— Debemos irnos ahora, podrían llegar más— Dinorah estaba fuera de sí, ese tipo estaba muy loco. Más que ella, porque jamás se había planteado algo tan fuerte como aquella acción.
Dereck y James salieron con Hugo y las chicas le siguieron, mientras Barrick aún seguía viendo el lugar donde antes yacía el mago.Con una mirada de desconcierto.—Vámonos Barrick, debemos llegar con Electra.Este solo asintió y salió del lugar. El auto en el que iban era un tanto pequeño por eso habían decidido que una parte tomaría un taxi y luego a una distancia prudente podrían hacer la desmaterializacion. En el taxi se irían Barrick y Dinorah, y en el auto Sarah, Isabella y ambos lobos.Habían logrado sacar a Hugo con vida pero su debilidad tenía preocupados a los lobos, podían sentir el débil latido de su corazón y estaba más que seguros que no aguantaría ese traslado, tendrían que ingeniárselas de otra forma.— El no aguantará la desmaterializacionElectra se encontraba sumida en la oscuridad, un lugar donde el silencio era ensordecedor y la confusión la envolvía. —Donde estoy? —Se preguntó asi misma al sentirse en la nada.— Es exactamente eso,Electra. La nada.—respondió una voz muy conocida. Iluminando con fuego el lugar—¡ Fyre!— exclamó con alegría Electra al ver a su amigo.— Tienes que ser fuerte Electra, debes aguantar y controlar el dolor. Esta vez despertaré con más fuerza y la energía negativa de mi contraparte es más poderosa que aquella vez, se fuerte y no dejes que te controle.— le dijo con seriedad el hombre que tenía la apariencia de su padre.—Más fuerte que antes?—Este solo asintió —Si no lo controlas y aguantas el dolor, morirás y lo que despertara en tu lugar no será nada bueno, puedo asegurarte que será el final para el mundo.— Las palabras de Fyre traían peso, uno que cargaba Electra en sus hombros al cambiar el destino de todos.— Entonces, solo tengo que resistir, no— preguntó con determinación, aunque s
Ya Electra había vivido aquello, sabía del amor que el sentía por Izan, y esa traición era más que posible que lo estuviese destruyendo por dentro, toda esa rabia que sentia solo era por haber sido engañado de aquella forma.Quería tenerlo de su lado pero jamás obligarlo y menos hubiera querido haberlo herido. James negó con la cabeza al escuchar la contrariedad en el interior de Electra, tenía una lucha interna de sí era la responsable por el odio y dolor que experimentaba Hugo en ese momento.●No niña, no eres la responsable. Todo esto sucedió antes de que llegaras a su vida, por lo tanto el único culpable aquí es el por confiar demasiado en un idiota niño bonito.● Te equivocas James, si es mi culpa. Izan lo busco para poder hacerse con mi poder cuando Gwyddyon así lo decidiese, me haría lo mismo que hacía con Hugo.— le respondió Electra a James por el enlace mental, sorprendiéndose luego de aquella acción. Miró a James con asombro y este solo
— Claro que puedo escucharte, no estoy sorda y todos aquí te escuchamos— señaló a todos en la sala literalmente con sus manos y sonriendo al no entender las caras de los demás— todos escucharon las preguntas que hacía no?— todos negaron, pero Electra estaba nerviosa, aterrada se podría decir, pensando en si estaba o no haciendo lo correcto —Derek, ustedes tienen un lazo mucho más fuerte, has podido comunicarte con ella de esa forma?— preguntó intrigada Sarah, y Derek sólo negó. —Nunca intenté usar ese lazo, por miedo a su reacción y… rechazo— murmuró avergonzado ganándose una risa de burla de Hanna y Dinorah — Eres muy tonto lobito— le dijo Dinorah y Hanna dejo de reir y la miro mal—es cierto que sería algo fuerte para la muñequita del bosque pero es fuerte y además tiene mi mismo espíritu. Me caes bien Hanna A Hanna no le agrado para nada que llamará así a Derek y que se refiriera a ella como muñequita, le pareció despectivo. —
