—¡Es un abieco, un achuni! Es un achuni o pejesapo, como te va a hacer eso a ti ñañita tan bonita, se lo voy a cortar y dárselo de comer a las pirañas o que se coma la yacumama — Mientras la consolaba y Rosse no dejaba de llorar sintiéndose traicionada, Melodi la apreciaba y no le parecía justo con todo lo que ella había sufrido como para que él le haga algo como eso.—Se supone que si amas a alguien y ese amor es de verdad no olvidas tan fácil, no te enredas con la primera que te abre las piernas, ¿Por qué a mí? Todo este tiempo guardando la esperanza de verlo, de volver a estar entre sus brazos para que lo encuentre con una mujer en la cama, parezco un maldito cliché de algún drama.Mientras Melodi acariciaba su espalda hacía una hora que había regresado y entre lágrimas le contó lo que había pasado y que Jack la había llevado hasta ese lugar, que no se había creído el cuento del ahogamiento.—Tranquila ñañita, se va a arrepentir vas a ver, pero el otro asunto es ese pequeño que seg
Cuando Rosse oyó las palabras de Fernando no pudo llorar y Domenico cayo sentado sobre el sofá delante dela cama, entonces las cosas habían sucedido así.—Cuando los hombres mi hermano nos metieron a la camioneta, luche con todas mis fuerzas pateando la puerta y gritándole a Fernando que saltara, sabía que mi hermano no se compadecería de un niño pequeño y no lo podía someter a algo como eso, sabía que estábamos rumbo a la playa, no lo pensé mucho y decidí que él tenía que salvarse sea como sea por ese le grite que saltara. — Acariciando su cabello y él posaba su rostro cerrando los ojos sobre las caricias, aquellas que había extrañado tanto.—Mamita ¿No te vas a ir verdad? Quiero que me cuentes un cuento.Como podía negarse a lo que su niño bonito le pedía, algo como eso, pero nada era tan fácil, al contario era complejo, pero estaba segura de que esta noche si se podía quedar a su lado y darle todo ese amor contenido que traía dentro.—Voy a tomar un poco de aire mientras te hacen u
—¿Estás segura de esto? — Mientras tomaba sus mejillas con sus manos y la veía directamente a los ojos.—Sí, quiero que sea sorpresa para ambos y para todos en general — Mientras le daba suave beso apenas rosando sus labios y él cerraba los ojos como un bobo enamorado.No se dieron cuenta cuando entro Jack, quien con los brazos cruzados la quedo viendo de manera fija con el entrecejo arrugado y con una Melodi algo ruborizada.—Se supone que venías a ver al niño no a reconciliarte con tu esposo, ustedes las mujeres sí que son sorprendentes — Doménico no entendía primero quien era él o ella y por qué le hablaba así a su mujer.—¿Quién rayos te crees para hablarle así a mi mujer? — Antes que nuestro querido mafioso haga alguna locura, Rosse se puso entre los dos reposando las palmas en el pectoral de su esposo acariciándolo para poder calmar su furia, tal como una bestia es controlada por su domadora.—Mi amor por favor, trata de calmarte, que a este hombre le debo mi vida, se volvió mi
Ni Doménico o Rosse podían creer lo que estaba pasado, especialmente él, Dalia montes aquella mujer que había ingreso a su vida solo para traerle desgracias y enigmas sin resolver, aquella mujer que quiso creer a todo el mundo que su única intención era estar cerca de su sobrino adorado, aquella que con la carita de mujer sufrida, de hermana abnegada se había ido a la basura, ya la máscara haba caído, se mostró tal cual, desesperada, gritando mil y un improperios contra el mundo, Dalila ya no tenía por qué seguir con el teatro ya todo se había ido a la basura desde el momento en que Rosse regresó, gracia a ella es que su plan perfecto, se terminó por caer por lo cual no debía seguir fingiendo quien de verdad no era.—¡Maldita sea tu apellido Barbieri, maldito seas tú! Y esa maldita de ahí, no mereces llevar la sangre de mi querido Sandro, eres más que un estorbo debiste morir, mi terroncito de azúcar no debió tener piedad de ti el día que te secuestro, debiste morir en la embarcació
