Narrador.—Ina, por el amor del santísimo, ese loco está frustrado porque lo rechacé abiertamente y a hombres como el que se piensan lo máximo le arde que una mujer como yo le haga el feo— ya había dejado de llorar y no podía sostenerle la mirada a Ignacia quien se dio cuenta de que Tobías le gusta a Luisa.—Pues, dale una lección por lo que ha hecho— le propuso con picardía.—Ahh, Ignacia conozco esa mirada, don verga te ha convertido en una desvergonzada — le reclamó con mejor ánimo incluso hasta riendo, pero eso no significa que ha dejado de estar molesta, solo que haberse desahogado le sirvió muchísimo. Ella vio el cuello enrojecido de Ignacia y la tocó con su dedo índice— mira la prueba aquí, ya te perdí amiga, mira no más como ese salvaje te deja toda marcada— bromeó e Ignacia rió quedamente con las mejillas sonrojadas.—Parece que te has enamorado más pronto de lo esperado, ¡fuera Sebastián!, que ahora don verga sabrosa es el dueño de este corazón—. Ignacia se tensó ante su pa
Narrador.Ignacia sintió que se había liberado, pero ahora Martina era la que sentía el gran peso de esa carga, sin embargo, eso no le impidió ir a colorear con Iván y Camil, riendo y dándose cuenta de que sus primeras percepciones al ver en Iván parecido con Matías no eran erróneas.—Abuelita Marti tus ojos y mis ojos son del mismo color— manifestó Camil cuando tomó entre sus deditos una crayola color marrón para colorear los ojos de la muñequita que había dibujado. A su parecer era Martina y ella que estaba tan sensible la miró sintiendo que se quedaba sin aliento, antes de sonreír, y responder.—Si princesa, las personas solemos tener muchos rasgos parecidos.—Como Iván y yo, pero soy más bonita— bromea la nena mostrando su sonrisa tierna que le han empezado a robar los suspiros a Martina y aunque bien sabe que es de otro hombre ya esa princesa le ha robado el corazón. Iván se molestó tomando en serio la broma de Camil.—No mientas Camil eres una niña fea— atacó y Camil se entris
Narra Matías.Esos niños sacan lo mejor de mí. No sabía que había algo que me reconforte tanto como lo hacen ellos y que me hicieran olvidar por un momento el odio que aturde mi alma. Aunque sería un gran mentiroso si dijera que mientras más comparto con ellos mi rencor hacia su madre no aumenta. Es tanto el anhelo que siento de que hubieran sido míos, pero lo que no fue ya no será. Ese deseo loco e imposible por momentos me entorpece. Tengo claro que estoy siendo demasiado trágico, pero simplemente no puedo controlar sentirme de este modo, los celos y la envidia que siento no entienden de razones cuando se trata de esos morrillos porque, aunque tenga a Ignacia hay algo que no podré tener jamás, aparte de su amor."Un hijo con ella", con la única mujer que se ha clavado en mi alma como una puta espina que causa dolor y que es imposible de sacar.Pues, me toca aprender a ser conformista, algo que relativamente no va conmigo porque soy un ser demasiado posesivo y tal vez en ese err
Narra Matias.—¿Y para qué quiero yo algo parecido ni que te fuera a adoptar?, simplemente te estoy explicando la razón por la cual vas a perder cada extremidad de tu cuerpo, al mismo tiempo que Antonieta seguirá tomando de su aguardiente con las piernas bien abiertas, tomando el sol mientras tú lloras como una rata y mañana si le preguntan tu nombre probablemente ni lo recuerde —, tras terminar de hablar Tobías le aseguro la otra mano y le hice lo mismo a su otro pulgar.—¡Arriba esos pulgares! — a Tobías nunca le falta el sarcasmo, así que estaba creando chistes mientras El hombre llora ya con lágrimas y mocos; sin embargo, el cabrón levanta los dedos y le hace todo tipo de muecas y gestos. —¿Qué le dice el timbre al dedo? —pregunta muy serio y sé que saltará con una de las suyas.— ¡No me toques, que grito! — niego moviendo la cabeza para los lados y aunque quería mandarlo a callar ver como sus chistes enfurecen más al hombre de cierto modo me estaba ayudando. Puesto que mient
