Los árboles se mostraban de un hermoso color, el viento de la primavera era encantador, además del hecho de que todo parecía mágico, la enorme casa en el árbol estaba invadida de risas y todo parecía ser no más que como un sueño mágico en el que todo podía ser posible, estaba tan encantada con todo, estaba completamente fascinada con todo lo que ocurría a mi alrededor, pero entonces en medio de todo pude escuchar el quejido de una niña, una pequeña niña que observaba a los demás jugar desde la distancia y no se acercaba para nada a aquellos, como si estos no desearan estar con ella, como si no fuese más que una molestia para ellos, por lo menos así fue como lo pude percibir.

--Niña… ¿Por qué lloras? —me quedo completamente sorprendida al escuchar mi antigua voz, era sin duda mi antigua voz, por eso observe mis manos y allí estaba aquella vieja cicatriz de la vez que intente hacerme la graciosa con los cuchillos para cocinar algo delicioso a mi padre y termine en el hospital, incluso t