Salto a la piscina, el agua fría contrasta con el estado de mi cuerpo, no sé cuantos grados de temperatura he alcanzado con solo un roce de sus labios No sé que voy a hacer con esta situación, espero que no se vuelva a repetir, ojala ni siquiera quiera hablar de esto, es algo que me dejo en un esta
Alec Cole — ¿Por qué me pones esa tentación?— Le pregunto a Dios al ver a Alice en ese traje de baño blanco que la convierte en una deidad divina. Me acerco a ella estoy tan caliente que necesito entrar de nuevo a esa piscina pero lo hago con ella en mis hombros como un cavernícola. Jugamos un ra
—No tengo nada que hablar contigo. — Me responde entre susurros. —Ya te demostrare que si. — Aseguro con los ojos entrecerrados. Me obligo a comer, ambos nos vamos a le empresa en el mismo auto, pero varios guardias nos siguen. —Di lo que tengas que decir de una buena vez. — Dice ella seria manej
Alice Cole A partir de ese día mi hermano y yo comenzamos a tratarnos como extraños, comencé a evitarlo aunque en el fondo me lastimaba la situación habíamos sido tan unidos antes… Estoy en mi oficina, pensativa mirando a la cuidad y en ese momento entra Max—Hola amor, quería invitarte a almorzar.
—No he dejado de pensar en lo que hicimos hace unos días.— Susurra ronco, y mi piel se eriza, mi respiración se agita y cuando estamos en el ascensor como dos niños traviesos nos damos un beso que me deja más atolondrada. El se separa de mi cuando se abre la puerta y yo estoy aun con la boca abier
—Gracias.— Susurro. —No hay de que, tu eres mi reina y yo te bajare el cielo y las estrellas si me lo pides.— Me asegura. —Tonto, lo único que quiero y necesito es que estés a mi lado por siempre.— Aseguro y nos volvemos a besar. Después de almorzar vuelvo a trabajar a la empresa pero casi no pu
Alice Cole. Bajo pensativa a desayunar con mi familia, cuando me siento en la mesa todos ya están allí. —Buenos días hermanita ¿Qué tal pasaste la noche?— Cuestiona Alec con una sonrisa guasona comiendo como si no se hubiese propasado conmigo anoche. —Perfectamente Alec, sobre todo después de nue
—Alice y yo tomamos la decisión de irnos a vivir junto a partir de ahora.— informa Mar Alec se levanta de la mesa como impulsado por un resorte.—Te prohíbo que salgas de casa sin estar casada.— Ladra dejando a todos perplejos esperaba esa reacción de mis padre, pero de el no, el no tiene derecho a