(GINA)Al terminar mi turno laboral me acerco dando pasos inseguros hacia su oficina para despedirme, luego de haber tenido muchas reuniones el día de hoy en las cuales estuve siempre a su lado, pero él no me miró, pues tuvo largas conversaciones sin descanso, hasta llegar a la última reunión donde no necesito mi presencia, por lo cual solo me quedé en mi escritorio volviendo a revisar mis tareas ya realizadas hasta ver salir a los clientes de su despacho, quienes se despidieron felices marchándose.Al cabo de un rato miro la hora en mi celular, y suelto un pequeño suspiro para relajarme, al notar que es la hora de irme y tengo miedo de lo que pueda pasar estando los dos solos en su oficina. Toco su puerta suavemente sin obtener respuestas, y sin esperar giro la perilla, asomando mi cabeza por la apertura, notando que no se encuentra en su asiento…— ¿Jhared?Entro a la oficina mirando alrededor notando que se encuentra vacía, así que cierro la puerta girando de nuevo, acercándome a
(GINA)Me acerco a mi edificio sonriendo como una tonta, hasta que veo a Simón con capitan, quien al verme ladra, causando que Simón me mire sonriente, dejando ir a capitan, quien corre hacia mí lamiendome y colocando sus patas encima de mi falda.Luego de darle varias caricias al cachorro, lo guio hacia donde se encuentra Simon, quien lo recibe con mimos.— Hola…Le sonrío sin acercarme esperando que me extienda la correa del cachorro, y al darse cuenta aprieta la misma ocultándola en el bolsillo de su sudadera mientras se levanta.—¿Podemos hablar? —pregunta, y suspiro asintiendo—, bueno, creo que no me dejarás pasar… —solo sonrío a modo de respuesta, haciendo que él continúe hablando. — Pensé que sería un trabajo aburrido, hasta que te conocí…Me cruzo de brazos, notando como sus ojos van a mi camisa, la cual se encuentra un poco empapada, y ajusto mis brazos, ocultando un poco más mis pechos.—Pero resultaste todo lo contrario —comenta bajando la mirada acariciando al capitán quie
(GINA)Me miro frente al espejo ajustando mi vestido, mientras mi amiga Jenny me mira mordiéndose las uñas de las manos, nerviosa, hasta que no aguanta más y se levanta yendo hacia la puerta, cerrando la puerta, apoyándose en ella…—Creo que te estás equivocando, Gina —me dice molesta, y suelto un suspiro cruzando las manos por encima de mi pecho mirándola con enojo.—Dijiste que no interferirás, y que dejarías que hiciera mi trabajo. —¡Si! Pero ¡no! —comenta exasperada.Se aparta de la puerta caminando hacia mí, tomando mis manos entre las suyas.—Sé que tu vida ha tenido muchos cambios… Pero no puedes actuar solo porque…— Porque me usaron.— Gina… Solo espera que se calmen un poco las cosas… —mi amiga me atrae hacia ella abrazándome— déjame conversar con Jhared, o hablar con Bram…—Ya no quiero saber nada de ellos —me aparto, agarrando mi cartera y guardando mi celular—. Me están esperando. —¡Por Dios no seas inmadura! —me dice exasperada— cancelaré la cita, ¡Estas despedida!—Tú
GINA. Escucho a lo lejos la voz de mi amiga conversando con Frederick mientras caminamos hacia la entrada de mi departamento y mis pensamientos siguen inertes pensando en él…Aun le importo, fui una idiota en creerle… Necesito saber qué está sucediendo… —Sueltame, Frederick —susurra mi amiga nerviosa captando mi atención—. ¿No ves cómo está…?—Cucciola, confía en mí… Mi amiga lo mira entrecerrando los ojos antes de girarse de nuevo hacia mí, y él suspira sacando un cigarrillo llevándolo a sus labios sin encenderlo.—Gina… —mi amiga toca mi brazo, haciendo que me percate de mi mano paralizada en la llave incrustada en la cerradura.—¡Jenny, gracias por acompañarme! —le digo tratando de disimular, pues quizás lleve mucho tiempo en la misma posición, y al mirar a Frederick puedo confirmarlo, pues sus ojos me observan con preocupación. —Vamos, fiore mio…Él coloca su mano en la cintura de mi amiga quien niega obstinada alejándose nuevamente de él.—No me iré, me quedaré junto con mi a
