Dallán, mantenía a raya a unos cuantos gatos que querían intervenir a favor de los Roquefeller, uno de ellos quiso pasarlo pero el heredero le dió un par de puñetazos haciéndolo sangrar, creía que iba a ser sencillo desafiar a Dallán, pero este le demostró que no iba a ser así — !Eres un imbécil Ferreira, mira como me dejaste, creo que me rompiste la nariz, no van a poder con los Roquefeller, están soñando si piensas que van a vencerlos, cuando su familia se entere de esto ustedes y sus padres van a quedar en la ruina, los van a acabar! !Van a hacer que sus negocios quiebren, les van a bloquear embarques, incluso el gobierno trabaja para ellos, ustedes son nada para ellos! — ¡Nuestras familias no le tienen miedo a esos clasistas, ellos empezaron esto al golpear a Adrián, si pensaban que nos íbamos a quedar de brazos cruzados, no conocen quienes somos realmente, y lo van a pagar caro, nuestros padres también son poderosos y van a saber defenderse de los Roquefeller! ¡Aquí nadie
Al poderoso e imponente cabeza de familia de la mafia griega, inteligente como ninguno y valiente como pocos, se le erizaron los cabellos de la nuca, eran pocas, muy pocas las cosas que podían ponerlo así, y una de ellas era el saber en problemas a su hijo, saltó de la cama como si le hubiese caído un rayo, le echó un vistazo a su esposa asegurándose de que no se hubiese despertado y salió a hurtadillas de la habitación para hablar más abiertamente — Pero... ¿Qué estás diciendo? Alessandro, tienes que estar seguro de que el jovén Roquefeller, esté realmente muerto, ¿Estás completamente seguro de que lo está? — ¡No, no soy médico forense, pero lo dejé inconsciente en el piso, no se movía ya, la ambulancia llegó y traemos a Adrián con nosotros, Joshua y Emill, también están heridos! — ¡Usted también lo está jovén, debe dejarse atender, tiene sangre por todas partes — Uno de los paramédicos habló, Alessandro, por la adrenalina no se había dado cuenta de su estado, se había enfre
Las cosas se veían más complicadas cada vez más, una guerra había comenzado, se sabía que la familia Roquefeller, había destruido otras familias millonarias por algún desacuerdo ya fuera comercial o personal, también se sabía que eran despiadados, habiendo sido una de las más importantes, poderosas y millonarias del mundo, querían ver por debajo a cualquiera y dejar en claro que ellos eran los que gobernaban en cualquier país Emill, tenía los nudillos destrozados, como pudo le marcó a su padre, Degél, estaba a su lado, le había llevado una botella de agua — Cuando papá te vea se va a poner furioso, mira nada más como quedaste, tanto que me encargó que estuviera pendiente de ti — El hermano mayor mal miró a su hermano menor, ¿Cómo así? — Yo me sé cuidar solo Degél, ahora resulta que tú qué eres menor vas a cuidar de mí — Pues mírate lo golpeado que estás, seguro que papá te conoce bastante bien En la mansión Rodríguez, Deeguel Rodríguez, todavía no se iba a la cama, él s
Dante Ferreti, no había ido al lugar de la fiesta, él se había apresurado a llegar al hospital a ver a su hijo, eso era lo más importante para el mafioso, pero había pedido a alguien en quien confiaba muchísimo que sabía que era extraordinario y que no dejaría cabo suelto, que fuera a la residencia a buscar todas las pruebas que le fueran posibles para ayudar a Alessandro, además de impedir que nada de eso cayera en las manos de los Roquefeller — Señor Ferreti, vamos a trasladar a una habitación privada a su hijo, va a necesitar reposo largo y atención, como puede ver está bastante lastimado, ese otro chico por poco lo mata, espero que por lo menos le hayas dado un golpe, mira nada más como te dejaron — Dijo el médico bromeando, estaba tratando de romper la tensión que se sentía — Mi rival quedó peor que yo, cuando me trajeron aquí ya no se movía, es una bestia, pero yo soy un Ferreti, jamás me iba a dejar vencer — Alessandro, dijo seriamente, lo que impactó al médico — Escu
