¿Recuerdas a los amigos de Angelo? Pues aquí viene su historia, también marcado por el amor y la venganza. Por acá os dejo la sinopsis.
Matrimonio por venganza
Samantha había dedicado su vida a criar a su pequeña hermana y ahora que ella no estaba se sentía vacía. No pararía hasta ver destruido para siempre a Markos. Él tenía la culpa de todo. Tendría su venganza, sin importar el precio. Pero estaba en juego la felicidad de su sobrino y no contaba con que Markos también quisiese al pequeño. No obstante, correría el riesgo hasta las últimas consecuencias, aunque estas la llevaran a un camino sin retorno.
Tenenmos nueva historia, la pregunta es: ¿estáis preparadas?
Capítulo uno: Los recuerdos del pasado Samantha miró a Markos y se sintió en paz con el mundo entero. Sobre todo, después del beso que le había dado para despertarla. —Feliz cumpleaño s— le dijo Markos. —No es mi... ¡Cielos, sí lo es! —exclamó Samanta y se sentó en la cama—. ¡Me había olvidado de mi cumpleaños! —Pero yo no. Markos parecía muy satisfecho consigo mismo. Samantha ni lo oyó, tenía la mirada fija por la sorpresa en la gran pintura al óleo que estaba apoyada contra el pie de la cama. Un retrato de Chloe en el que casi parecía estar viva. Era magnífico. Ella no pudo evitar que su mente volviera al pasado, la carita de su hermana se dibujó en su mente, llena de alegría, como en la foto. —¡He encontrado al auténtico italiano fabuloso! — le había dicho en su momento Chloe por teléfono—. Es increíblemente guapo y rico. Y está loco por mí. —Parece demasiado bueno como para ser verdad— refutó Samantha un poco extrañada. Los novios de Chloe aparecían y desaparecían sin que,
Capítulo dos: Asesino Esa voz oscura y con acento la cortó como si fuera una navaja. Se estremeció y levantó la cabeza lentamente. Él estaba a algunos pasos de distancia. Era un hombre que difícilmente podía pasar inadvertido. Debía medir por lo menos un metro noventa. Su magnífico y caro traje gris oscuro destacaba sus anchos y musculosos hombros y largas y esbeltas piernas. Tenía la gracia letal de un animal salvaje y la autoridad intimidante de un hombre acostumbrado a mandar.Samantha lo miró incrédula cuando él extendió su blanca mano. Los largos dedos eran hermosos.—Por favor, permítame que le ofrezca mis más sinceras condolencias por la trágica muerte de su hermana— murmuró él.Samantha retrocedió un paso rápidamente ante la amenaza de entrar en contacto con aquel hombre.—¿Qué está haciendo usted aquí?—Usted me dejó un mensaje urgente con mi secretaria— le recordó.—Chloe me hizo llamarlo, pero yo no le pedí que viniera, señor Stapoulos. Pregunté por su hermano.—Leonardo e
Capítulo tres: No aceptaré nada de esa gente—No te imaginas quiénes acaban de llegar— le dijo Elisa a Samantha segundos después de que empezara el funeral—. Son ellos... Tienen que ser, ¿no? ¿Quiénes más pueden ser?—Shhh. Calla.Markos y Leonardo Stapoulos. La vista de los dos fue como si a Samantha le dieran un puñetazo en la boca del estómago. Se puso pálida de ira y consideró su presencia una ofensa a la memoria de Chloe. ¿Cómo se atrevían a ir allí a despedir a su hermana cuando entre los dos habían hecho de sus últimos meses un auténtico infierno? ¡¿Cómo se atrevían?! Leonardo no dejaba de mirar al suelo. Parecía más delgado y mayor de lo que lo recordaba y tenía las manos firmemente entrelazadas delante de él.—Es un detalle por su parte eso de venir al funeral— murmuró Elisa sarcásticamente.Era una mujer grande de cerca de cincuenta años y que no dejaba de hablar nunca, sin importar la ocasión.La gente empezó a marcharse y le daba la mano y sus condolencias. Todos eran amig
Capítulo cuatro: Una visita indeseadaSamantha se rio un poco avergonzada. No le gustaba nada cuando Elisa empezaba a hablar de hombres como si lo fueran todo en la existencia de una mujer. No le atraía el sexo opuesto. Cuando era adolescente había sido muy tímida y estudiosa, la empollona de la clase. De adulta no había tenido ni el tiempo ni la oportunidad. Claro que había habido hombres que le habían pedido salir con ellos de vez en cuando y, a veces, había aceptado; pero sólo para descubrir que no querían su compañía, sino su sexo. Y era por eso por lo que se habían acercado a ella. Debían pensar que, como no era muy sociable, caería en sus camas a la primera cita y sin prácticamente ningún esfuerzo.Recordó la dolorosa y humillante experiencia que sufrió con un chico con el que tuvo algo que ver cuando tenía dieciséis años. Él la había invitado a una discoteca una noche y se quedó encantada... hasta que oyó algo que sus compañeras de clase se decían entre risas en los servicios.
