KIERAN:
Miré a mi beta Fenris, que estaba emocionado con la posibilidad de que Clara fuera realmente su compañera destinada. Las tres humanas eran muy bellas y llamaban la atención de hombres de cualquier naturaleza, pero Claris era la más hermosa de todas para mí. Tenía una seguridad y firmeza en su mirada que me recordaba la primera vez que llegó a mi oficina solicitando el puesto de asistente. Ahora mostraba más madurez y sabía exactamente lo que quería. No veía en ella las inseguridades que siempre envolvían a mi Luna en el pasado.
—¿Qué hacemos, mi alfa? ¿Crees que sean ellas las tres lobas lunares que mencionas del pasado? —preguntó Fenris—. Porque si es ella, seré el lobo más feliz de la tierra. Me encanta, sin importar que sea humana.—Debemos ir con cuidado —dije, observando detenidamente a Claris, que sCLARIS:Todo había sucedido de repente: la llamada del amigo de mamá al llegar a este país, pidiendo nuestra ayuda para firmar un contrato con el gran empresario Kieran Theron, quien aseguraba que podría ayudarnos a establecernos aquí, y la firma para trabajar para él, todo en un día.—Si él se fija en ti, Claris, todas las puertas se te abrirán —había dicho él, y era cierto. Ese contrato que firmó sin apenas mirarlo decía mucho sobre un hombre con tanto poder, y me hacía acelerar el corazón.Nunca antes un hombre me había hecho sentir así. Por eso, al mismo tiempo, me sentía confundida y halagada. Había algo salvaje en él que me atraía y me asustaba a partes iguales.—Es como si no fueran completamente humanos —susurré para mí misma, y un escalofrío recorrió
CLARIS:Lo miré, desconcertada, ante la pregunta que me había hecho, ya que apenas nos conocíamos y no tendría que hacérmela. Miré hacia la carretera oscura, preguntándome a dónde me llevaba. No le respondí; me mantuve en silencio hasta que llegamos a un hermoso mirador. En la cima había una increíble casa de cristal, que se alzaba majestuosa contra el cielo nocturno. Desde cualquier ángulo de la casa, la ciudad se extendía como un mar de luces titilantes bajo nosotros, mientras el firmamento desplegaba su manto de estrellas brillantes, tan cercanas que parecían al alcance de la mano. El aire de montaña, limpio y fresco, transportaba el sutil aroma de los pinos que rodeaban la propiedad, creando una atmósfera casi mágica, donde el límite entre el cielo y la tierra parecía difuminarse en el horizonte. —¿De quién es este lugar? —pregunté mientras observaba la moderna estructura de cristal. —Es mía —respondió Kieran con una sonrisa enigmática, mientras
KIRIAN:No podía creerlo, me había dejado llevar; quería sentir a mi Luna con los ojos cerrados. Nuestros corazones latían al unísono, sincronizados con el misterioso ritmo de la noche. Sentía el calor de su piel, un contrapunto perfecto al frío brillo lunar. La brisa susurraba secretos entre las hojas, y por un momento, la eternidad parecía posible.Sus ojos, profundos como un océano infinito, se alzaron para encontrarse con los míos. Era como si pudiera ver dentro de mi alma, desnudando cada pensamiento y cada anhelo que me consumía. No éramos solo un hombre y una mujer; éramos símbolos de lo que el destino había tejido en nuestro camino.—No entiendo del todo lo que me pasa contigo —murmuró ella, apenas un suspiro—. Pero siento como si te conociera.Una chispa de magia vibró en el aire; la conexión entre nuestros mun
