Escuchar decir al que un día fué su novio y al que le tuvo tanto cariño, decir que su hijo no nacería, fue un shock y un golpe muy duro para Alejandra, no era suficiente con enfrentar la muerte de su esposo a manos de un mafioso asesino, ni de estar separada del pequeño Emill, ahora también tenía la amenaza de que Ulises, le quitará a ese pedacito que le quedaba de su gran amor con Deeguel

Alejandra, siempre había sido una mujer de carácter, por eso ella era tan amada por esos dos peligrosos y atractivos hombres, ella tenía carácter y a la vez era dulce, cariñosa, entregada, una combinación difícil de encontrar

— ¡Nacerá, mi bebé nacerá porque si te atreves a tocarle un solo cabello y lo matas, yo me iré con él, este bebé y es lo único qué me mantiene con vida en estos momentos, mi ancla al mundo, quitamelo también y me quitarás la vida! — Alejandra, sabía que tenía muy pocas armas para pelear con Ulises en estos momentos, que estaba a su merced, pero no había dicho más que la