Ada voltea a mirar a Grey como en cámara lenta. Para ella todo esto es un sueño, siente que se le va a salir el corazón y está a punto de estallar en lágrimas, quiere mirarlo a los ojos, quiere ver que es real.—usted... Yo... ¿De verdad?— musitó sintiendo que su corazón late cada vez más —Ada— la menciona y posa sus manos en el rostro de su esposa sintiendo esas ganas de besarla —debo admitir que esto no lo hice solo... La verdad es que este no es mi fuerte, creo que ya sabes cuál es mi fuerte— él se siente un poco avergonzado —pero de verdad espero que te guste porque de lo contrario creo que...—es precioso— le interrumpe Ada al verlo tan nervioso —no sabes lo importante que es esto para mí— sonríe nerviosa —me alegra que sea de tu agrado, ya no aguanto más Ada, ahora sí no hay nadie que me interrumpa— empieza a besarla y ella le corresponde el beso con la misma intensidad, se necesitan, joder están que se comen ya mismo y lo peor de todo es que él piloto está esperando para pode
—el dulce no me gusta, pero probarlo en tu cuerpo sin duda va a deleitar mi paladar— deja la cuchara encima de la cama y luego agarra una fresa que tiene crema Chantilly Ada siente que se quema, esto es demasiado para ella y eso solo es el inició. —me gusta tu intimidad, lo limpia que eres y tan solo quiero ver lo rosadita que se ponga cuando te folle con todos los poderes— ella abre sus ojos bien grandes por las atrevidas palabras de su esposo —te ves deliciosa— joder... Ada tuvo que cerrar los ojos al sentir que la fresa roza los labios de su intimidad sutilmente, mientras Grey la observa y le encanta la vista que tiene —¡No cierres las piernas!— la ordena al ver su intención, pero es porque Ada se está retorciendo de placer —¡Ahhh...!— Jadea Adamaris al sentir como él le acaricia a la perfección y luego sin previo aviso lleva aquella fresa a los labios de Ada y le dice —cómetela— ella lo hace mientras es observada por su esposo Adams empieza a hacer magia con sus labios, lengua
—así que está en París— Alessandro mira a su hombre de confianza y su mirada es profunda —está con la esposa, según la información fueron por cuestiones laborales, pero eso no es todo señor, al parecer si están enamorados. Mi informante me dijo que se daban besos y caricias muy apasionados—eso es perfecto— hace una mueca de disgusto —si mi querido sobrino está enamorado ya sabemos cuál es su debilidad —hago lo que me pida señor—dejemos que la pareja viva su mejor momento— sonríe con malicia —ahora vamos a encargarnos del cabecilla, si él muere, Adams y yo tendremos un duelo por la herencia y yo ganaré por ser el único hijo— la maldad de Alessandro no tiene límites —¿Está seguro de matar a su propio padre?— la pregunta del trabajador lo hace enojar—¿Qué parte no entendiste?— se acerca a él a pasos firmes —disculpe señor, pensé que era más fácil matar al señor Adams y así usted podría estar más libre —¿Crees que Adams tiene más poder que yo?— empuña sus manos y es tanta su furia
Adams Grey mira a su esposa con intriga analizando su reacción lo que menos quiere es que ella le tenga miedo o quiera apartarse de él. —Entonces... Lo de Vicente no fue un accidente— musitó y Grey suelta un largo suspiro —no fue un accidente— confiesa —está muerto porque era lo que merecía—te quiero hacer una pregunta ¿Para ti todo aquel que falla se debe condenarse a la muerte?—si ese fuera el caso, Gina estuviera muerta —Adams con que la hayas encerrado en un manicomio es para que ella del desespero acabe con su vida —¿¡La estás defendiendo!?— pregunta enojado y hace a Ada a un lado para luego colocarse de pie —¡Jamás! Solo que ningún ser humano tiene derecho a quitarle la vida al otro— lo voltea a mirar —¿Pero ella sí le pudo quitar la vida a mi hijo? Eres demasiado ingenua Adamaris—debes calmarte Adams, tu carácter no va a lograr algo bueno conmigo, lo único que quiero es ayudarte, soy tu esposa y me importas—Si es así ¿Por qué me estás juzgando?—Lo único que quiero es
