En el jardín casi todo está listo. Los invitados han comenzado a llegar y tomar sus lugares, susurrando con emoción mientras los músicos afinan los instrumentos y los meseros pasan con bandejas de champagne. La tarde ha comenzado a teñirse con los tonos dorados del atardecer, cubriendo todo con una luz cálida y suave. Grigori, de pie a un lado, pasa su mano por el bolsillo interior de su chaqueta, asegurándose de que la pequeña caja con los anillos siga ahí. No es que desconfíe de sí mismo, pero en un evento como este, cualquier error podría ser catastrófico y lo último que quiere es aguantar la histeria de Dmitry. Una vez que confirma que todo está en su lugar, deja escapar un suspiro y alza la mirada, justo a tiempo para ver a un mesero pasar frente a él con una bandeja repleta de copas de champagne. Sin pensarlo demasiado, llama la atención del mozo y extendiendo su mano, toma una de las copas y le bebe toda de un solo trago.El burbujeante líquido se desliza por su garganta refr
༻ 6 MESES ATRÁS ༺—¿Los mataste? —pregunta mientras mantiene su mirada al frente.—¿Qué?Grigori escucha la pregunta y solo parpadea, sorprendido por la forma fría y directa presente en su tono.—A los hombres que secuestraron a la niña— dice, ahora en un tono bajo, con miedo de la respuesta que puede recibir—. ¿Los mataste?Grigori guarda silencio por un momento y solo lo observa de reojo. Arman sigue con la mirada clavada en la carretera, su agarre en el volante más firme de lo necesario y aunque no ve sus ojos, su tono deja en claro que tiene miedo.—Sí —responde sin titubeos.Arman cierra los ojos un instante antes de soltar un largo suspiro.—Pensé que intentarías justificarte—confiesa con pesadez.—No hay justificación que quieras escuchar. Si esperas una mentira la cual resignarte a creer, no esperes recibirla de mi parte. No voy a construir una relación sobre escombros de verdad disfrazadas. Sé lo que hice, y lo volvería a hacer si fuera necesario.—Parece que solo tengo dos o
El murmullo de los invitados comienza a apagarse poco a poco, al tiempo que el sonido de la música instrumental comienza a flotar en el aire con suavidad haciendo que todo se vuelva aún más íntimo y mágico.Anastasia permanece inmóvil en el interior de la casa, sintiendo cómo su corazón late desbocado y poco a poco la realidad del momento comienza a abrumarla. Su pecho se eleva y desciende marcado por su respiración irregular, sus manos sudan y, a pesar de que el vestido es ligero, su piel se siente atrapada en un calor sofocante. La verdad es que, apenas si escucha lo que ocurre a su alrededor. En solo unos segundos, todo su mundo se ha reducido al acelerado latido de su corazón y a la incertidumbre que la golpea con fuerza. —Respira, cariño —dice una voz suave a su lado. Vera. Anastasia parpadea y girando su cuerpo, se encuentra con los ojos dulces y comprensivos de su madre.La mujer le sonríe con ternura antes de dejar sobre la mesa su bouquet y tomar las manos de Anastasia en
Todos se mantienen en silencio mientras escuchan al sacerdote dar las bendiciones correspondientes al matrimonio, seguidas de las palabras de aliento y consejo sobre cómo sobrellevar los momentos difíciles que se pueden presentar en la relación y donde mejor tienen que hacer gala del amor que se profesa para lograr salir adelante y mantenerse juntos.Ya hacia la parte final de la ceremonia, el sacerdote se aclara la garganta con solemnidad y les dirige una cálida sonrisa.—Ahora, los novios pueden proceder con sus votos.Al escuchar esas palabras, Anastasia y Dmitry se miran, sus manos se buscan y se entrelazan con firmeza. En el instante en que sus ojos se encuentran, el mundo exterior se desvanece. Todo el nerviosismo, la tensión, la ansiedad de los días previos, desaparecen como si nunca hubieran existido, al igual que todo lo demás. En este momento solo son ellos dos.Tras un ligero asentimiento de cabeza como acuerdo mutuo, Dmitry es el primero en hablar.—Anastasia… —comienza. S