El imponente Alessandro Ferreti, quien en su vida había pasado y vivido de todo, los más Terribles peligros, había tenido que asesinar a sangre fría a muchos enemigos, y cobrado venganza de la formas más despiadadas para sobrevivir y que su descendencia no fuera asesinada por sus rivales, se había quedado clavado en su sitio Apenas había visto por la tarde a sus nietos que se encontraban bien, le había dicho a Adriana que su hijo estaba perfecto entrenando con sus primos y ahora todo el panorama había cambiado — ¿Qué...? Eso no puede ser posible, ¿Qué cuentas le voy a dar a Adriano? ¡El dejó a Adrián, a mi cuidado, si el muere... Por el maldito infierno, es su único hijo, si no enloqueció cuando creyó muerta a su esposa, si su hijo muere no estoy seguro que lo pueda soportar! — Cálmate, papá, sé que la situación se ve muy negra, pero mientras siga vivo existe la posibilidad de que vuelva, estoy seguro que no se va a rendir, va a volver ya lo verás — Dante, no había visto as
Adriano de Luca de pronto tenía sentimientos encontrados, un profundo dolor por saber cómo se encontraba su hijo en estos momentos, y enormemente furioso por los hijos de puta que lo dejaron así — ¡¿Pero que carajos estás diciendo?! ¡Adrián, no puede estar en coma, él no, mi hijo no, se suponía que papá lo estaba cuidando, se suponía que me lo estaba cuidando — El abogado rompió en llanto, la noticia era demasiado fuerte e insoportable para él — Adriano, tienes que venir a México, Adrián, te necesita, sé que es difícil para ti, pero... aquí las cosas se van a poner muy feas — ¿Quién fue? ¡¿Quiero saber quien atacó a mi hijo?! ¡Dímelo Dante! — Fueron tres herederos Roquefeller, ya sabes el historial que tienen esos desgraciados — !Hijos de puta, se piensan los dueños del puto mundo! ¡Pero esto no se va a quedar así, seguro andan por ahí como si nada después de casi matar a mi hijo! ¡Ustedes... ustedes no me lo cuidaron bien, ninguno de ustedes estaba ahí para defenderlo!
una hora más tarde, Lizandro y Adriano, se encontraban en el aeropuerto, padre e hijo se abrazaron, Lizandro, vió lo mal y destrozado que su único hijo estaba, todavía le costaba aceptar la situación que atravesaban — Calma, calma, todo va a estar bien, vamos, subamos ya al avión, no puedo esperar a llegar a ver a mi nieto, me duele tanto verte así, te ha llovido sobre mojado, primero tu esposa y ahora... — Lizandro, puso su mano en el hombro de Adriano, están ahí para él pero sabía que había nada que pudiera aminorar su dolor Mientras tanto, al hospital llegaban Emill y Joshua, Degél, los había llevado, ambos estaban heridos — Hola, buena, mi hermano y mi amigo necesitan atención médica — Degél, se acercó a pedir ayuda a la recepcionista — Por supuesto, por favor pasen por acá — Los tres chicos siguieron a la enfermera, pronto ya estaba siendo revisados — ¿Pero que pasa hoy? ya han llegado dos jóvenes demasiado heridos y ahora ustedes dos, ¿No me digan que son los riva
— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntaba el doctor al cortado joshua — Mi nombre es Joshua Ferreti — Así que acostumbras a entrenar con armas blancas, ¿No es eso muy peligroso? además de los cortes recientes tienes muchas cicatrices, te has cortado bastantes veces — Es normal, no pasa nada, ya me he acostumbrado, algunos tamaños de armas me han costado más que otros para dominarlos, esa ha sido la cualidad que le he heredado a mi padre, y estoy bien con eso, cuando termine la universidad me voy a comenzar a tatuar todas las cicatrices que tengo en las manos y en algunas otras partes de mi cuerpo, por ahora mamá, que viene de una millonaria familia muy tradicional, no me permite tatuarme aún — Ahh... tú también tienes muy lastimados los nudillos de las manos, voy a desinfectarte todo y despues voy a comenzar a suturar donde te haga falta, las manos te las vamos a vendar al igual que el jovén Alessandro y a este simpático chico Emill — ¿Simpático, Emill? ¡ja, si tiene un carácter