Capítulo cincuenta y nueve: Amnesia temporalAquella tarde en el hospital había sido terrible, entre las idas y venidas de los doctores revisando a Angelo, haciéndole preguntas y análisis de todo tipo para comprobar su estado de salud. Por su parte Camile había tenido que salir para Industrias Gatti, pues en las Empresas todo era puro caos y necesitaban de todo el personal disponible para ayudar a restaurar el orden. Teresa se encontraba en un puro nervio debido al extraño comportamiento de su esposo, pero el doctor a cargo del caso le había explicado que era normal, debido al fuerte golpe que se había dado en la cabeza, provocado por la explosión. Estaba tomándose un café en la cafetería del hospital, en tanto que devolvieran a Angelo a la sala después de unos exámenes.—Teresa ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo está Angelo? —preguntó el hermano de Angelo que acababa de llegar.—¡Giulio, que bueno que has venido! —lo recibió ella entre sollozos y se abrazaron. —Disculpa Tessa ¿Cómo estás?
Capítulo sesenta: Recuperar lo que me perteneceAl llegar al hospital Teresa llevaba la bolsa con los dulces favoritos de Angelo, llena de esperanzas en que estos le refrescaran la memoria, abrió la puerta de la habitación donde él se encontraba, pero cuando vio la visita que tan animadamente había recibido su esposo su sangre se heló en las venas y la bolsa cayó al suelo desparramándose el contenido.—¿Katrina, eres tú realmente? —exclamó sin poder disimular su cólera.—Hola,Teresa, también me alegro de verte —respondió Katrina con tono irónico y frio.—¿Ustedes se conocen? —intervino Angelo con curiosidad.—Por supuesto querido, ella es normal que no la reconozcas porque siempre ha sido un ser insignificante para ti —le explicó su maliciosa prima sin darle tiempo a Teresa de salir de su asombro, al tiempo que la arrastraba a fuera de la habitación.—¿Cómo te atreves maldit@? ¿Acaso no te bastó con el daño que ocasionaste en el pasado? ¿Qué has venido a hacer aquí después de tanto ti
Capítulo sesenta y uno: Las artimañas de la cuñadaLa tarde había transcurrido rápidamente, cargada de emociones y se había reservado lo mejor para el final. Para Teresa era casi un sueño hecho realidad, poder llevarse a Angelo a casa después de tantos tropiezos. Al llegar a la villa fueron recibidos por los mellizos que esperaban con ansias el regreso de su padre, al que extrañaban muchísimo, iban acompañados de Gina y como siempre revolotearon por algunos minutos a su alrededor y luego salieron corriendo hacia el parquecito. Ermini por su parte había preparado unos pastelitos con jugo de naranja, el preferido del italiano para la merienda, que sirvió con amabilidad a los recién llegados. Más tarde Angelo se retiró a descansar como había ordenado el doctor, mientras que Teresa y Giulio entablaron conversación.—¿Qué te pareció la visita de mi Prima, Tessa? —preguntó Giulio.—No entiendo qué fue lo que la trajo aquí. ¿Cómo se le ocurrió que podría reconquistar a Angelo después de tan
Capítulo sesenta y dos: SecuestroLlegó el día tan esperado por todos, los mellizos no cabían de entusiasmo, correteaban de un lado a otro sin parar y la pobre Gina no podía controlarlos. Los padres de Angelo fueron los primeros en llegar, un poco más entrada la mañana también lo hicieron, Alice y su esposo, así como Paulo que fue el último, todos cargados de regalos para los niños y muy felices de tener una celebración familiar como hacía ya algún tiempo no se reunían.Los amigos de la familia también asistieron, por supuesto que Samantha y Markos no podía faltar, Teresa estaba feliz de verlos después de tanto tiempo. Su esposo la observaba desde su sillón en su ir y venir, recibiendo los invitados y atendiendo a la familia, y también de cuando en vez, le dirigía una sonrisa con ternura. Sin dudas había hecho la mejor elección cuando decidió casarse con ella, era el amor de su vida.—¿Qué tal la estás pasando cuñadito? —le susurró Camile acercándose por detrás, aprovechando que el ab
