Leonel se detuvo en seco.Entrecerró sus ojos, dándose cuenta de que ella hablaba en serio. —Vine a buscarte. Quiero que te mudes a Puerto Rico y que vivamos juntos allá.Si verla allí le sorprendió, esa invitación lo dejó perplejo.—¿Por qué?Ella miró el brazo comprometido, luego clavó su mirada en los oscuros ojos de él. —Porque ya basta, ya está bueno de estar aquí dejándote ver solo en momentos específicos del día como un vampiro. Ya basta de recuperarte lejos de un hospital y con doctores a domicilio porque tu vida corre peligro. Porque ya basta de la destrucción de las almas por gente que es mas poderosa de lo que podemos pensar, o incluso ver…—Quieres que huya.—No quiero que huyas, quiero que estés a salvo. Así como me has mantenido a salvo, así como te has sacrificado por mí en el pasado. Así mismo me encantaría que lo hicieras por ti.—¿Y crees que no lo he hecho? Me he desligado de algo imposible. No sabes cuánta gente de las filas de Gael lo ha intentado, sin mucho éxit
Ella se arropaba con el edredón, de medio lado, mirándolo en silencio mientras la sobaba. Leonel estaba sentado, ya se había curado la herida, ella le ayudó, él le explicó cómo hacerlo, Sofía aprendió rápido, y se colocó de nuevo el cabestrillo, ingiriendo también dos pastillas para el dolor.El empresario se asustó un poco luego de haber tenido sexo con ella en la ducha, ya que el dolor punzante se sintió pésimo, pero hasta ese momento todo estaba bien. Hizo sus notas mentales de hacerse pronto un chequeo más profundo.—Leonel…—¿Mmm?—¿Qué ha ocurrido con el vídeo? ¿No se ha encontrado una forma de conseguirlo?Él detuvo sus toques en la pierna descubierta de Sofía y la miró.Hicimos algunos movimientos para ello, no se encontró nada.—¿Cómo hicieron?—A través de una mucama de la casa de Gael. —¿Y cómo sabes que ella sí les colaboró?—Porque no es una mucama, es alguien de mi equipo.Sofía no dijo nada al respecto.—No lo debe tener allí entonces. O lo habrá borrado. No sé si ese
—Amiga, ¿cómo se siente estar en este motel tan cutre? —Se echó a reír, mientras que Elizabeth comenzaba a ponerse nerviosa—. ¿Me dejas pasar?La rubia Elizabeth Cord tragó grueso, le dio escalofríos esa inesperada visita.Dejó entrar a la esposa de Gael y cerró la puerta. Tamara, justo al entrar, se detuvo en seco, quedándose de pie. Miró a su alrededor, el lugar estaba limpio, ordenado y no olía mal, como a café y perfume de mujer. Divisó una maleta vacía, rectangular y de ruedas, abierta de par en par sobre la única cama matrimonial del lugar.—¿Sacaste cosas de tu apartamento? ¿Gael no te dijo que no te llevaras nada? ¿Qué empacarás allí? —Señaló la maleta de forma despectiva.—No saqué nasa de mi piso —respondió Elizabeth, vestida con un pantalón de tela gruesa color negro, un top del mismo tono y encima de éste, un chaleco color mostaza con grandes botones al frente de color marrón claro—. Compraré algunas cosas con el efectivo que me dio el trabajador de tu esposo cuando me tr
En el avión, la pareja conversó sobre Liam y la decisión de vivir juntos. Leonel estuvo de acuerdo en todo lo que la madre del pequeño propuso. No era la mejor idea dormir en la misma habitación justo al llegar. Querían primero explicarle a Liam cómo sería la situación de ahora en adelante, ver si él la aceptaba, pero sin dejar de pasar tiempo juntos dentro de la casa, invertir mas tiempo entre ellos como una nueva pareja que anhelaba asentarse en medio de caos y miedo, con salidas, en una vida en familia, ahora que Dolores estaba allí y que los demás parecían sumarse a este agradable círculo. De ese modo se hizo, todo cumplido, y en un par de días, los cuales fueron de trabajo para maestra en el plantel, así como días de escuela para el niño (siendo estos los últimos días escolares del año), empezaron a darle cabida a la navidad; aún sin ser diciembre, pero faltaba tan poco, que guiados por las tradiciones, comenzaron a adornar la casa.Terapia para el brazo, aunque aún de vez en c
