CAPITULO 58

Helena le inventa una realidad a una confundida Alexandra, que cree que ella solo ha Sido el trofeo en una guerra de dos hermanos.

Alexandra siente un vacío en su pecho, es como si su subconsciente le pidiera no creer en esto, pero sus tradiciones le dicen que debe confiar en su reina.

Está Alexandra inocente, pensaba que el amor era único, que sus Alfa líderes eran buenos, tenía unos preceptos de Omega que el tiempo y sufrimiento habían borrado de su cabeza para hacerla más fuerte.

Abraza a su enemiga pensando que ella es la única que ha sido sincera y que le ha dicho la verdad que parece que todos quieren ocultar, tiene miedo de encontrarse con más sorpresas y sentir el miedo a lo desconocido.

— No diré nada, ahora se que Marco y yo somos uno solo y soy suya, solo falta el fin de la guerra para que Matías no ponga más tropiezos a nuestra relación — suspira la loba.

Helena se siente satisfecha en parte porque le gusta saber que la ha domado, que ella logró domar a la loba