Electra sabía que estaba caminando por la cuerda floja intentando cambiar el destino.Cada vez que reescribía el tiempo, cada vez que torcía los hilos del futuro para salvar a quienes amaba, una parte de su ser se desmoronaba. Pero no había vuelta atrás. Estaba dispuesta a continuar, a sacrificarlo todo, incluso si ello significaba perder lentamente su parte de ella. Lo único que la mantenía en pie era el firme convencimiento de que su lucha valía la pena.Sin embargo, en lo más profundo, Electra temía perderse por completo a sí misma. Sabía que jugar con el tiempo no era algo que una persona normal pudiera soportar eternamente. Pero ella no era normal, y eso también la aterraba.Mientras tanto, Hanna, su verdadera confidente, no entendía por completo lo que estaba en juego. Electra la había protegido, había mantenido en secreto los verdaderos costos de reescribir el destino. Pero el momento de la verdad estaba cerca, y cuando Hanna lo supiera, ¿cómo reaccionaría? Electra temía que su
—¿Qué estás diciendo? —preguntó, su voz temblando ante la posibilidad que nunca había considerado.—Lo que te dije —respondió él, su mirada intensa y decidida—. Eres mi mate, Electra. Si tú caes, yo igual. La conexión que compartimos va más allá de cualquier cosa que entiendas. Estamos unidos por el lazo de la diosa luna.Electra sintió que el aire se le escapaba. Sabía que había tomado decisiones que podían llevarla a la destrucción, pero nunca imaginó que su final también significara el de James. Se suponía que iba a salvarlo, no a herirlo y menos a llevárselo entre las garras.—No puedes estar hablando en serio, James. Me estas diciendo que...?— Electra se movia de un lado a otro pensando en todo lo que habia hecho para llegar hasta allí—. No,no,no, eso no debe pasar, esto lo he hecho por ti, Hanna, por todos James.—Quisiera entender tu frustración Electra, pero no se en verdad que mas nos ocultas. El lazo de una alfa y su mate es tan fuerte q
—James…. Estás solo?—James dio un paso atrás, el corazón latiéndole con fuerza mientras observaba a Celeste entrar con una confianza deslumbrante. Su cabello rubio caía en suaves ondas alrededor de su rostro, y su mirada había estado entrenada para buscarlo en cualquier rincón.—¿Dónde estás? —preguntó ella, su voz melodiosa pero cargada de insinuaciones—. Te estuve buscando.La incomodidad creció en el aire, y Electra sintió cómo la tensión se acumulaba en su pecho, las insinuaciones de esa mujer hacia James la enojaban en gran manera. Pero, no podía permitir que su presencia alterara todo lo que había construido.—Celeste, estoy... ocupado —respondió James, tratando de mantener su tono neutro mientras sus músculos se tensaban.— ¿Qué estás haciendo aqui, a estas horas?—¿Ocupado? —repitió ella, avanzando un paso más hacia él—. ¿Ocupado con qué? Siempre hay tiempo para nosotros. Y como mahoma no fue a la montaña, pues la montaña ha venido a mahoma.
Electra se mantuvo inmóvil, observando la puerta por la que Celeste había desaparecido. Su mente giraba en torno a una sola pregunta: ¿quién era esa mujer, y qué tipo de relación tenía con James y con el destino que debía cambiar?—Electra… —La voz de James sonó cautelosa mientras se giraba hacia ella. Sabía que ella lo había visto todo, y lo que más le preocupaba ahora era la tormenta que estaba a punto de desatarse—. No es lo que parece.Electra, que aún sentía las chispas de energía correr por sus manos, trató de calmarse, pero no pudo evitar dar un paso hacia él, sus ojos ardiendo con furia y los celos dominaban casi por completo sus pensamientos. —¿No es lo que parece? —repitió, con un tono bajo pero cargado de rabia —. ¿De verdad esperas que me trague eso después de lo que acabo de ver? ¿Que diablos fue eso,James— escupió furiosa. La forma en que miraba a James decía todo lo que sentía. El tomó asiento en su escritorio mientras veía como se enojaba
Al entrar al departamento de James, Electra sintió una sensación de alivio y nerviosismo. El lugar era acogedor, con un estilo moderno que reflejaba su personalidad. La luz suave iluminaba los rincones, y un suave aroma a madera y cítricos llenaba el aire. Sin embargo, su mente seguía agitada por lo sucedido recientemente. —¿Te gustaría darte una ducha o cenamos primero? —sugirió James, rompiendo el silencio mientras se movía hacia la sala—. Te ves agotada.Electra sonrió, agradecida por su preocupación. —Una ducha suena bien. Y no tengo hambre— pero pronto su estómago la haría quedar mal,pues no había probado comida desde la mañana. Jaime sonrió y negó divertido— tu estómago no piensa lo mismo, ven subamos.James la guió hacia la habitación,la decoración la sorprendió con su elegancia sutil. Una cama grande con sábanas oscuras dominaba el espacio, iluminado por una lámpara moderna que creaba sombras intrigantes. Algunos libros y papel