7 años
Aria
-¡Mami, ayúdame por favor! - grité a todo pulmón
Tenía miedo, mucho miedo, esto sucedía hace mucho tiempo, para ser exactos desde que tenía 4 años, no sabía lo que hacía ni porque, solo se que cada vez dolía mucho más, no sabía que era peor, si el dolor físico o el dolor mental, pero lo único que si sabía es que tenía que pararlo, porque no podía soportarlo más.
- ¡Para por favor! Duele mucho - le decía, pero quizás no escuchaba o quizás no lo decía tan fuerte, tenia tanto dolor que respirar costaba, aveces las peores personas son esas las que tienes a simple viste, son la que sonríen como ángeles pero son el propio demonio
- ¡Tú chiquilla! Como no lo supe antes, si eres igual a él - No sabía a qué se refería con aquello, siempre repetía lo mismo, pero lo que si sabía era que tenía que hacer algo.
- ¡Suéltame! - grité y con la poca fuerza que tenía le di una patada que lo golpeó justo en el muslo, pero él fue más fuerte y me dio una cachetada que me detuvo de golpearlo de nuevo.
Sentí miedo, mucho dolor y solo quería que esto acabará, quería que alguien viniera y lo alejará de mí, pero el solo seguía y yo solo pensaba que esto nunca acabaría, hasta que escuche a alguien a lo lejos, era mi madre, mi ángel , suspire, sabía que me escucharía y vendría a salvarme, pero lo que no sabía era lo que sucedería después ....
.........
Me desperté en unos brazos que me abrazaban tan fuerte que hacía que todo doliera más, pero lo supe, por su voz, era mamá, me apretaba muy fuerte y estaba llorando mucho, abrí los ojos y la vi, estaba hinchada de tanto llorar, no la veía así desde aquel día en la playa, no recuerdo porque lloraba pero lo que si recuerdo es que ese fue mi día feliz, el único que he tenido desde hace 2 años, el niño de ojos azules, el niño que no tenía los dos dientes frontales pero que aún así no paraba de sonreír, el niño que me hizo construir un castillo de arena mientras mi madre discutía con él, el monstruo, por algo que no entendía, recordarlo me hizo sonreír un poco hasta que vi a mamá de nuevo y toda sonrisa se borró de mi cara.
- Lo siento tanto mi pequeña saltamontes - me susurraba en el oído.
- No volverá a hacerlo, ¡lo prometo! - me repetía lo mismo una y otra vez.
Era la primera vez que venía a mamá así, tan destrozada, no sabía lo que había pasado antes, hubo un momento en que no aguante el dolor y cerré mis ojos, vi como la golpeaba y mama trataba de defendderse, tampoco sabía lo que pasaría luego y menos porque se encuentran en ese estado, lo único que pensé en hacer fue ponerle mi pequeña mano en su cara, mi madre era hermosa, tez morena, ojos color miel muy expresivos y una dulzura que solo Amelia Montgomery podía tener, pero en estos momentos en sus ojos solo veía mucha tristeza, me dio una pequeña sonrisa a lo que yo le respondí dándole una igual, era nuestra sonrisa de cómplices, de que cuando yo quería algo le sonreía de esa manera y ella ya sabía que algo estaba tramando o, solo que esta vez, fue ella quien me la dio primero y no sabía que podría significar o que podría querer,la mire con confusión
- Mami, estas bien? - le pregunte
- Tengo que decirte algo mi pequeña saltamontes y necesito que sea nuestro secreto si? - me dijo
- ¡Si mami! - le respondí
- Debes prometerme que serás una buena niña como siempre lo has sido - dijo con lágrimas en los ojos - Que no importa lo que pase ahora ni luego, serás la dulce y pequeña Aria que siempre has sido, iras con la tía Katherine por unos días , te pasare buscando para irnos lejos, nos iremos a otra casa más bonita- Dijo dándome un abrazo tan dulce como si fuera una muñeca de porcelana
- ¿Dónde tendremos un columpio mami? - le pregunte con mucha emoción
- Si mi pequeña saltamontes, tendrá uno para ti y uno para mí- me susurro en el oído- Te amo mi pequeña Aria, lo siento por no llegar a tiempo, lo siento por no darme cuenta y por sobre todo, lo siento por dejar que pasara.