La asistente del abogado Adam Coney llegó a su apartamento a las afueras del barrio latino de la gran manzana.Ya era de noche, llevaba un cansancio descomunal, zapatos de tacón que estaba loca por arrojar sobre cualquier parte de su piso y carpetas en la mano, junto a un maletín de cuero. Vestida de oficina y muy formal, aunque con un ligero desaliño de su cabello recogido gracias al frío que apenas cubría el largo abrigo y las pocas cervezas encima ingeridas en el bar de la esquina del bufete, se lamentó una vez más porque ese bonito complejo habitacional usara tarjetas magnéticas para las puertas, extrañando mucho unas llaves mientras se peleaba con el fallo del sistema.A punto de lanzar un nuevo improperio, se agachó un poco para dejar en el suelo sus bártulos y así poder realizar la tarea de abrir su hogar con ambas manos.Al enderezarse, un súbito empujón la estampó contra la puerta.Exclamó con urgencia, pero nadie la iba a escuchar, porque fue contundente la fuerza de la man
Era una noche fresca, cielo despejado en esa parte de San Juan. El agua estaba tibia gracias al sistema de la alberca.Leonel llevaba uno minutos de haber terminado de nadar. En ese momento sus pies eran las únicas extremidades sumergidas en el agua.Solo llevando un bañador tipo short, ingería un poco de refresco negro con hielo en un vaso corto.Por primera vez se sentía bien. Y la confirmación de ello se la daba el simple hecho de estar allí junto a un grupo de personas que él podría llamar Familia.Pensó en su madre. Vivía en los Estados Unidos, al sur de Albany. La única familia de sangre que le quedaba. Últimamente la había visitado poco, aunque Frank lo ayudaba a que a ella no le faltara nada.Pensó en traerla a Puerto Rico, presentársela a Sofía, que también conociera a Liam y pasaran juntos una buena temporada en ese bonito lugar.Mientras sus anhelos y pensamientos al respecto daban forma a nuevos planes, su móvil vibró, lo había colocado a un lado, junto al vaso de vidrio
Dolores se enteró de cada detalle la mañana siguiente, su hermana menor vio necesario contárselo.A Dolores no le gustaba nada lo que sucedía. Aceptaba siempre las decisiones de Sofía, a pesar de refutarlas, pero esta vez quería estar más atenta a todo.Leonel habló con Adam en el área de piscina. Sentado alrededor de una de las mesas y bajo una sombrilla, totalmente en soledad, aprovechando que Liam estaba en clases y Sofía trabajaba allá mismo, pudo enterarse del estatus de salud de la asistente.A la trabajadora del abogado Adam Coney le habían causado un golpe severo en su cabeza, los médicos la mantenían sedada mientras se recuperaba de su herida, por lo que no podía emitir declaración alguna. Sin embargo, Adam introdujo la denuncia con el énfasis de encontrar de inmediato a los culpables de ese ataque, enlazando la agresión con el caso de Elizabeth Cord, teniendo las pruebas en sus manos de su asistencia en aquella audiencia que alguien, no sabían si la propia Elizabeth o su ase
—Sofía, ¿podemos hablar un momento?La maestra asintió al director de la escuela donde trabajaba, para luego seguirlo hacia su oficina.—Siéntate, por favor. —Ella obedeció—. Me alegra mucho que hayas venido hoy. Tengo entendido que ya no asistirás al evento con el alcalde.«¿Qué? ¿No asistiré?» Miró la pantalla de su móvil, tenía una llamada perdida de Leonel. «Así que no iremos al evento, de seguro me estaba llamando para decirme y dando clases no le contesté». Hizo nota mental de llamar a su novio luego de esa convocatoria a Dirección —Sí, bueno, nao podía faltar en este último día de clases. Además, me he puesto de acuerdo con algunos alumnos de los grados más altos para continuar clases online y así prepararlos para las pruebas del año que viene.—¿Esas clases son particulares, o van por cuenta de la escuela?Ella frunció el ceño.—¿No son parte del pensum académico…?—No, Sofía. Si darás clases fuera de las instalaciones, tendrás que cobrarles tú a los alumnos por aparte.Ell