(BRAN) Agarro por la camiseta al imbecil acercando su rostro al mio, notando como abre sus ojos asustado sintiendo bajo mis dedos como comienza a temblar. — Entonces, me dirás ¿Quién te contrato? —le comento furioso— si le pasa algo a esa chica, créeme que no saldrás de esta... – Ellos me amenazaron... —dice asustado— no quiero que me asesinen. El comienza a sollozar, y suspiro soltando un poco el agarre bajo mi rostro por unos segundos para no golpearlo. — No te harán nada, tienes mi palabra. Pondré parte de mi equipo en protegerte, créeme —comento calmado para no asustar más al muchacho. — No confío en la policía, todos son unos mentirosos —gruñe en un susurro y me cruzo de brazos. — Bueno, quería que todo fuera por las buenas pero creo que te gustará pasar algunos días en prisión... —comienzo a caminar hacia la salida— solo no te duermas, no me hago responsable de lo que te suceda allá adentro. Agarro la perilla, y luego lo escucho como comienza a moverse intranquilo y su
JharedAgarro con fuerza mi cuero cabelludo, tratando de controlar el dolor que siento por los recuerdos que me invaden, que ni el alcohol puede borrar. Sollozo de repente desconsolado, tomando de golpe el contenido restante de mi botella de alcohol. Me levanto sintiendo mi cuerpo tambalearse, pero me apoyo de las paredes como puedo, arrastrándome a la habitación donde aún tengo todo desde aquel momento que las perdí. Ha pasado casi un año, pero el dolor aún no desaparece, es como si mi corazón estuviera rodeado de espinas.Me tumbo en la cama, boca abajo, dejando que el sueño me consuma, dando paso solo a pesadillas. — ¡No, Jhared! —me grita Julia, desesperada empacando algunas prendas, y trato de detenerla agarrando su muñeca.— Julia, no entiendo qué está pasando… solo conversemos —intervengo, y ella mira a un costado evitando mis ojos. — Ya no eres el mismo —suelta con fuerza su muñeca de mi agarre—, tú necesitas despejar la cabeza, al igual que yo —continúa empacando.— Pero e
GINA.Entro a mi departamento molesta, cerrando la puerta de golpe, yendo directo a la encimera de mi cocina, apoyando mis codos en ella, para ocultar mi rostro lleno de frustración al no poder conseguir un p*t* empleo que me ayude a seguir con mi independencia, y más aún cuando me encuentro en una ciudad alejada de mis familiares, acompañada solo por una amiga que me recibió hace un mes en su departamento, y ya han pasado dos meses desde que comencé a vivir sola prestando dinero a varias personas para poder solventar los gastos de comida.— ¿Qué hago? —susurro, y le marco a mi amiga Jenny, buscando ayuda de su parte.— Hola, mi chica —saluda animada con su voz un poco distorsionada por la música que se escucha de fondo—. ¿Celebramos hoy tu nuevo empleo? Camino hacia la nevera abriendo el refrigerador sacando mi pote de helado.— Malas noticias… —le respondo buscando un envase, y seguido de servir una porción grande de helado en una taza, coloco el celular en voz alta para poder come
GINA. Mi amiga chilla emocionada, y aparto el celular por unos segundos para luego colocarlo de nuevo. — Estoy nerviosa —le comento— yo no… — Tranquila, este cliente que te he asignado, lo conozco. Confiable y guapo —me anima, y me quedo callada pensando en todas las cosas malas que pueden pasar. — ¿Te has acostado…? —pregunto frunciendo el ceño al imaginar follarme a un chico que ha estado con mi amiga. — No, para mi desgracia —dice actuando un falso llanto— inténtalo un día, sal de apuros, no creo que el señor Martín quiera esperar más tiempo por el dinero del alquiler. Me quedo unos minutos en silencio, y luego suspiro asintiendo como una tonta, como si ella pudiera verme. — Está bien, ¿dónde está la dirección? — Uno de mis chicos te pasará buscando en unos cinco minutos. Él se encargará de ser transporte. —escucho la voz de mi amiga alegre por mi decisión. — Buen servicio —rio nerviosa, caminando hacia la puerta de la entrada, y justo en ese momento tocan el t