Una vez que ya me repuse del dolor, me acerque a David rendida, rodeandome él mi cuerpo con sus brazos, juntando sus labios con los míos, en un beso lujurioso y apasionado vitoreando nos todos los invitados — Ya eres mía, todo su ser es mio — me dijo David La fiesta siguió como si no hubiera pasado nada, aunque la mujer que se atrevió a acercarse a mí, me cogió del brazo haciéndome entrar con ella en la casa, nos fuimos al salón sentandonos las dos en el sofá y sacando de su bolso un tubo me empezó a poner una especie de crema en la marca. — Si tu marido te ha marcado es, porque debe quererte mucho, eso lo hace para protegerse de quien quiera hacerte daño — me dijo — Gracias por todo, me llamo Andrea — le dije — Yo me llamo Fiorella, y no me tienes que dar las gracias aunque me gustaria ser tu amiga si tu quieres — me dijo rozando sus labios con los míos mientras nos mirábamos — ¿Volvemos a la fiesta? — le pregunté La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada, Fiorella no se
El que me acostara con el hombre que le debía dinero a mi marido, dio su resultado a los pocos días, le pagó todo lo que le debía haciéndole un pedido de veinte toneladas más, pagándole en efectivo. La noche que tenían que preparar las lanchas con la cocaína acompañe a David al puerto, de donde iban a salir los barcos cargados de polvo blanco, viendo como se acercaba hasta donde yo estaba, a Fiorella acompañando también a su marido que junto a David, eran los encargados de controlar que los pedidos de cocaína salieran bien y a su hora para que los del DEA no los pillaran. Una vez que los barcos salieron del puerto para su destino y todo estaba muy tranquilo, regresamos en nuestro coche hasta nuestra casa, acompañados por Fiorella y Luis su marido. Llegamos y entramos los cuatro en la sala, mi marido sacó del mueble bar, una botella de whisky y otra de tequila dejando cuatro vasos en la mesita, poniendo Luis un tequila para su mujer y otro para mi, sirviendose los dos hombres en el vas
Aquellos desalmados me obligaron a subir a uno de sus vehículos, pero lo que nunca podría olvidar era ver como saltaba la sangre de la cabeza del chofer cuando lo ejecutaron delante mío, como en un segundo todo lo que había alrededor se tiñó de rojo. Una vez en el todo terreno pude sentir a ambos lados de mi cuerpo, el calor de aquellos dos hombres malvados y sin escrúpulos, ¿me harían a mi también lo mismo? ,me preguntaba,aunque no estaba muy segura de lo que harían conmigo, mientras mi cuerpo temblaba como una hoja y mis palpitaciones aumentaban. Por alguna razón no era miedo lo que sentía o si me mataban, era desconcierto porque no sabia que harian conmigo, en parte estaba tranquila, ya que perfectamente sabía que mi hijo ya estaba con su padre, pero lo que no cesaba de preguntarme era, quienes eran esos hombres y que querían de mí, yo no tenía nada que ofrecerles, David era quien manejaba todos los hilos de la cocaína y de mi vida. No hablaron en todo el camino, lo único que podía
Salimos del ascensor cuando se quedó parado y se abrieron las puertas, besándonos como dos adolescentes mientras nos quitabamos la ropa, quedando en pocos segundos desnudos, me cogió con sus manos de mis nalgas subiéndome a su cintura rodeándolo con mis piernas, embriagando todo mi ser con su boca acariciando mi piel mientras se introducía dentro de mí con su miembro haciéndome suya, puse mis manos en su nuca enredando su pelo con mis dedos, estirando de él cada vez con el placer de sus movimientos formando solo uno mientras hacíamos el amor de pie, cayendo rendidos los dos en la cama cuando llegamos los dos al unísono en un precioso y placentero climax. — Necesitaba verte otra vez, me dejaste muy impresionado, por tu belleza, por tu forma de moverte tan sensual, por tu boca tan caliente justo donde se necesita, toda tú eres única — me dijo Jonas — Eres muy amable, me dices cosas maravillosas — dije acariciando su mejilla, juntando nuestros labios después. — Quédate conmigo y te pro
