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El doctor dejó una receta de medicamentos que ayudarían a Alina, a qué los vómitos se le quitaran, también dejó la prescripción de vitaminas para ella y para los trillizos, el ginecólogo debía estar pendiente de la madre de los hijos del aterrador Ceo, Dorian Montana, las veinticuatro horas del día

Alina, después de la consulta se encerró en el cuarto de baño de la habitación a llorar, ¿quién no lloraría abrumada si te dieran la noticia de que lo pensabas sería un embarazo ya de por sí complicado por qué ni siquiera estás casada, se convirtiera en un embarazo de tres bebés?

Dorian, subió a su habitación, sabía que su mujer no estaba del todo bien, la noticia de los trillizos la había afectado muchísimo, comprendía su preocupación, un solo bebé era para ellos algo todavía no sabían cómo manejar, que de pronto te digan que son tres los bebés que vienen en camino, eso te deja en shock

— Querida, abre la puerta, ven habla conmigo, lo que sea que ocurra lo resolveremos — el Ceo tocaba s