—He venido a detener esta locura doctor –dijo el militar adentrándose al laboratorio.
—¿Locura? ¿A que se refiere General? Este es un experimento científico legítimo ¿O acaso desea usted entorpecer el avance de la ciencia?
—Ciencia o no este experimento es tremendamente peligroso y pone en riesgo la vida en este planeta.
—Mi experimento no es peligroso, sabemos como funciona perfectamente. ¿Sabe lo que es un agujero de gusano?
—Por supuesto, un pasaje interdimensional entre dos puntos en el tiempo—espacio. Pero es puramente teórico, su existencia no ha sido comprobada.
—Se equivoca. Un agujero negro es un agujero de gusano. Los agujeros negros absorben toda energía y partícula a su alrededor, pero no expulsan la energía que captan violando las leyes de la termodinámica que aseguran que tod
Hubo perplejidad y aprensión en las calles del Tercer Reich Alemán cuando la noticia se difundió públicamente en los noticieros televisivos y en Internet. La incertidumbre y el temor invadieron a muchos ciudadanos conforme el popular Führer era derrocado y en su lugar se colocaba en el poder a aquel advenedizo desconocido.Años antes Kurt Waldheim había sido electo como el Cuarto Führer del Tercer Reich, corría el año 2000 cuando fue derrocado en un golpe de Estado muy polémico. Hasta entonces y desde la victoria de Alemania y sus aliados del Eje en la Segunda Guerra Mundial nunca se pensó que el Führer alemán podía ser derrocado.—Waldheim se lo veía venir —adujo uno de los clientes que comentaban en el modesto restaurante italiano donde Carolina servía como mesera. Era un lugar de estilo sobrio, típicamente mediterráne
Fuera de clases Carolina era como cualquier joven normal. Salía con sus amigos, si bien no era bien visto (dada la moral conservadora del Reich) que una mujer joven estuviera en bares a muy altas horas de la noche, o que tuviera relaciones fuera del matrimonio. Se mantenía muy recatada en ese aspecto cuidándose de no manchar una reputación que, de ensuciarse, podría costarle caro. La prostitución y el lesbianismo eran ilegales, y si bien Carolina no tenía interés alguno en ser ni prostituta ni lesbiana, tampoco deseaba ser vista ni siquiera como una mujer fácil.En todo caso sus amigos eran igualmente conservadores, tanto hombres como mujeres. Solían ir al cine a ver las producciones de la Compañía Disney—Riefienstahl, fundada tras la unión de la empresa productora de cine más grande de Europa, los Estudios Riefenstahl creados por la cineasta oficial del Tercer Reich,
Carolina llegó a Moscú, Rusia. La ciudad estaba siendo asediada por una densa nevada. Las iglesias ortodoxas habían sido transformadas en iglesias católicas o luteranas y la arquitectura tradicional rusa ya casi desaparecía frente a la arquitectura germana. El alemán se hablaba en lugar del ruso y la colonización alemana era verdaderamente perceptible.Tras descubrir donde se localizaba la Casa Rauff decidió emprender el camino y habló con las autoridades alemanas locales. Le indicaron que el viaje era peligroso porque en esa zona había aún grupos de eslavos salvajes que vivían en la montaña y atacaban a los colonos alemanes, pero Carolina estaba empecinada a ir a pesar del riesgo. Los SS se ofrecieron a llevarla.Atravesado las carreteras desoladas de la Taiga rusa, Carolina llegó dentro de un vehículo militar a las cercanías de la Casa Rau
Año 2037.El escritor L. Randall Howard se encontraba refunfuñando en el estudio del diminuto departamento que alquilaba. Aferró la botella de ron y se tomó un nuevo trago maldiciendo a su esposa, la infortunada mujer que lloraba en la cocina después de la paliza que le propinó. “¡Se lo merecía!” pensó “por reclamar todo el día que nos estamos muriendo de hambre y que soy un fracasado. ¡Ya le demostraré a esa estúpida!”. Howard se sentó frente a la vieja computadora que usó para escribir un interminable repertorio de cuentos y novelas que habían sido publicados en ediciones baratas y que era lo único que le daba algunos pocos ingresos para sobrevivir miserablemente. Suspiró, tragó más alcohol, y luego escuchó a su hijo lactante empezar a llorar.—¡C
Año 2051.José Antonio Córdoba observaba la foto que le tomaron en el 2047 cuando firmó el Tratado a nombre de las Naciones Unidas después de que la Asamblea General lo aprobó y a pesar de las airadas protestas de personas en todo el mundo. La foto lo mostraba a él y al embajador Sáuxer (y empresario) Válax firmando el texto que había sido escrito tanto en inglés como en Sáuxer, con la bandera de las Naciones Unidas a sus espaldas y el escudo de la Corporación Sáuxer (una garra felina) detrás.“¡Como había cambiado!” pensó. Córdoba había sido un político de izquierdas desde que como adolescente participaba en airadas protestas y era un comprometido activista. Recordaba con cierta nostalgia cuando era muy joven y mucho más idealista y luchaba por causas políticas que &eacu
Carolina Rivaldi se encontraba en Argentina, su tierra natal, pero era una Argentina muy diferente a la que estaba acostumbrada pues, como todos los países de esta América, en esta Argentina hablaban lenguas escandinavas derivadas del nórdico como sueco, noruego e islandés, la cultura vikinga era predominante y la iglesia mayoritaria era la luterana.Góður Loft (Buenos Aires) era una ciudad de arquitectura escandinava y ese día, un robusto hombretón de aspecto vikingo, pelirrojo y de piel blanca, hizo sonar un cuerno y sus acompañantes hicieron resonar tambores, gaitas e instrumentos tradicionales europeos. Vestían como vikingos pues se encontraban en un festival revivalista que buscaba rescatar las costumbres antiguas de sus ancestros.Allí estaba Carolina, su cabello rizado estaba sostenido en dos gruesas trenzas y se había puesto ropajes de mujer escandinav
Año 2093 Era Común.Las razones que me motivan a escribir este lastimero testimonio son producto solamente de la Fundación Buckland que tan insistentemente me ha pedido que redacte mis horribles experiencias. Supongo que harán una recopilación de los turbios sucesos que empañaron nuestras vidas. Por mí, está bien.Era yo una niña nacida en un hogar pagano por allá del 2033. Para cuando acontecieron los hechos sangrientos tenía unos 12 años y toda mi vida había sido pagana. Crecí como tal, educada en las tradiciones antiguas y recónditas extraviadas en la nieblas espesa de los tiempos, hasta que movimientos novedosos las resucitaron. Siempre conociendo las leyes más básicas y elementales de la ética pagana, honor, lealtad, laboriosidad y verdad, entre otras.Fue por esta época precisamente que colapsaron los Estados Unid
Año 3115 de la Era ComúnLa llamada Confederación de Acuario era una de los principales reductos humanos en la Galaxia Conocida, tierra de paganos federados que estudiaban la magia afanosamente. La Confederación se situaba en los planetas colonizados por humanos de la Constelación Acuario, y comprendía, para ser exacto, cinco grandes planetas.Aradia era la capital de la Confederación, tercer planeta del Sistema Acuario I, y era un planeta habitado por brujos y brujas de tradición stregheriana que recitaban sus cánticos naturales en lúbricos rituales desnudos ante la luz de las dos lunas que iluminaban el cielo nocturno aradiano. Al lado de Aradia estaba Asgard, mundo nevado y cuatro del sistema, habitado por feroces vikingos, muy fornidos y disciplinados, que realizaban ritos poéticos sobre hogueras ardientes, al son de sus cantos y tomando mucho cerveza.&