El murmullo de la fiesta queda lejos en el fondo, mezclándose con la música y las risas de los invitados, pero en este momento, aquello es lo de menos.En un rincón apartado del jardín, Layeska corre de un lado a otro entre los arbustos con los ojos brillantes de emoción, intentando atrapar las diminutas luces que revolotean a su alrededor.—¡Ven aquí! ¡Déjate atrapar! —susurra, dando pequeños saltos y alzando las manos en un intento de cerrar los dedos alrededor de una luciérnaga.Pero las pequeñas criaturas parecen más astutas y rápidas que ella, por lo que escapan antes de que pueda siquiera atraparlas. Tras varios intentos fallidos, la frustración se dibuja en el rostro de la pequeña y un puchero se instala en sus labios. Está a punto de quejarse cuando una voz infantil, desconocida para ella, e inentendible suena a sus espaldas y capta su atención.—Lo stai facendo nel modo sbagliato. (Lo estás haciendo de la manera incorrecta.)— dice de forma amable mientras una sonrisa se dibuj
Las luces de la ciudad parpadean a través del parabrisas mientras el auto avanza por las calles en dirección a la estación de trenes. Grigori mantiene ambas manos firmemente en el volante, los nudillos levemente tensos mientras suelta un suspiro frustrado y bajas maldiciones.—Dmitry es un completo idiota… ¡carajo! —masculla, manteniendo la vista en la carretera—. ¿Cómo demonios pudo olvidar los boletos del tren cuando yo mismo le recordé que los metiera en su chaqueta? ¡Se lo repetí hasta el cansancio!A su lado, en el asiento del copiloto, Arman escucha sus quejas en total silencio.El peli negro bosteza y se estira perezosamente antes de girarse un poco hacia él para verlo mejor.—Tal vez con las prisas simplemente lo olvidó —dice en un tono somnoliento, frotándose los ojos con el dorso de la mano mientras intenta mantenerse despierto—. Son cosas que suelen pasar.Al escuchar el intento de Arman por justificarlo, Grigori le lanza una mirada de incredulidad antes de regresar la vis
Al salir de la estación de trenes, Arman y Grigori son recibidos por el sol del mediodía que brilla intensamente sobre ellos. Después de un viaje de seis horas encerrados en una cabina con aire acondicionado, el calor que los cubre se siente reconfortante y la ligera brisa que sopla les ayuda a despejar un poco la somnolencia del viaje. Ahora que han descansado durante el trayecto, ambos pueden asegurar que sus ánimos están más calmados, aunque la incomodidad de estar en otro país sin maletas, sin sus billeteras y sin documentos sigue rondando en la mente de Arman.—Dime que al menos tú tienes algo de dinero escondido en algún lado — dice mientras observa a Grigori, dejando que su ceño se frunza un poco motivado por la preocupación.Por su parte, Grigori escucha la pregunta de su novio mientras bosteza y se estira un poco buscando terminar de desperezar su cuerpo antes de encogerse de hombros.—Si supiera que íbamos a terminar secuestrados en un tren, y varados en otro país quizás ha
La puerta de la casa se abre de golpe cuando Grigori entra sin detenerse a mirar a nadie. Su rostro refleja pura irritación, y su andar decidido y furioso deja claro que no está de humor para escuchar explicaciones ni disculpas.Ante su tempestiva entrada, las conversaciones que se desarrollan en la sala, se detienen al instante. Todos en la estancia giran la cabeza para verlo avanzar con paso firme. Saben que deberían esperarse una reacción intensa de su parte, pero lo que no imaginan es lo que está a punto de suceder.Dmitry, se coloca de pie junto al verlo.—Por fin llegas —dice con una leve sonrisa.Pero la respuesta que recibe es un puñetazo directo en el rostro que lo hace retroceder y tambalearse.Un jadeo colectivo llena la sala. Un segundo de silencio absoluto se instala en la estancia antes de que el caos amenace con estallar.—¡Grigori! —exclama Anastasia, acercandose a su esposo.Pero Grigori ni siquiera la escucha. Su atención está completamente enfocada en Dmitry, quien