Eso último fue lo que me dijo antes de darme un abrazo, colocarme con sumo cuidado en el sofá y levantarse e ir a abrir la puerta que hasta ahora no había escuchado, cuando la abrió entro mi tía Kathe, era la mejor tía del mundo, siempre parecía una estrella, alumbrando el cielo de todos.
-! ¡Tía Kathe! - arenilla
Ella volteo y me miro con una sonrisa que no le llegaba a los ojos, camino hasta el sofá y se sentó a mi lado con cuidado de no lastimarme, hasta ahora sé que no sentí la mitad de mi cara del lado derecho, temía que mami volviera a dejarme sola con él y lo volviera a hacer.
- Mi pequeña Aria - Me abrazo tía Kathe - Te duele algo más aparte de la cara ratoncito?
Le señale varias partes de mi cuerpo, hubo una donde le dije que siempre dolía y mucho, ella miro a mi madre y yo gire mi cara para verla, justo cuando me doy cuenta de algo que no había notado antes, cuando iba a preguntar, sonó el timbre de la casa.
- Hay que llevarla al médico mel- Hablo mi tía con voz rota, así la llamaba from que tengo uso de memoria - Algo muy malo paso.
- ¡Crees que no lo sé! - Exclamo- Ese Hijo de - No termina la oración al ver que la miraba con los ojos muy abiertos.
Era la primera vez que mamá decía una mala palabra, siempre decía que las damas no las decían y yo siempre le creía.
- Escucha Kathe- suspira mamá- necesito que la lleves, yo tengo que resolver el otro asunto, te lo pido por favor- Hablo mamá con lágrimas en los ojos- Es mi niña, mi bebe y yo solo- me miro y respiro profundo - no puedo dejar que siga haciéndolo o que se lo haga a alguien más.
- Mel, que harás? - le pregunto tía kathe
- Lo destruiré así me arrastre con el- se acercó hasta el sofá, se puso en cuclillas y nos miró a ambas- Las amo, son mi mundo, tú mi pequeña saltamontes, se buena bebé, volveré, promesa de meñique- me tendió su meñique y yo junte el mío con el de ella, luego mira a tía kathe aun sosteniendo mi dedo y le tendió el de su otra mano- Volveré osita.
Así llamaba mamá a tía kathe, aunque tenía mucho tiempo sin hacerlo, no sabía porque nos prometía tal cosa, no sabía porque tía kathe lloraba tanto, lo que si entendía era que mamá se estaba despidiendo de ambas y lo que más daba miedo, era que quizá, sería la última vez en ver su carita de ángel, porque mamá, nunca volvió por mí.
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Empezamos esta gran Historia
Espero y se encuentren bien, mis Saltamontes
Qué triste fueron esos años, tener el deseo y la necesidad de vivir pero no tener la habilidad.
- Charles Bukowski
14 años despuésAria.-! Ariaaa!mueve tu culo ahora - grita katheDesde que vivo con ella hace aproximadamente 14 años, siempre anda gritando, sigo sin entender porque lo hace si solo vivimos nosotras tres, dogui el gato de la vecina que a veces se cuela en el apartamento y Rancee, el pequeño terremoto de la tía kathe .- Mami, esa es una mala palabra- escucho que le dice Rancee.Yo rió entres dientes<
AriaSiento manos en mí, un cuerpo sudoroso que no deja de moverse, dedos que me aprietan muy fuerte, cierro los ojos.Odio verlo, odio su olor, lo odio a él, a veces odio a mi padre por dejar que el monstruo invadiera nuestra vida, nuestra casa, nuestra familia, pero quizás el no sabía el monstruo que tenía bajo su techo, él no sabía que existía el monstruo de la oscuridad y mamá creo que tampoco.-Me gusta cuando estas así de calladita, chiquilla - odiaba que me dijera así, odiaba que tuviera poder sobre mi, sobre mi cuerpo.<
Lo que miro en el reflejo del espejo es el vivo ejemplo que no he dormido mucho los últimosdías, suspiro, estoy cansada, tanto que respirar duele. Lo que hago es cerrar los ojos y vuelven las pesadillas, quiero suponer que Kathe no se ha dado cuenta, Rancee lleva dos días quedándose con su abuela por parte de papá por lo tanto tampoco me dirá que parezco un mapache. Sin contar que ver las cicatrices cuentan mi historia de m****a todos los días, soy de tez blanca, cabello negro, ojos color miel. Muchas personas dicen que es lo que más resalta de mí, mis ojos, luego están las cicatrices que hay dispersas por mi cuerpo, toco la que se encuentra en mi muñeca, piel abultada que me da escalofríos, fue mi primer intento de suicidio, cicatrices que me recuerdan tiempos oscuros, dolor, repulsión y asco, el hecho de mirarme solo provoca querer que aquel día el monstruo acabara conmigo. Bajo la mano y las pa
