CAPITULO 59

Matías le suplico que bajara esa daga, vio como el cuello de Alexandra tenía una pequeña cicatriz de sangre, Anthony no estaba jugando.

— Ella se va a ir conmigo, porque ella es mia, no le di esa droga para borrarle la memoria solo para que el imbécil de Marco gane su redención — Anthony confesó lo que sucedió.

— Ya has cometido muchos errores, aún puedes llegar a un acuerdo, puedes salir de aquí con vida, pero si das un paso más fuera, yo mismo te mato — Matías no permitiría que se llevara en sus manos a Alexandra.

El lobo sonrió molesto mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, había perdido todo, ya no le importaba nada más.

Si moría lo haría con ella y no se la dejaría a Matías o Marco, ninguno de los dos hermanos era mejor que el.

Lamió la cara de una asustada Alexandra limpiando las lágrimas de la asustada Loba que no entendía nada de lo que pasaba y sentía como su corazón latía con rapidez

— Tu sabor de dolor es lo más sabroso que mi lengua probó — susurra gruñendo