Golfo de Trieste
Eslovenia
El silencio circundante apenas cubría la furiosa respiración que se escapaba de cada uno de los presentes en la ceremonia. Tal como dictaban las antiguas tradiciones de las Razas de la Noche, las exequias de un rector de las castas debían durar tres días y tres noches, y en la tercera madrugada las cenizas humeantes del anciano Larou habían sido entregadas al mar en la ensenada más cercana.
Henryk apenas había logrado controlarse durante el duelo, y el pueblo átero se había sumido en un estado de profunda desesperación. La presencia segura del Portugués, y la certeza de que su pueblo lo necesitaba y por ello no podía permitirse derrumbarse, era lo único que había mantenido al joven heredero con la compostura necesaria.
Lejos de las familias stark, lejos de cualquier lugar de refugio de l
_ Déjame ayudarte.Lara no se sorprendió cuando el pulso seguro de Dominic la retuvo de la parte posterior de la cazadora para ayudarla a soltar las correas del chaleco. Le sacó la coraza frontal y la dejó a un lado, besando su nuca con suavidad y cerrando sus brazos alrededor de ella para abrazarla._ ¿No te parece que estás sola, muy lejos del campamento, cuando me prometiste que no harías nada imprudente? _ la regañó _ ¿O será que ya no puedo confiar en ti?_ Necesitaba bañarme. _ se disculpó ella _ Además, no está tan lejos como para que no puedan escuchar mis gritos ._ ¡Lara, Lara! Este arroyo está helado. ¡Vas a congelar ese hermoso… tierno… perfecto… delicioso cuerpecito de dieciocho años!_ Diecinueve. Cumplo diecinueve hoy.El Comandante la hizo dar vuelta, mudo de sor
La Casa de la NocheMarsellaSiena bajó los ojos celebrando no ser, por esta ocasión, el objeto de la mirada iracunda con la que el regente fulminaba a cada uno de los jefes de escuadrón presentes en la sala. Por tercera vez en una semana la seguridad de la mansión de la noche había sido violada, y en quinientos años nunca habían sufrido derrotas tan seguidas y aplastantes como aquellas.Casi parecía una invitación al mundo de la noche, una prueba de que eran capaces de hacer su voluntad a pesar de las disposiciones del regente de las Razas._ Señor, no tengo forma de justificar este atraco… _ intentó decir la Primera Oficial cuando Ius concluyó la reprimenda a sus altos mandos, pero un gesto suyo la interrumpió._ ¡Tú no tienes nada que justificar, Siena, estabas fuera de servicio! Adem&
Golfo de TriesteEsloveniaApenas había dado un paso dentro de la tienda cuando algo la hizo ponerse en guardia. Al principio no logró detectar el origen de aquella sensación, pero sus sentidos no tardaron en aguzarse hasta encontrar la fuente de su inquietud. Un aroma apenas perceptible, ajeno y aun así extrañamente familiar se ocultaba en el ambiente, un olor con rastros humanos y suficientes feromonas animales como para lograr una rápida transformación runier, pero estaba segura de que ningún runier se atrevería a irrumpir libremente en su tienda sin su permiso, mucho menos uno ajeno al campamento.Se agazapó despacio, presta a convertirse en cualquier momento porque del otro lado del telón de la puerta podía permanecer aún la amenaza, y si tenía que luchar contra un runier prefería hacerlo en igualdad de condi
MarsellaSiena no había comprendido las intenciones del regente cuando le había ordenado que se vistiera con ropas humanas, informales. Era un ejercicio que aplicaban solamente cuando esperaban interacción con los hombres, y dados los últimos ataques la Primera Oficial consideraba que lo menos prudente era salir de la Casa de la Noche. Sin embargo su asombro fue aún mayor cuando el regente no solo le informó que no llevarían escolta, sino también que él mismo sería el conductor.El tráfico en Marsella a aquella hora de la noche era lo suficientemente ligero como para que Ius se aventurara sin problemas por las principales avenidas, y Siena no se atrevió a preguntar ni siquiera cuando el coche de detuvo frente a una enorme propiedad, moderna y rodeada solo por una simple verja. La casa no tenía nada de particular, ni un guardia vigilándo
Golfo de TriesteEslovenia Henryk se puso en guardia mucho antes de que el estruendo se hubiera silenciado, sin embargo la tienda de Moyra pronto volvió a ser un oasis de tranquilidad, al menos en apariencia. Cada uno de los rectores de las Razas había pasado por allí para discutir con la regente stark y con Khan los últimos detalles de la ceremonia que estaba pronta a realizarse.El turno del joven átero ya había terminado, y tras él la anciana había mandado llamar al Comandante. Nadie en el nuevo campamento estaba muy seguro del lazo que unía al sorian con la Madre, pero si algo resultaba evidente era su oposición categórica a que aquel ritual se llevara a cabo. Durante algunos minutos todavía tanto Henryk como Stefano permanecieron afuera de la tienda, hasta que la figura silenciosa de la Madre avanzando en su dirección los
MarsellaHacía ya algunas horas que un pacífico silencio reinaba en el interior de la bóveda, como si jamás se hubieran escuchado en ella los gritos de una mujer torturada. Al principio aquella extraña tranquilidad puso sobre aviso a Ius, y se llevó las manos la cintura, tanteando el seguro del arma que siempre llevaba consigo cuando visitaba a su hermana; pero después de algunos minutos se recordó que si había alguien capaz de someter a Varya esa era la Primera Oficial craig.Poco había cambiado en el pequeño cuarto cuando se internó en él con cautela, la exigua luz de la lámpara seguía iluminando a una prisionera, y la mesa sobre la que antes estuvieran dispuestos los instrumentos de tortura se hallaba perfectamente organizada y limpia. Todo parecía más pulcro que el día anterior, todo… menos Varya.<
Golfo de TriesteEsloveniaLara levantó la cabeza de repente reconociendo un aroma que había estado a punto de olvidar debido a su discusión con el Comandante. Contener el carácter explosivo de Dominic le estaba costando más energía de la que había imaginado en un principio, especialmente porque sabía que nada de lo que dijera o hiciera le haría olvidar al sorian lo que Lara estaba haciendo con el amor y con la fe que él había depositado en ella.Sin embargo Lara sabía que no tenía más opciones, lo había sabido desde que, mirándose al espejo, había visto los anillos y recordado las palabras de Evan, deseándole que algún día pudieran hacerla feliz. Y lo habían hecho, había sido feliz mientras el sorian le aseguraba que le pertenecía, y luego le había he
El mar había estado rompiendo furiosamente contra aquella roca desde hacía dos días. El silencio alrededor, invadido únicamente por el aullido cada vez más hambriento de las olas, le había hecho recordar aquel nefasto día en que había sido arrastrado a sus ojos en el faro del Albir. Dominic alguna vez había pensado que el mar se la arrebataría, pero unos momentos de breve felicidad y efímera esperanza le habían hecho olvidar que nunca había sido su destino conservarla.¡Iluso! Lara jamás había sido realmente suya, Lara era una de esas estrellas que se había atrevido a tocar por unos instantes, y que había terminado abandonándolo, como solo una estrella, poderosa y lejana, podía lastimar.Dominic se había negado a participar en el inicio del ritual. Si bien era cierto que su voluntad estaba atada y que sería él q