—Perdóname Doménico, mi maldito apellido daño tu vida de una manera que no deberías perdonar nunca, no merezco tu amor o el de Fernando, tenemos la sangre maldita, mis padres, Elena, mi apellido está maldito debería estar lejos de tu vida para no seguir haciéndote daño. —Con los ojos llenos de lágrimas y ese nudo en la garganta que le provocada saber que por su sangre corría la misma sangre maldita que aquel ser salido del infierno.—Nada de alejarte de mi lado, junto con mis hijos eres lo mejor que me puede pasar, no me importa hermana de quien seas o el apellido que tengas, aquí nadie es culpable de lo que hacen los que comparte tu sangre, tú no tienes la culpa lo que hizo ese malnacido y su odio hacia mi—¡No hables así de él, mi Sandro no es un malnacido, eres un demonio que habla así de él! — Sus ojos destilaban odio, rabia e incredulidad por lo escuchado, su dañada mente junto con su extraña obsesión por alguien que no veía hacía mucho tiempo la cegaban y volvían loca.—Llévatel
—Nanita hermosa — Fue lo primeo que salió de su boca cuando la vio parada frente a sus ojos, tan llena de vida como la recordaba, con algunas huellas de la vida o el cabello algo más blanco, pero era su nanita hermosa, a quien ella consideraba su madre también.—Mi niña estás tan linda, rogué tanto a la virgen por este momento, además mírate hasta con tu bebé — Mientras acariciaba su rostro, era tantos los sentimientos que le embargaban, tantas noches queriendo volver a verla y hoy la tenía, después de tanto verla sufrir, estaba casi segura que su felicidad estaba cerca.—Tome asiento, amor te dejo sola voy a ver a Fernando y sus amigos, está en su casa nana Martina — Doménico las dejo sola, estaba feliz porque su esposa era feliz, habían pasado días desde que se enteraron de la muerte de doña Fiori y ya con un poco de calma en su vida, era hora de darle la felicidad que necesitaba y sabía que doña Tina era como una madre para ella.…—Doménico ¿Rosse? — Era Natalia que batallaba pa
—Hola, mi nombre es Charlotee, tal vez es un atrevimiento de mi parte llegar si haberte dicho nada, hable con mi madre y me hizo dar cuenta que era lo correcto además que — Frente a ella pudo ver a una mujer que bordeaba los cuarenta años aproximadamente, de cabello castaño y piel clara, se notaba nerviosa y Rosse seguía sin entender por qué tanto misterio, además de admitir que se parecía mucho a su nana Tina no por algo era su hija—He visto fotografías tuyas antes, tengo una duda ¿Esa muchachita con quien viniste es tu hija? — No podía seguir con la curiosidad, es que algo dentro de ella se encendió en cuanto la vio, como si algo en ella le dijera que había algo más.—Así es, aunque también deberías saber que ella no solo es mi hija, comparte la sangre contigo porque es tu sobrina — Aunque tenía algo tipo de presentimiento en su interior, nada la preparaba para una noticia como aquella, tanto el impacto que Doménico tuvo que sostenerla y ayudarla a sentar para que se pueda calmar
—Mamá, entonces tengo tía, abuela, a Jack también le puedo decir tío ¿Cierto? — Mientras lo ayudaba a cambiarse para la fiesta de bienvenida para el bebé de Martín y Apolinaria, la sonrisa de su niño era con aquello que había logrado sobrevivir en su mente en aquel infierno que vivió gracias a la sangre de su sangre.—Habrá que preguntarle, hoy vendrá con su novia mi amiga Melodi ¿La recuerdas? — Hacía una semana que le habían confirmado la noticia, pero la que no estaba muy de acuerdo era Charlotte la madre de Jack, no veía con buenos ojos, pues pensaba que ella solo buscaba pasar de refugiada a residente con el noviazgo de su hijo, no la creía la mujer para su hijo además que sabía muy bien su pasado, pero desconocía el trasfondo de aquel empleo tan cuestionado.—Ah si la recuerdo, la que habla chistoso y me dice… como era mami.—Guambrillo, así hablan en la selva del Perú hijo, recuerdas que vimos unos documentales sobre ellos, vamos que estás más guapo que nunca, solo no te ensuci