POV DE AMELIAAl despertar, sentí que estaba acostada en una cama y me dolía la cabeza. Abrí los ojos, pero la claridad me molestó haciéndolos doler, así que los cerré de nuevo. Había tenido una pesadilla horrible. Me estiré y sentí dolor en todo el cuerpo. Algo me incomodaba alrededor del pie, abrí los ojos, me senté en la cama y me acostumbré a la luz. Cuando pude ver con claridad, noté que mi pie estaba inmovilizado, observé a mi alrededor y me encontraba en una habitación de hospital.—No, esto no puede ser real.Murmuré desesperada, sin poder creerlo. Pero cuando miré mis brazos tuve la certeza de que era verdad, que estaba viviendo una pesadilla. Mis brazos estaban lastimados con arañazos, resultado de mi huida por el bosque. Comencé a recordar todo lo que había pasado.—Si todo es verdad, entonces ¿Magnos es un lobo? —pensé con desesperación. Empecé a respirar con rapidez y a entrar en pánico. Me costaba respirar, comencé a llorar y solo empeoró la situación. Las máquinas empe
POV DE MAGNOSDurante dos días, estuve pendiente de Amelia y nuestras crías. Cecilia y Helio me informaban de todo lo que pasaba con Amelia. A Cosmo no le gustó no poder estar al lado de las crías. Yo quería quedarme, pero tengo mis responsabilidades con mi manada.Estoy esperando a que Amelia despierte para hablar con ella. Olí a mi hermana en el pasillo de mi habitación, viniendo hacia acá. No tardó en tocar la puerta.— Adelante — dije. ¿Qué hace en casa? Cecilia debería estar en el hospital cuidando a Amelia y mis crías. Entró con una gran sonrisa.— Buenos días, hermano — dijo Cecilia contenta. No sé por qué tanta alegría tan temprano.— Buenos días, Cecilia. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el hospital? — pregunté.— Vine a casa por ropa limpia. Ya vuelvo para allá. Quiero estar ahí cuando Amelia despierte. Helio dijo que debería despertar hoy. No sé cómo los humanos pueden dormir tanto — comentó Cecilia.— No te apures, yo voy al hospital ahora. Puedes descansar un poco —
POV DE AMELIAEstaba sentado frente a mí, mirándome fijamente como un depredador que observa y analiza a su presa. Su mirada sobre mí era fría y cruel, causándome escalofríos nada agradables por todo el cuerpo.—Quiero explicarte cómo serán las cosas de ahora en adelante. Ahora que sabes lo que soy, no necesito fingir —dijo, refiriéndose a lo que vi en el bosque. Ni siquiera sabía si lo que vi en el bosque era real.—No entiendo de qué estás hablando —dije, armándome de valor, haciéndome la desentendida. No puedo dejarme dominar por el miedo ahora, tengo cuatro hijos que proteger.—¿No entiendes? ¿No recuerdas lo que pasó en el bosque antes de desmayarte? —preguntó, pareciendo impaciente. Este ser siempre estaba de mal humor.—No me acuerdo, mi memoria está confusa, no logro recordar nada. Solo recuerdo encontrarme con cuatro lobos y despertar aquí —dije, mintiendo descaradamente. Se levantó y se acercó, quedando muy cerca de la cama. Me retraje por instinto.—¿Sabías que eres pésima
POV DE MAGNOSEsta humana cree que tiene poder de elección. Tendré que enseñarle su lugar en mi vida y en esta manada. La miraba y sentía el aroma maravilloso de su miedo. No entendía cómo podía sentir su miedo, pero no su esencia única. Si pudiera, facilitaría mucho las cosas, pues sería imposible para Amelia esconderse de mí. Necesito mantener a esta humana donde pueda verla. Amelia tiene un arma poderosa contra mí, su falta de olor. Pensaba mientras salía de la habitación de Amelia y me dirigía hacia Helio, que estaba en el pasillo esperándome.—Ella no puede sospechar que nadie aquí puede sentir su olor. Si se entera de que puede pasar desapercibida a nuestro olfato, intentará escapar. —Comentó Cosmo en mi mente.—Mantendremos vigilancia constante sobre Amelia. Y prohibiré que alguien le diga que no tiene olor. —Dije.—Magnos, sé que no te agradan las brujas, hechiceros, magos, elementales o cualquiera que use magia. Pero necesitamos consultar a uno de estos seres de confianza del