Jonas se acercó al hombre que teníamos enfrente nuestra, alejándose un poco los dos de la mesa donde yo me encontraba. Poco tiempo después y después de hablar los dos, el extraño hombre se marchó sentándose otra vez Jonas en la mesa conmigo.— Vamos a desayunar tranquilamente, por que luego tenemos que marcharnos a Roma, la cita con mi socio se ha adelantado un poco — me dijo muy serioTerminamos de desayunar, marchandonos seguidamente hacia lo ascensores, Jonas introdujo en una ranura una llave poniéndose en marcha el ascensor, mientras subíamos miraba al hombre que tenía a mi lado, guapo, abdomen perfecto y musculado, labios perfilados y muy carnosos, pantalones ajustados marcando su virilidad, y deseable desde la cabeza hasta sus pies.— Andrea, ya hemos llegado — me dijo sacándome de mis pensamientos— Perdón no me habia dado cuenta — respondíEntramos en la habitación y recogimos todo lo que teníamos esparcido por allí, volviendo otra vez al ascensor. Ya en la calle el chofer de
Me fui rápidamente al dormitorio, porque no quería que me viera Dominique aunque no me hubiera importado mucho, ya que también estaba Liam y deseaba echar a los brazos del hombre que amaba, pero temía que David se enterara y me volviera a secuestrar. Distraída con mis pensamientos no me di cuenta que Jonas había entrado en el dormitorio hasta que sentí sus cálidos brazos alrededor de mi cuerpo.— ¿Qué hacían Dominique y Liam aquí? — le pregunté— Dominique ha venido mandado por el cabrón de David y Liam como es su yerno había con su suegro venido por si la discusión terminaba con los puños, supongo — me dijo— He escuchado parte de la conversación, ¿qué le ha pasado a Priscilla? — pregunté— Tuvo una fuerte discusión con Liam, ella se marchó en su coche y tuvo un grave accidente, pero ahora él se siente culpable y está siempre en la clínica cuidando de ella, a tu hijo lo cuida ahora una niñera que ha contratado él, mientras respire esa puta, pero no te preocupes por nada porque sé pe
Ya era el medio día cuando nos marchamos del edificio donde Russo tenía su empresa, subimos a la limusina dando la orden Jonas al chofer para que nos llevara a uno de sus restaurantes, dejándome perpleja cuando lo escuche.El chofer paró casi una hora más tarde en el parking de uno de los restaurantes, nos abrió las puerta ayudandome Jonas a bajar. Nada más entrar en el local, el maitre lo saludó como si se conocieran de siempre haciendo que lo acompañaramos a un comedor privado, al llegar, Jonas me abrió la silla como buen caballero para que me sentara, sentándose él en otra silla al lado mio.— Espero que Russo me ayude a volver con mi hijo y meta a David y a Dominique entre rejas — le dije— Espera que nos sirvan la comida y hablamos, aunque el comedor sea privado aquí en Roma no te puedes fiar de nadie y como ya te dije que, entre ladrones no hay honor — me dijo Jonas.El camarero nos trajo una botella de vino, puso un poco en un vaso ofreciendoselo a Jonas, cuando lo probo y dio
Jonas se iba por las mañanas sin darme explicaciones de dónde iba y regresaba por las noches, dejándome siempre a dos de sus guardaespaldas vigilando la casa,Pero dos días después cuando llegó a la casa no vino solo, Jonas entró sonriente y cuando se echó a un lado pude ver a Liam detrás de él, el plato que llevaba en la mano se me resbaló cayendo al suelo haciéndose añicos, pero no me importo. Corrí hasta los brazos de Liam, dejándonos solos Jonas,Liam y yo juntamos nuestros labios apretando nuestras bocas mientras se comían, cuando ya no nos quedaba oxígeno nos separamos un poco abrazandome él y poniendo mi cabeza en su pecho nos sentamos en el sofá.— Cuando me ha dicho Jonas que estabas en Nueva York no me lo podía creer, Andrea mi amor, te echo tanto de menos cariño — me dijo Liam— Yo también te he echado de menos Liam, ¿cómo está nuestro hijo? — pregunté— Está muy bien, gracias a un inspector de policía amigo mío que lo encontró en una especie de tratas de niños, ahora nuest