedí que la cocinera preparará algunos ricos platillos — el Alfa entró vestido en ropa deportiva, recién bañado, con un riquísimo olor a colonia, sus ojos azules no eran gélidos cómo siempre solían estar, ahora mismo brillaban en ellos el amor por su luna — Estoy muriendo de hambre, tu hijo me despertó con pequeñas patadas, al parecer él también está hambriento — Temperace hizo un lindo puchero mientras se acariciaba la barriga
Temperace, estaba molesta, le gustaba mucho su trabajo aunque terminara exhausta todos los días, su profesión le daba vida, le ayudaba a salir de las malas rachas que le tocaba enfrentar, pero tenía que reconocer que el malhumorado Alfa tenía razón en que no sabían cómo su cuerpo podía reaccionar al cachorro, el bebé estaba creciendo demasiado rápido— Todavía me siento bien para trabajar, no me veo estar todo el día sentada leyendo revistas y viendo la televisión, soy una mujer muy activa, además tú mismo viste como estábamos sobresaturados de pacientes, ¿dime cómo quieres que los deje abandonados a su suerte?— Pues así, solo abandonalos y dedícate a cuidar de ti, en estos momentos no puedes pensar en nadie más que no sea en ti y en el cachorro, tu barriga está bastante grande, ¿has pensado que eso puede llevarte a hacer un mal movimiento y lastimarte? — el Alfa, estaba siendo demasiado aprensivo —:Realmente no, no he pensado tal cosa, quisiera poder complacerte pero no soy irrespon