Capítulo cinco: El Negociador.Samantha tardó varios segundos en contener su incredulidad. ¡Los Stapoulos querían a Lucca! ¡Querían al hijo de Chloe! No podía creer que ese hombre estuviera hablando en serio. Markos la miró como un gato miraría a un ratón.—A Leonardo le encantan los niños. Lucca será un hijo querido.—Yo realmente... realmente no me creo estar oyendo esto— admitió ella trémulamente—. ¿Primero no deja que su hermano se case con Chloe y luego cree que tiene derecho a quedarse con el niño? Él fue el que cortó con mi hermana, no contestó a sus cartas, permitió que usted la humillara y luego que pasara por un embarazo difícil sin ninguna clase de apoyo por su parte... ¿Y ahora viene usted aquí a decirme que él quiere su hijo?Mientras hablaba la ira se fue apoderando de ella.—Sea lo que sea lo que usted sienta por mi hermano, él es el padre del hijo de su hermana.—No me puedo creer que usted acepte eso.—Leonardo ha heredado de mi madre un raro grupo sanguíneo, Tengo
Capítulo seis: Una propuesta inaceptable—Allegra lo amará como si fuera suyo. No existe ni la amargura ni la malicia en su generoso corazón. Ha tenido muchos meses para acostumbrarse a la idea de que otra mujer iba a tener un hijo de su esposo.Samantha se quedó paralizada. Allegra... ¿El hijo de su esposo? Cielo Santo, ¡Leonardo se había casado con otra mientras su pobre hermana seguía teniendo sus patéticas esperanzas de que volviera con ella! ¡Se había casado de verdad! Sintió asco. No le cupo duda de que la triunfante rival de Chloe ahora se sentía generosa y estaba lista para hacer de madre del hijo de Leonardo.—Vamos a ver. ¿Me está pidiendo que ceda a Lucca a Leonardo y a.… a...?—Allegra.—La esposa de Leonardo— repitió ella para asegurarse de que no lo había entendido mal.—Es una joven amable y encantadora— dijo Markos muy orgulloso.No una pobretona como Chloe, pensó Samantha. No había entendido mal. Si Chloe siguiera viva, ¿habrían venido esos salvajes a pedirle el niño?
Capítulo siete: El dinero no lo es todo. Elisa la miraba boquiabierta. El silencio pareció durar una eternidad.—Dudo mucho que nos vuelva a molestar— digo Samantha por fin, preguntándose cuánto habría oído la otra.Elisa agitó lentamente la cabeza.—No me puedo creer lo que he oído. Eras tú la que le estabas atacando y poniendo nervioso.—Le he dicho unas cuantas verdades. Eso es todo. Y no es precisamente un hombre de hielo. Apuesto que todas las mujeres que conoce se aprovechan de él alabando su ego.—¿Es eso lo que sentías cuando le dijiste que era repelente? ¿Y que tenía que pagar por el sexo?—Quise darle donde le doliera.—Yo no creo que tenga que pagar por eso. Es tremendamente atractivo. Y ¿le has dicho que se acuesta con profesionales?—Mantiene a dos amantes. Si lo hace es que las está pagando.—¡No es lo mismo!—¿Por qué lo estás defendiendo?Elisa gimió.—Samantha. Él no es responsable de la muerte de Chloe. Nadie es responsable de eso. Estás empezando a obsesionarte. Ci
Capítulo ocho: Te quitaré ese niñoSamantha se quedó helada con esa propuesta Se humedeció los labios con la punta de la lengua y él fijó inmediatamente su atención en la voluptuosa curva del labio inferior. Se agitó levemente en su asiento y un músculo se le movió un poco en una de las esquinas de la bocaHabía una gran tensión en el ambiente. Samantha no sabia de dónde había salido, pero la estaba haciendo sentirse incómoda. Se tensó y vio como la boca de él se curvaba con la más pequeña de las sonrisas. Inmediatamente desapareció, pero Markos no dejó de mirarla fijamente ni por un momento.¿Qué le pasaba? ¿Habría estado bebiendo? Tal vez era por eso por lo que se había servido un whisky; más que simplemente por mala educación. Antes casi se había caído, se recordó a sí misma. Además, parecía como si no pudiera mantener la concentración.Y no era el único, pensó al cabo de un momento.Aunque no se la podía culpar a ella de perder el hilo de la conversación cuando ese hombre se esta