¡A peticion de mis lectores! ahora es que queda señor Alexander para rato, besos gracias por seguirme y apoyarme.
Nancy Holmes En dos semanas, mi papa ya corría por la orilla de la playa como si fuese un jovencito, eso me alegro demasiado…Nunca lo había visto con tanta vitalidad, parece incluso otro hombre, lo observo desde la casa, jugar con los niños y no puedo evitar sonreír como una boba, no quiero que es
—Entonces nos vamos con ustedes. — Le dice Bill —No tú te vas en tu yate, no hay espacio en el avión para ti. — Le responde Jasón con una sonrisa, yo no digo nada ¡pero hay cuatro puestos vacios en el jet!, ¡todos en casa lo sabemos! Ninguno de nosotros los miembros de la familia revelamos el secr
Nancy Holmes A las dos de la mañana me da sed, y voy a la cocina alumbrando con la luz de mi celular, para no molestar a nadie, abro la nevera y cuando la cierro frente a mi esta BilL —¡Me asustaste!— Le regaño —No puedo dormir, tengo toda la noche en vela consiente que estas a poca distancia de
—Bravo lo logro la bastarda.— Dice él y el señor Alexander se molesta mucho e intenta árdele encima, no le importa el estatus, lo único que le importa es defender a su hija, con uñas y dientes i es necesario. —Espera por favor, no le des importancia, sus comentarios no me afectan yo sé que no soy n
Nancy Holmes Abro los ojos con dificultad, y a mi lado esta Jasón sosteniendo mi mano se encuentra dormido , como una avalancha vienen a mi cabeza todos los recuerdos, mi hermano con el arma disparándome…el dolor intenso en mi pecho y también logre verlo a él, caer mortalmente herido frente a mí.
—Nada importante cariño, tú no debes preocuparte por nada. — Suelta mi padre dándome un beso en la frente, me siento súper consentida por ellos, pero no soy tonta algo está pasando que no sé, pero pienso averiguarlo en casa, tengo todo el tiempo del mundo para hacer de detective. En casa las cocine
Jasón Holmes Me hubiese encantado estar presente en el operativo donde capturaron a Bill, vi todo por las noticias y en ese momento fue que se dio a conocer que la empresa había sufrido de un desfalco, precisamente después que ya teníamos el dinero restaurado en nuestras cuentas. Siempre el desgra
—¿Qué fue la chismosa que está ventilando mi vida privada?— Cuestiono tomandola por los hombros y sacudiéndola con rabia. —Me lastimas.— Se queja ella mirándome con miedo. —¿Viniste a decirme eso?— Cuestiono serio —Vine a ponerme a tus órdenes, sabes que te amo y que no tengo problema en complace