Ada y Adams tuvieron una jordana de sexo demasiado deliciosa, y es que ambos quieren más y más, aunque Grey no quería salir de la habitación, ya había hecho una reservación para sorprender a su esposa, así que le pidió que se pusiera un hermoso vestido color vino que él deseaba verle puesto. —me falta algo...— Ada mira avergonzada a Grey —¿No tienes bragas?— le pregunta y ella niega con la cabeza —no te preocupes, tengo una para ti y mañana iremos de compras —¿Saldrás de compras conmigo?— Ada se acerca y se lanza a los brazos de su amado —podrás comprar, todo lo que quieras, es hora de que te coloques las bragas, debemos estar a tiempo —¿A dónde me llevarás?— pregunta y observa cómo él le coloca las bragas y atrevidamente antes de terminar de poner, deja un casto beso en el manjar que solo a él le pertenece —no hagas eso... Me provocas mucho —tranquila— pasa saliva porque a él le encanta la intimidad de Ada es la mejor que ha visto —¿Nos vamos?— demanda porque si no todo su e
—no, no te dejaré sola— Bianca mira a los lados. Jamás se había sentido tan vulnerable como en este momento —mas te vale Bianca y para poder salir de esta vida inmerecida tenemos que estar juntas ¿Estás o no estás conmigo?— pregunta mirándola con desdén —lo estoy, madre...— baja su mirada —tengo mucha hambre— susurra —te aguantas, eso te pasa por abortar al heredero de Jacobo. Ahora cambia tu actitud y vamos a un restaurante quizás algún idiota caiga y nos pague todo lo que vayamos a comer, sonríe y sé seductora— Bianca rodea los ojos y tuvo que seguir el paso a su mamá Ingresan a un restaurante prestigioso, es que no quieren aceptar que son pobres. —debes atrapar al pez gordo hija, es eso o lavar platos— Sonia camina como si fuera de la alta sociedad —siento que me miran extraño, ¿Y si alguien de este lugar vio el vídeo? —¡Cállate! Debes negarlo todo ¿Entendido? —sí madre— la chica se sienta con elegancia y mira de manera seductora a los comensales, por si alguno cae en su
—¡No!— exclamó y retrocede un paso por lo tanto Alessandro esboza una sonrisa maligna, a él le encanta que le tengan miedo de hecho de eso se alimenta para seguir haciendo el mal para sentirse poderoso—¿No?— frunce el ceño y Bianca mira a su madre—puedes llevarme a tu habitación— interviene Sonia ya que Bianca cuando no quiere ceder a algo es repelente y no quiero hacer enojar a Alessandro—¿Usted?— miran Sonia con desagrado —a mi me gusta comer platos exquisito de calidad, jamás te tocaría y ni siquiera besarte, estás vieja y fea— Sonia se siente ofendida—¡Usted es una mierda!— gritó furiosa —¡Toda la mierda que le dijiste a mi madre eso eres— lo señala mirándolo con odióAlessandro aprovechó para agarrar a Bianca de la mano y le dijo con autoridad. —lo dudo preciosa, no eres la primera jovencita que he tenido en mis brazos y te juro que todas quieren más— la agarra más fuerte y se la llevaba la habitación—¡No... suéltame! No quiero que me toques— se rehúsa, pero él es fuerte y
La pareja deja de besarse y miran al escolta el cual no tiene buena cara. —disculpe interrumpir señor Grey, pero es importante— se apresura a decir el ver el enojo en el rostro de su jefe—Ada... Dame un momento— se aparta de ella —¡No! Lo que tenga que decir, que lo diga en mi presencia, soy tu esposa y tengo derecho a saber lo que está pasando— habla con carácter—vamos al hotel— Grey la agarra de la mano y la lleva hacia el auto, el momento romántico han acabado y eso suele pasar cuando no matas a la serpiente por la cabeza Ada se deja llevar por su esposo hasta llegar al Ferrari donde suben rápidamente y el escolta se marcha en el otro auto. —¿Es algo muy malo, cierto?— Ada siente sus manos temblar—debes estar tranquila, yo soy el hombre, yo resuelvo— Grey está molesto y no con ella, si no con la vida porque no puede tener paz—pero somos uno solo, yo puedo ayudarte en todo, no me hagas a un lado—lo hago para protegerte —yo también te quiero proteger, por favor no me oculten