POV DE AMELIACuando Magnos salió, yo seguía temblando de miedo. Oír su risa siniestra me hizo sentir un terror que nunca había experimentado. Sentí unas ganas enormes de salir corriendo para salvar mi vida. Pero por desgracia tenía el pie derecho inmovilizado. Así que solo pude encogerme y soportar su aura abrumadora y tenebrosa. Sentía miedo de ese ser hasta en el alma. Pero tenía que superar ese miedo por el bien de mis hijos. Estaba en una situación delicada aquí y, como él se encargó de dejar bien claro, no tenía elección. Mis pensamientos y sentimientos eran un caos. ¿Cómo se podía creer en este absurdo que Magnos me contó? Pero ¿cómo no creer en lo que mis ojos me mostraron?Era necesito asegurarme de que mis bebés estarán bien. No sé cómo nacerán mis hijos, si tendrán pelo, orejas puntiagudas o hocico de lobo. Debo admitir que eso me preocupaba. Pero no dejaré de amarlos si nacen diferentes. Lo que más me inquietaba era que quiera quitármelos. No podía permitir eso.Será nece
POV DE MAGNOSEsperaba sentado en el pasillo mientras Helio arreglaba todo para dar de alta a Amelia. De repente, escuché a Helio llamándome a través de la conexión mental. ¿Habrá pasado algo con Amelia?, pensé.—¿Qué sucedió? —pregunté.—No pasó nada, alfa —respondió. Suspiré aliviado.—Entonces, ¿por qué me llamas en vez de agilizar el alta de la humana? —pregunté, impaciente por tener que estar sentado aquí esperando. Tengo muchas tareas, soy un alfa muy ocupado.—Perdone, alfa. Vine a pedir permiso para hablarle a Amelia sobre la enfermedad —dijo apresuradamente.—¿Por qué quieres contárselo? —pregunté.—Amelia preguntó por qué ella y los cachorros son la esperanza de la manada. Creo que sería bueno que lo supiera, no sabemos si los cachorros se verán afectados y Amelia es una médica genetista. Puede ayudarnos —explicó Helio. Pensé que no habría problema en que Amelia lo supiera. Antes de dar mi permiso, tuve una idea para comenzar el castigo de esa humana irritante.—Te autorizo
POV DE AMELIADespués de que Helio se fue, me quedé pensativa. Estaba desesperada con estos descubrimientos. Saber que hay una enfermedad que puede afectar a mis bebés me dejó mucho más angustiada que enterarme de que estos hombres lobo comen carne humana.Por un momento sentí miedo. Pero según aquel médico traidor, soy valiosa para todos aquí. Así que por ahora, no tengo que preocuparme por convertirme en comida. Magnos no permitirá que me toquen. Pero vaya mundo complicado en el que vine a parar.No quería ayudar a estas bestias sedientas de sangre, pero lamentablemente hay un cincuenta por ciento o más de probabilidad de que mis hijos sean como su padre y puedan transformarse en hombres lobo.No estoy diciendo que crea que ese infeliz es el padre de mis hijos. Solo estoy suponiendo. Por mis hijos, ayudaré a encontrar una cura.De repente, escuché un gruñido y me asusté, di un brinco en la cama. Giré la cabeza hacia donde vino el gruñido y me encontré con ese infeliz mirándome de ce
POV DE AMELIAEsta Cecilia parece amable, pero no debo creer en sonrisas y palabras bonitas. Debo recordar que es hermana de este ogro y que estoy en medio de una manada de hombres lobo sedientos de sangre que odian a los humanos. Creo que es mejor seguir fingiendo ser obediente para sobrevivir en este lugar y hacer mi estadía aquí agradable.— Hola, soy Amelia Carter — me presenté, siendo educada.— Lo sé. ¿Cómo te sientes? — preguntó Cecilia entusiasmada.— Me siento bien. Solo mi pie me duele un poco — respondí.— Entiendo. Fuiste muy imprudente al huir y correr por un bosque desconocido. Tu pie tardará en curarse. No actúes con imprudencia otra vez — me advirtió Cecilia. Este ser me está regañando. ¿Quién se cree que es?— La desesperación nos lleva a actuar sin pensar en las consecuencias. Una persona con miedo hará todo para huir de lo que le causa ese sentimiento. Y una madre mata y muere por sus hijos — dije firme y tranquila.— Sí, tienes razón. No quería ofenderte — dijo Cec