LETRAS DEL CORAZÓN.—Quédate en silencio, no te muevas y eleva una plegaria por mi alma… Espero que puedas sobrevivir —emite Tobías con su último aliento.Las lágrimas y el miedo se apoderan de Paul, al sentir morir al chico que lo recibió ese día para el único que no era invisible.A pesar del dolor de su alma, el deseo de sobrevivir y volver a ver a su madre impera. Escucha pasos cerca y el resonar de las hojas secas quebrándose le avisan. —Revisa los cuerpos y mira si hay algún sobreviviente — ordena el General Verona en italiano.Paul se mueve intentando liberarse del cuerpo de su amigo, el General. Al percibir los movimientos, se acerca y le ayuda, quedando asombrado de que es tan solo un niño.No puede evitar pensar que quizás ese sea también el destino de sus hijos mayores. Así que se jura protegerlo y mantenerlo lo más alejado posible de un fusil, una tarea que no será para nada fácil en medio de una guerra.El general Marcello Verona, reúne a sus hombres y les presenta al ni
Un año ha tardado en llegar donde está la mujer.Al llegar al caserío, se enteró de que Anna Neri, murió de tuberculosis junto a dos de sus hijos mayores varones hace tres meses y su hija junto a sus hermanos menores partieron para América.Ese continente es un lugar muy grande y no sabe dónde empezar. Va al puerto marítimo y se enlista. No hay nada que allí lo detenga, pero en su mochila y en su corazón carga una promesa que cumplirá sin importar el tiempo que tarde. Han pasado 4 años y al final encontró a la hija de su General. Es la mujer más hermosa que ha visto, se ha enamorado desde el instante en que sus ojos se postraron en ella.En estos años de trabajo duro ha amasado una pequeña fortuna y es dueño de uno de los navíos.Fiorella, la hija de su comandante, trabaja junto a sus hermanos en una panadería de la cual son propietarios. Su pan es exquisito, tiene varios pretendientes, pero sus futuros cuñados son demasiado celosos y sobreprotectores que a todos le encuentran un def
LETRAS DEL CORAZÓN. Las cartas son recuerdos de una guerra desastrosa donde nadie ganó Silvia y su hermana para honrar la memoria de su abuelo decidieron publicarlas. Para que en la memoria de los jóvenes quede el sufrimiento de lo que se vive. No es de valientes salir con un arma, arrebatar la tranquilidad de una familia, de una nación, de robar la inocencia de un niño.Antes de empuñar un arma, piensa en los seres amados de esa persona.……Carta a mi padre, Rubén:8 Marzo de 1941 UruguayPapá, espero que estés bien en donde estás y que te mantengas siempre a salvo porque aquí, en casa, te estamos esperando. Tenemos muchas cosas para contarte y una de ellas es que, ME VOY A CASAR con el chico que a ti te cae bien, y sí, estoy segura de eso porque ya lo conoces y lo quieres como un hijo más. Leonardo, el hijo de tu amigo, el comandante; es quien me va a desposar y nos encantaría que estés con nosotros ese día. Nuestra relación empezó con una amistad, gracias a ti que le has pedido
LETRAS DEL CORAZÓN.Amado mío: Parece que fuera ayer cuando nos despedimos en aquella estación, verte partir ha sido, por lo más, triste y doloroso. Apenas terminamos hace pocos días de jurarnos amor eterno.Hoy en mi lecho, amanezco una vez más sola, con tu lado vacío, lleno de anhelos y sueños que aún faltan por cumplir, la boda de cuentos de hadas, la casa soñada junto al mar con un gran patio en el cual ver correr a todos los hijos que podamos tener, junto a las mascotas que con tanto amor cuidamos.Está cruel, despiadada guerra, donde tan solo veo los rostros de mujeres rendidos al cansancio y la tristeza, anhelando el regreso de sus amados. Los niños no son ajenos a la realidad, quienes cada mañana, antes de salir, rezan al ángel de la guarda que cuide a cada paso a sus ausentes padres.Aún recuerdo nuestro último encuentro, cuando planeábamos la ceremonia, y los rumores acerca de tu obligatoria partida llegaron a nuestros oídos, causándome angustia. Fue en esa precisa noche, cu