Capítulo sesenta y tres: Complot de a tresCuando Teresa le dijo que Victoria,había desaparecido, Angelo no lo dudó ni un instante. Las palabras de Camile le sonaban los oídos. Le recordaban que muy pronto sabría lo que pretendía aquella arpía, que él mismo había aceptado en su casa y en su empresa. Aunque se tratara de su cuñada no dejaba de ser una desconocida a la que debía investigar y se confió. Ahora estaba pagando las consecuencias y no le quedaba otra alternativa que contarle a su esposa todo lo concerniente al tema. A pesar de haber callado todas las insinuaciones y amenazas de Camile para no lastimar a Teresa, no le había servido de nada y tendría que decirle a ella que se lo había estado ocultando.—¿Por qué preguntas por Camile en estos momentos? Hace un buen rato que no la veo. ¿Qué tiene que ver ella? —insistió Teresa intrigada.—Es que hay algunas cosas de ella que tu desconoces y que no te había dicho por no preocuparte —respondió el italiano.—¿Pero de que se trata? ¿
Capítulo sesenta y cuatro: Rescate Después de oír a Katrina tras el auricular amenazando la vida de su hija, Teresa cayó al suelo desmayada y no lograron reanimarla, por lo que la llevaron a su habitación. En la que acababa de despertar y le contaba a su madre lo sucedido, cuando entró Angelo, al que no debía decirle nada sobre el tema o Katrina la tomaría con Vicky, había sido muy clara en ese punto. —¡Angelo! Me asustaste— dijo Teresa al verlo llegar. —¿De quién hablabas? Cuando entré en la habitación lo oí claramente —le preguntó a su esposa algo intrigado, ella no acostumbraba a ocultarle cosas. —Es que no quiero hablar de ello, por favor, no me presiones —dijo ella y se echó a llorar en los brazos de su madre. —No, por supuesto que no te voy a presionar, pero espero que no tenga que ver con la desaparición de Victoria. —¿Por qué lo dices? —le preguntó mientras se enjugaba las lágrimas. —Pues porque los guardias de la puerta me han dicho que Camile salió de aquí poco antes
Capítulo sesenta y cinco: El mejor espectáculoDespués de rescatar a Victoria, de las manos de Katrina, Angelo se dirigió hacia la Villa, donde lo esperaba el resto de la familia. Todos se encontraban en el portón, ya que Stefano que estaba más ansioso que nadie, no dejaba de dar paseítos hasta la puerta divisando la limusina a lo lejos y corrió para avisarles a todos.—¡Ya vienen, ya están llegando! —Dijo el niño y corrió de nuevo a la entrada.Al llegar, Angelo puso a Vitoria en el suelo con delicadeza, como si fuera de cristal, ella no dudó ni un segundo para salir corriendo y echarse en brazos de su hermano que ya venía corriendo a alcanzarla. Fue la escena más conmovedora del mundo, todos lloraban al ver a los mellizos fundidos en un abrazo que nadie podría ocurrírsele separarlos nunca. Angelo y Teresa cruzaron miradas llenas de lágrimas y satisfacción, luego abrazados de sus hijos entraron a la casa, mientras el resto los seguía. Más tarde Gina se llevó a los niños para asear a
Capítulo sesenta y seis: Pasado, presente y futuroYa habían pasado varias semanas desde el secuestro de Vicky, todo volvía a la normalidad, la familia había regresado a Roma, Angelo enfrascado en el trabajo, como siempre y Teresa permanecía casi todo el tiempo en la casa, al cuidado de los mellizos y de su salud que se había deteriorado un poco con los hechos sucedidos recientemente. Tenía poco apetito, náuseas y los desmayos habían persistido. Aunque su esposo le insistió en varias ocasiones de ver a un médico, ella lo fue dejando y ahora ya estaba segura de a que respondían los síntomas.Aquella tarde estaba sentada en la terraza, al tiempo que observaba a los gemelos jugando en el parquecito con Gina. No sintió cuando alguien se le acercó por detrás y le tapó los ojos, pero por supuesto que sabía de quien se trataba.—¡Angelo! —dijo sorprendida, mientras él le daba la vuelta para colocarse delante de ella.—Hola, mía cara. Hoy te ves especialmente bella.—Gracias. Debe ser por al