Ojos color mielTez blanca y cabello negro.Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi.Fue en la playa, siempre iba con mi padre, a él le encantaba, éramos tan unidos que a veces pensaba que éramos uno solo, mientras que a mí ,me gustaba la tranquilidad que esta transmitía, el sonido de las olas siempre me hacíasonreír,bajo del auto y ayudo a papá a bajar unas cosas de la misma, para luego desprenderme de mis zapatos y tocar la arena con mis pequeños pies, al mirar a mi alrededor me percate de otra pequeña persona, era una niña en realidad, cabello negro que se movía con el viento, postura rígida, manos hecha puños, como si quisiera golpear a
AriaDespierto sintiendo que no descanse, vaya mierda, rasco la cicatriz que tengo en la muñeca, la ansiedad está llegando a mí de manera intensa, el no dormir y el pensar está jugando tenis en mi cabeza, suspiro quitando la colcha de mi cuerpo para levantarme de la cama, necesito la receta para poder comprarme las drogas, y no, no hablo de verdaderas drogas, si no, esas dichosas llamadas medicinas que hacen que parezca un puto zombi.Entro al baño quitándome la ropa en el proceso, me miro en el espejo, odio lo que veo, ojeras, piel pálida y labios sin color, esto es lo que hace el, el monstruo cada día, es un hijo de puta si me lo preguntan, al pensarlo me doy cuenta que al ir con Dana tendré que hablar un poco, pero como soy la hija de puta mayor ,sé que entrare, insultare un poco, y listo, difícil para muchos, pan comido para m
ZacharySuspiro cansado, pongo los ojos en blancos y sigo viendo al mismo hombre en la misma posición como si de un militar se tratara.- Tarde o temprano se va a enterar- estoy cansado de esta mierda y de su sonrisa de puto de mierda- que carajos quieres que haga?- Que hagas el puto trabajo que te di- gruñe- que dejes de verle el culo y no pienses con esa cabeza si no con la otra, no eres un niño Zachary, mantén tu jodida verga en tus pantalones- me riñe.Odio esta mierda, Dios, el no entiende que cada vez que me acerco a esa mujer todo en mí se debilita, mi corazón empieza a acelerarse, y la sangre abandona mi cerebro para dirigirse un poco hacia abajo, no sabe mi pasado, solo sabe lo que conoce desde hace 3 a&n
AriaSiempre he pensado que conoces a una persona por una simple razón, destino, muchas personas dicen que creer en Dios también hace que conozcas a personas extraordinarias.Hace años mi Dios no existía, conocí a uno de los peores monstruos que pueda existir en la tierra, lo llamaba el monstruo de la oscuridad, a veces cuando duermo, siento como me asfixia, no paraba de apretar hasta que no sintiera que dejaría de respirar, no paraba de golpear hasta que estuviera satisfecho, no dejaba de cortar al menos que dejara de gritar, el, el monstruo, me quito a mi ángel de la guarda, a quien fue mi Dios, le hizo la mayor de las atrocidades, esas son las personas que Dios debe pudrir en la cárcel, no dejarlas en libertad para salgan a seguir arruinando personas.Desde que Boris hablo conmigo he tratado de dormir lo más
ZacharyDiez minutosDiez minutos fue lo que tuve que invertir en tiempo para darme cuenta que algo pasaba con ella, cuando llegue al salón de clases ya se encontraba ahí, recostada en el pupitre viendo un punto fijo en la pared, tenía más ojeras desde la última vez, Boris no me había pasado información para saber cómo iba el caso, no quería que leyera su expediente y eso me estaba cansando, no sabía contra quien luchábamos ni porque, no tenía miedo por mí, sino por ella, lo que sea que esté pasando la estaba atormentando en todos los sentidos.Podría decir que ahorita estaba bajo los efectos de antidepresivos y ansiolíticos, para un ex marine, que había tenido miles de batallas, donde veía gente bajo los efectos de otro tipo de drogas, sabia c