Narra Ignacia.—Creo que es por todo esto— no sabía qué más agregar, de modo que para evadir el tema le dije— a los niños les encanta pasar tiempo con usted— ella sonrió, dejándome ver que es mutuo el sentir.—Sí. Tenía tiempo que no compartía con niños, hacerlo me trajo buenos recuerdos. Me recordaron como Matías y Mauricio se enojaban por todo. Mi Mauricio, que era un niño justamente como Camil, se ofendía con facilidad, entonces Matías, que era noble; cariñoso, y muy bromista, le encantaba hacer enojar a su hermano — a medida que me comentaba se perdió en su propio mundo por unos segundos y luego continuó diciendo — eran tiempos tan bonitos, —soltó un suspiro profundo que transmitió su tristeza. Escucharla me hizo sentir miserable, a pesar de que se notaba que me contaba sin ningún motivo, solo quería compartir algo bonito, igual era un tormento para mí escucharla hablar de sus hijos.—Yo…, — quería agregar algo, una palabra de consuelo, pero las palabras no me salían, ni me encon
Narrador.Ignacia quedó sorprendida cuando vio que esa orden provenía de Daniel, quién se mostraba tan arbitrario al hablarle, pero no tenía ni la más mínima idea de cuál era la razón que lo conllevaba a mostrarse de ese modo. Puesto que la preocupación tenía a Daniel demasiado paranoico, al punto de mostrarse imperioso con todos hasta con los empleados a los cuales de manera ruda le advirtió que si fallan él los hará pagar antes de que llegue Matías.Razón para estar asustado tenía demás, porque Matías tiene más enemigos que amigos y si logran enterarse de que ha salido de México Ignacia será un buen punto para empezar a demostrar su odio contra el camaleón.«Nada debe salir mal» repitió en su mente el pobre hombre sabiendo que a pesar de que Matías le tiene consideración igual, si algo no sale como él lo pidió lo mataría sin temblarle el pulso.—Lo siento, señora, lo que quise decir es que yo los puedo llevar, — trató de desviar el asunto cuando comprendió que Ignacia no tiene idea
Narrador.Sebastián estaba tan ensimismado en ese fracaso que no escuchó los pasos de Claudia, cuando entró, pero menos fue capaz de notar que estaba mirándolo fijamente desde la puerta a pesar de que es una oficina pequeña.—¿Estás pensando en la estúpida de Ignacia?No le tomaba por sorpresa suponer que la respuesta es sí. La existencia de Ignacia se había convertido en su más grande pesar. Creyó que al librarse de ella sacándola por completo de la vida de Sebastián la haría pasar a ser alguien sin importancia, pero para su mala suerte el resultado no es el esperado, ya que al Ignacia casarse con Matías a su esposo eso le causó enfado y saber que la mujer que supuso ser de su propiedad ahora estaba en manos de otro le hacía comportarse como un loco obsesionado luego de que antes ella no significaba nada para él, muchas veces aún teniéndola a su lado ni la miraba.—¡No me jodas! —¡Eres un hombre patético! Mira como no haces más que andar detrás de ella oliendo su falda como perro
Narrador.El silencio reinó dentro de ese consultorio y la respiración de Sebastián que pasó a ser errática era lo único que se podía escuchar, mientras el doctor esperaba que el pudiera asimilar la noticia recibida.—¡¿Cómo?!, — preguntó con rostro desencajado por la sorpresa — ¡es imposible!, estarán demente ustedes, claramente esto es una jodida broma de mal gusto por parte de Claudia esa mujer cada día que pasa está más loca. Seguro que se está vengando de mí por lo que ha pasado o es su plan para manchar más a Ignacia— se rió burlón creyendo que todas sus conjeturas eran ciertas porque para nadie es un secreto que Claudia odia de manera enfermiza a Ignacia. Su actitud dejó ver al médico el error profesional que había cometido al no preparar al paciente para decirle tan a la ligera el resultado del examen. Entonces Sebastián, que lo veía dudando, le dijo firme— dígame de una vez con una explicación clara que dice esa jodida cosa antes de que abandone esta locura, pero no se limit