CLARIS:Me sentía realmente confundida con todo lo que había sucedido. No es que fuera una santa, pero siempre había evitado tener este tipo de citas en las que se hace todo en una sola noche. Sin embargo, Kieran Theron era un hombre enigmático que me inspiraba a querer saber más. Lo había buscado en internet y descubrí que era un negociante muy exitoso, pero no se conocía nada de su vida personal. Por mucho que busqué, todo lo que encontré fueron sus éxitos en los negocios y la manera en que desaparecía por largos períodos. Quizás se escondía en esta casa en lo alto de una montaña.—No tienes que responder —lo interrumpí al verlo titubear—. No importa quién seas.Quería agregar que esto había sido solo una noche, que no volvería a suceder, pero no confiaba en mí misma. Ahora mismo deseaba volver
KAESAR: Le había cedido el control a mi lobo Kian para que amara también a la humana Claris, con la esperanza de que él, como la vez anterior, se conectara con ella. Sin embargo, no encontró nada sobrenatural en ella. Al finalizar, por fin nos quedamos dormidos uno al lado del otro. Los rayos del sol nos despertaron al chocar contra mi piel. Mi casa de cristal estaba completamente iluminada. Me sorprendí de haberme quedado dormido hasta esa hora, ya que siempre me levantaba en la madrugada. Claris seguía profundamente dormida. La tomé en mis brazos y la llevé a la cama, donde se acurrucó abrazada a la almohada. Fue entonces cuando vi los dos puntos de mis colmillos en su cuello; me apresuré a pasar la lengua para hacerlos desaparecer. —Kian, te dije que no la marcaras —le reproché a mi lobo mientras entraba al baño para darme una ducha fría. —No lo hice, solo quería comprobar que era humana, que no había en ella nada sobrenatural —dijo tristemente—. No es nuestra Luna, es s
ALFA ALEH:Estaba furioso por tener que retroceder ante el alfa Kieran Theron una vez más. Pero no podía enfrentarlo ahora, cuando tras muchos años intentando lograr la paz entre nuestras manadas, finalmente lo había logrado inesperadamente.—Papá, yo encontré a la abogada Elena primero. ¿Por qué dejaste que Kieran se quedara con ellas tres? —gruñó mi hijo mayor, Vorn.—No seas estúpido. Serás mi sucesor y tienes que aprender cuándo retirarte ante un alfa superior —gruñí, molesto. No me gustaba la situación. Esas tres humanas eran realmente hermosas y útiles. —Esto es una retirada estratégica. Era evidente que Elena estaba interesada en ti
CLARIS: Kieran tomó mi cintura y, sin dificultad, me hizo subirme a su cintura. Caminó sin dejar de besarme de regreso al cuarto. Con sensualidad, me colocó en la cama sin dejar de recorrerme con sus manos, pero algo me llamó la atención. Lo había hecho la noche anterior y ahora también. Lo hacía con los ojos cerrados, ¿por qué no quería verme o… a quién estaba imaginando?La sensación de su piel y el fervor de su contacto físico eran intensos y embriagadores. Sin embargo, esa simple observación sembraba una duda silenciosa en mi mente. Éramos dos desconocidos, unidos por el azar y atraídos por la intensidad del momento, pero incluso en ese contexto había enigmas que me hacían cuestionar lo que realmente estaba sucediendo.Tal vez todo se trataba de un juego de atracción pura y desenfrenad
KIERAN:Miraba a Claris sentada a mi lado en el asiento del copiloto. Desde la noche anterior, decidí que conduciría yo mismo; era una necesidad primitiva de control. No podía confiar esta tarea a nadie más. Conduje en silencio por la ruta que serpenteaba hacia la reserva dentro de la ciudad. Era mi territorio, una extensa área de bosque virgen que había adquirido mucho antes de que la urbe se expandiera tanto.El complejo consistía en varias casas estratégicamente distribuidas, con mi residencia principal dominando el centro. Sabía que no era la mejor decisión instalar a las tres hermanas dentro de mi territorio, pero había logrado establecer una zona neutral donde los humanos podían habitar sin perturbar a la manada.Al detener el auto, Claris despertó, parpadeando con confusión mientras observaba el entorno desconocido. —¿Dónde estamos