CAPÍTULO 3

EL PUNTO DE VISTA DE AMAROK

Conduciendo de vuelta a casa, sabiendo que ella se quedaría allí donde la dejé, no podía concentrarme en el camino. Mi mente estaba llena de las palabras de Romina, la situación de Azrael apareciendo en mi memoria de cómo la había dejado como una película, la forma en que nos conocimos pero sobre todo, la persona que realmente era.

Detuve mi auto cuando sentí que no podía seguir con esto, apoyé mi frente en el volante. Entre todas las lobas de aquí, entre todos los seres humanos, ¿por qué tenía que ser ella? 

Rechazarla. Sólo había una manera de no hacerle más daño del que le harían mis errores. 

Arranqué de nuevo el coche y con eso en mente, continué mi camino. 

Rechazarla. Que así fuera. 

—¡Merry, Merry! Merry, ¿dónde estás?— La llamé entrando en la mansión. 

Finalmente vi a Merry salir de una de las habitaciones del pasillo por el que caminaba. Estaba con su amiga, la madre de Azrael. 

—¿Amarok? ¿Qué ha pasado?  

—Necesito hablar contigo... ¡Ahora! 

Me di la vuelta dispuesto a esperarla en uno de los despachos de la mansión. Sólo oí cómo se disculpaba con su amiga y caminaba detrás de mí. 

Con las manos en la cintura, oigo como Merry cierra la puerta tras de sí. 

—¿Qué ha pasado?

—¿Dónde está?

—Amarok, tienes que hablar conmigo, ¿qué ha pasado?

—¡Tu amiga tiene que salir de aquí!

—Amarok, tú también estás hablando de tu compañera. 

—¿Se lo has dicho?

—¿Qué?

Caminé hacia ella y sujetando a Merry por los hombros, la obligué a verme directamente a los ojos. No veía mis ojos pero el dolor y el coraje que sentía impresos en la cara de Merry me hicieron darme cuenta de que estaba cambiando, al menos mis ojos habían cambiado de color.  

—¡Sácalas de aquí! No tengo pareja, me atrevo a rechazarla, la bruja lo dejó claro, no tenía pareja hasta que ella apareció. ¡¿Quién la acogió en esta casa, en este pueblo?! Yo era feliz sin ella!

Los ojos de Merry también cambiaron. Su loba estaba en control. —¡No la tomes conmigo, Amarok! No puedes soportar la idea de haberte declarado asesino de su hermana ahora que sabes que no puedes llevarte su corazón. 

—¡Sácalas de aquí!

—Demasiado tarde, vas a sentir el dolor más terrible si ella se va.Una vez que encuentres a tu pareja, no hay nada  en el mundo que pueda hacer que los separe.

—La rechazo, la rechazaré pase lo que pase. No tengo derecho a tener una pareja cuando otra persona perdió a su pareja por mi culpa.

Tomando de nuevo el control de mí mismo, di un paso atrás. 

De repente dos golpes en la puerta. Me di la vuelta para no dejar que nadie viera por lo que estaba pasando en ese momento.

—Entra—, dijo Merry.  

—Merry, siento mucho tener que molestarte pero mi hija, no encuentro a mi hija. 

Miré a Merry y luego a la madre de Azrael. 

—¡El bosque!— Dije. 

Sin pensarlo más salí de la mansión.  

Azrael no podía cruzar el bosque. En el mundo hay tantas cosas que no podemos entender hasta que nos enfrentamos a ellas, pero ¿quién nos garantiza que volveremos sanos y salvos? 

Mis manos estaban manchadas con la sangre inocente de la pareja de alguien que no ha encontrado esa parte de sí mismo solo por mí. 

—¡¿Azrael?!— Grité. —¡Azrael!

El atardecer estaba desapareciendo de este día. Azrael era sólo un ser humano, una criatura frágil que no podía cuidar de sí misma ya que no sabía que esto era otra parte del mundo. 

—¡Azrael!

Finalmente la encontré a ella y a la orilla del río.  Mi pecho subiendo y bajando dio el último suspiro de alivio. 

—Azrael, ¿qué haces aquí?

PUNTO DE VISTA DE AZRAEL

Me sequé las lágrimas en cuanto escuché su voz. No había tenido la oportunidad de hablar con él, de conocerle pero por una extraña razón me sentí curada al oír su voz. Ni siquiera estar cerca de todos mis enamoramientos en mi corta vida me había hecho sentir así. 

—¡Déjame en paz!

—¡No puedo dejarte sola aquí, Azrael! 

—¡Déjame en paz! ¿Mi estúpida madre te envió a buscarme?— Me levanté dispuesta a enfrentarme a él. 

El hombre se limitó a mirarme con tanta paciencia en la mirada que estaba segura de que podría hacer cualquier cosa para que perdiera la paciencia y se quedaría en la misma posición. 

—Para el mundo es fácil hablar cuando no se sabe, ¿verdad? —Pregunté.

—No sé de qué estás hablando. 

—Claro que no lo sabes. ¿Cómo puedes saberlo cuando lo único que sabes es estar rodeado de mujeres? ¿Cómo puedes saberlo cuando lo único que te importa es tu estúpida cara bonita y nada más?—. Me acerqué más a él. 

Sonrió mientras apartaba la mirada. Incluso ese estúpido gesto era perfecto.

—¿Cuántos años tienes, mocosa? 

Crucé los brazos sobre el pecho. —¿Mocosa? ¿Ahora soy una estúpida mocosa?

—¡Tenemos que salir de aquí, mocosa!— Y entonces me cogió de la mano y me hizo correr detrás de él. 

—¡No soy una mocosa estúpida! ¡Suéltame!

PUNTO DE VISTA DE ALEX 

 Oyendo las hojas secas aplastarse bajo mis pies, podía sentir su sentido, podía oler su dulce aroma, podía sentir su tacto, podía oler su dulce perfume, podía saber que esta vez estaba cerca de mí. Había vuelto y esta vez nadie, nadie iba a separarme de ella. Mi compañera, mi dulce compañera.

—¡Encuéntrala, está cerca, puedo sentir su aura, estuvo aquí! —ordené a mi beta. 

—Si, Señor.

—Recuerda, no dejes que se vaya esta vez. Hace cinco años no podía hacer nada. Es humana, hay muchas cosas que no puede entender.   

—Sí. Señor. Esta vez no se escapará.

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