—Mi hijo se llama Fernando Barbieri Romaní, y si no he podido venir antes es por mis múltiples ocupaciones — Los presentes observaban atónitos, parecía que era un careo ninguno quería dar su brazo a torcer, era imposible la profesora no supiera quién es murmuraban todos, ella si lo sabía o sospechaba, pero no le daría ese gusto.
—A claro ya decía yo que tenía un aire a Fernando, recuerdo que a los niños no solo se les da comodidad sino también tiempo de calidad y mucho amor, dicho esto si desea ser voluntario puede llenar la hoja que Miss Beatriz le va a entregar junto con el permiso de Fernando. y nos datos que debe de llenar.
Giro el rostro y dio algunas indicaciones más mientras que Doménico rompía el bolígrafo que le había dado, la rabia de que ella lo haya humillado combinado con lo mucho
—Papi, ¿Qué te pareció mi maestra? Es muy linda ¿Cierto? —Mientras veían una película de superhéroes, tenía una fascinación por Iron man.«Sabes papi tú eres como Iron man — Mientras lo miraba fijamente, tratando de llamar su atención.—Iron man ¿Por qué? Yo prefiero ser a ver, déjame pensar así ya sé flash — Mientras trataba de pensar y recordar los superhéroes que le gustaban a su hijo, tenía que admitirlo no está muy ligado a sus gustos, algo que se reprochaba siempre, pero trataba de mejorar.—No pues papi, él es aburrido, eres como Iron Man, porque siempre andas en traje y tienes a un montón de hombres como Happy ese señor muy grande que cuida siempre a Tony Star, claro ahora sí sé tío Mar
—Maestra ya vine, mire traje a mi papi, y se hecho mucha colonia huele rico mi papi— Cuando Rosse volteo para abrazar a Fernandito, su mandíbula casi caía al piso, estaba ese hombre que, aunque ella no quiera no había salido de su mente desde que lo conoció, pero el problema no era su presencia sino, que venía vestido con un pantalón a juego con una chaqueta deportiva en tono azul marino y una camiseta blanca que por el cierre abierto era fácil de ver los músculos por lo pegada que le quedaba, a eso sumándote una gorra negra y una gafas oscuras, parecía sacado de una película.—Hola, Fernandito ¿Cómo amaneciste campeón?, buenos tardes señor Barbieri es un gusto que haya priorizado a su hijo y su bienestar emocional — Dando una sonrisa a lo que Él tuvo que bajar ligeramente las gafas para poder observarl
Estoy mal de la cabeza, si eso debe ser — Mientras se lavaba el rostro aun sin creer lo que había pasado, un hombre como ély haber sucumbido a una mujer de esa manera, no era el hecho que la haya solo besado con semejante público, era el hecho de que se había sentido vivo al hacerlo, por unos segundos sintió que lo llevaba al cielo, aunque él lo que merecía era el infierno, pero en estos años de viudez jamás se había permitido besar los labios de otra mujer, no sabía en que estaba pensando en ese momento, solo se dejó llevar por ese loco impulso que lo llevo a cometer una locura como decía él.—Señor ¿se encuentra bien? No hemos visto a nadie siguiéndolo salvo nosotros que somos como su sombra, — Mientras abría la puerta del baño y los otros guardias vigilaban que nadie se encuentra.
—¡Soy un maldito afortunado! Con esto lo pongo contras las cuerdas, esto no es nada Sandro esto es una pequeña probadita de como poco a poco ira cayendo tu reino Salvatore, maldito apellido. —Mientras se tomaba un vaso de escocés y le pedio a Martin brindar con él.—Perder esos millones le va a afectar bastante — Y se bebía el vaso de escocés que Doménico le había servido.—¿Millones? Martin son muchos millones demasiado para él, que día a día se está hundiendo, ¿Averiguaste o supiste algo de la hermana? Encontrar a esa mocosa sería lo ideal — Se recostaba sobre su sofá de cuero con bordes de madera y tachuelas alrededor.EN OTRO LADO DE LA CIUDAD—¿De dónde la sacaste? Necesito que me cuentes, es tan exqu
—Papá ya, me lo prometiste — Fernandito estaba con los brazos cruzados haciendo un pucheromientras Doménico tomaba su teléfono para marcarle a Rosse, no podía creer que su hijo de cinco años lo está orillando a tomar cartas en el asunto a algo que le estaba dando largas, aquel día de la salida al zoológico cuando se supone que debía preguntarle sobre la respuesta decidió dejarlo pasar, le pareció una mala idea invitarla a salir después de haberla besado no quería en su vida ese tipo de complicaciones, pensó que lo mejor era poner distancia entre ambos, pero su hijo no contribuía, no quería que ella que él tenía intenciones con ella, creía que tal vez esa mujer se haría ideas falsas, así que intento esquivarla, pero ciertamente era algo inevitable teniendo un hijo que la quería hacer de cupido,
—¿Qué haces mujer? No tengo idea que hago mirándome a un espejo dudando de que ponerme esta noche como si esta fuera una cita, claro si ya te besaste con el que esperabas, ¡Santa mierda mi consciencia! Pero él fue claro solo es para hablar de Fernando, Fernandito ese hermoso niño aún recuerdo cuando—¡Hola amiguito! ¿Te quieres presentar o lo hago por ti? —Él solo movía la cabeza negando tenía cuatro años cuando lo conoció todo tímido detrás de las piernas de su guardia de seguridad que no tenía expresión en su rostro solo las manos cruzadas delante de él«Nos falta un flash ¿Te gustaría ser Flash? —El acento con la cabeza confirmando que si le gustaba.
—Fernando es un excelente niño en este tiempo que lo he conocido ha demostrado mucha independencia y le encanta ayudar a otros.Doménico solo la observaba mientras el mesero les servía una copa de vino, no podía dejar de quedar prendado por cada uno de los detalles en ella, el cómo observa y aspiraba el aroma del vino, incluso aquel sonido excitante como el de un minino cuando olio y aspiro aquel aroma, era como si miles de pequeñas luces jugaran a su alrededor—Conti Montrachet Grand Cruz de seis mil dólares la botella.—Se nota que sabe de vinos — Para luego el también beber de su copa, pensó que con eso podía impresionarla, pero al contrario el impresionado fue el.—El hecho de ser maestra de kínder no me hace ajena a ese tipo de delicias, gracias por el vino, ya que sé cuál es su costo
Luego de esa salida y de haber comprobado por cuanto tiempo una mujer puede permanecer en estado sonrojado Rosse pensó que realmente había batido un récord.—Debes quitarte eso de la cabeza, tú no estás aquí para esto, basta recuerdas quien eres en realidad, eres Alfonsina Salvatore— Mientras apoyaba las manos sobre el lavamanos del baño de su casa y se miraba al espejo.»»Mírate, reacciona, solo enfócate en lo que debes hacer, acaso no recuerdas quienestápostrada en una cama por culpa de ese mal nacido de Sandro, la mujer que te quiso como a una hijaestápostrada en una cama sin poder abrir los ojos, ella se sacrificó por ti por hacer que puedas eliminar su maldito imperio de una vez, quiero que le sufra viendo como pedazo a pedazo va cayendo, pero ¿Qué has hecho? Solo estup