Mi amado y querido John.Han pasado meses desde nuestro último encuentro; sin embargo, recuerdo todo como si fuera ayer.No olvido cuando caminábamos juntos en el parque en un hermoso día de primavera. El embriagante y exquisito olor de las rosas que me acababas de dar, sintiendo tu cálida mano junto a la mía, haciéndome sentir como la mujer más afortunada y amada del mundo. A la vez tus pequeñas caricias sobre mi rostro me brindaban seguridad, ya que sabía que estabas a mi lado para protegerme.¡Cómo ruego por poder regresar a esa primavera de 1938 y quedarnos ambos en ese momento para siempre! Estábamos a tan pocos días de nuestra boda.Tenía mi vestido listo, anhelaba que llegara ese día para ser uno mismo, formar una linda familia, envejecer a tu lado y que nunca nadie nos separase.Pero inició todo este caos alejándome de ti. No pude ir a despedirme porque, cuando mi padre regresó, nos obligó a tomar todo e irnos… Por más que le rogué que me diera la oportunidad de volver y verte
Bremen; 15 de Agosto de 1943 Para: Karl Bauer De: Adelheid (Heidi) Koch Amado y adorado Karl, te escribo estas líneas, deseando fervientemente que la misiva, esta vez, sí llegue a tus manos y también que puedas responder. Cada segundo que pasa mi corazón se sobresalta y las noticias no me alientan, sigo escribiéndote confiando en que te estén llegando mis cartas, pero no recibo respuesta de tu parte, me entristece pensar que me has olvidado o te haya pasado algo peor. No veo cercano el día en que esta guerra acabe y pueda finalmente tener noticias de ti, mi corazón vive con miedo de que toquen a la puerta, notificando que no volverás. El terror que siento cuando escucho las sirenas que preceden los bombardeos no se compara con la angustia de no saber de ti. Quisiera ver tu cara y que pudiera decirte esto personalmente, pero la guerra no nos da tregua. De esa única noche en que nos entregamos y me hiciste tu mujer, me dejaste un maravilloso regalo que me llena de alegría,
Segunda compañía1.ª divisiónSoldado Walter CoreyAbril de 1914Querida mamáEstos días han sido muy lluviosos, el clima es una porquería, tengo barro hasta en mis pelotas. Sí, lo sé, mamá, no debí escribir groserías, disculpa. ¡Te extraño mucho! Añoro tu comida, esos panecillos calientes con queso y mantequilla, el delicioso chocolate caliente con malvaviscos y tu hermosa sonrisa, es lo que más anhelo en este instante.Han pasado tres meses en que no sé de mi hermano, nos separaron por compañías y divisiones. Él quedó en la primera compañía y yo en la segunda. Sin él, dándome fuerza y apoyo, me siento perdido. Pregunté al capitán, pero tampoco sabe, solo espero que esté bien.Todos los días me preguntó: ¿por qué tenemos que estar en esta estúpida guerra? ¿Por qué tuvimos que dejar a nuestras familias para vivir esto? Ya quiero que termine, quiero regresar a tu lado, madre, quiero estar con mi familia, como antes, limpiando el granero, ordeñando a las vacas, cosechando el maíz, extra
Las cartas de las escritoras mostraron una cruel realidad de lo que se vivió en la peor de las guerras de la humanidad. Las lágrimas de los espectadores no se pudieron contener, ya que los sentimientos narrados y la representación de la desolación, desesperación y tristeza de los jóvenes que allí pelearon lograron llegar al corazón del auditorio. En el escenario, un joven vestido de soldado, con los ojos llenos de lágrimas, se preguntaba por qué formaba parte de aquella catástrofe. Con un papel en las manos y un trozo de carbón, plasmaba sus sentimientos, con la esperanza de que esas palabras llegaran a su destinatario. La tensión en sus gestos y la desesperación en su mirada mostraban su anhelo de reencontrarse algún día con sus seres queridos; mientras el sonido de explosiones lejanas resonaba, haciendo temblar el escenario y el corazón de los espectadores.Con el deseo de salir vivos de esa carnicería sanguinaria. Esas palabras representaban el deseo y el temor de millares de hom