PermanecĂan abrazados, con las sabanas de seda cubriendo la desnudez de sus cuerpos, ambos de manera inconsciente tenĂan una sonrisa dibujada en su rostro y disfrutaban de la sensaciĂłn de paz que habĂan obtenido, la mano de Candace reposaba sobre el masculino pecho, la mano de Ă©l, iba y venia haciendo delicados caminos sobre la delicada espalda. —¿Candace?—¿Si?...—¿Tienes idea de lo que significas para mĂ?— preguntĂł en tono dulce. —Creo que lo sé— dijo feliz y elevĂł su rostro para mirarlo, pero incapaz de resistirse le diĂł un beso en los labios. —Lo disfrutĂ© mucho Noah, me ha encantado. —Yo estoy en las nubes— le sonriĂł y le besĂł los labios suavemente. —No sĂ© cuánto tiempo estaremos en esta ciudad pero... no te vayas de mi lado, no vuelvas a dormir en otra habitaciĂłn que no sea Ă©sta — el sonriĂł feliz, porque de no haberlo pedido ella, Ă©l de igual manera, hubiese sido incapaz de marcharse — duerme a mi lado, despierta conmigo. Hazme el amor Noah — le acariciĂł el contorno de los l
—Te lo dije una vez, te lo repito ahora; Izan no te matarĂa, eres su hermano. —Te lo dije una vez— la imitĂł — te lo repito ahora; No conoces los limites de mi hermano, no lo conoces realmente, en este tiempo bajo el mismo techo he descubierto que no tienes ni la mas mĂnima idea de quien es Izan, y de lo que podria llegar a ser o hacer. —No... no sabes lo que dices. —Izan es un hombre cruel, es vengativo, es dĂ©spota, autoritario, las manos de Izan... lo siento, no me hagas caso, yo... solo... lo siento Grace...—Será mejor que me vaya o llegarĂ© tarde a la cita. —Grace... ÂżNo serĂas capaz de huir conmigo?, vámonos juntos, lejos, un lugar donde nadie nos conozca, criaremos a ese pequeño juntos, seremos una familia, tu, el y yo, nos alejaremos de Izan y la vida oscura que lleva. —¿Cuan vida oscura?, ÂżDe quĂ© hablas?— preguntĂł frustrada. —Quiza sino lo entiendas, Pero Izan no es un buen hombre para ti. Corres peligro a su lado, debes huir de Ă©l — Grace frunciĂł el ceño, confundida y atu
Grace sintiĂł como la liberaban del peso que la cubrĂa mientras ella respiraba con dificultad... —¡Arriba señora, arriba!— le decĂa uno de los guardaespaldas mientras la ayudaba. En cuánto levantĂł la cabeza la imagen le aterrorizĂł, vio a lo lejos un par de personas heridas, los gritos de auxilio, los cristales hechos añicos en el piso... ¡Lya!Se sentĂł en el suelo y la imagen la derrumbĂł, Lya estaba en la misma silla donde habĂa estado sentada desde que llegaron, sus ojos muy abiertos... sin vida y dos enormes manchas de sangre en su pecho. ¡No, no, no!—¡LYA, LYA, POR DIOS LYA!— con esfuerzo se puso de pie, los cristales arañaron su piel. —¡Señora, alejese por favor!—¡Hay que ayudarla!— exclamĂł en medio del llanto —¡Está herida, hay que ayudarla!—Señora... ella está muerta. —¡NOOOOO!— batallĂł con el guardaespaldas, lo golpeĂł y caminĂł hasta Lya—¡Lya, por favor!— sus manos se tiñeron de carmesĂ. —¡Vamos a ayudarte, te ayudaremos Lya!— sollozĂł angustiada. A lo lejos escuchaba las s
Grace fue dada de alta aquella misma tarde, con el alma lleno de tristeza llamĂł a los familiares de Lya, al darle el pĂ©same a sus padres no hizo más que llorar con desconsuelo, les asegurĂł que estaba allĂ disponible para ellos y que lamentaba realmente todo lo que estaba sucediendo. Aquella noche se abrazĂł a Izan, no podĂa dormir, lo vivido se repetĂa una y otra vez en su cabeza, era una constante pesadilla que no se detenĂa, asĂ mismo no podĂa dejar de llorar. Un nuevo dĂa llegĂł, para la tristeza no menguaba, la angustia la tenĂa en mal estado y por peticion de Izan, un mĂ©dico habia ido a verla proporcionandole un sedante suave que no la comprometiera en su estado actual. Por la noche Izan la acompañó al servicio fĂşnebre, Manuelle habĂa llegado de Italia para estar presente, parecĂa bastante afectado por la perdida de la mujer que amaba y aquello no hacĂa mas que hacerla sentir mal. La prensa manejĂł el asunto como un atentado al azar por grupos delictivo organizado. Aquello no tenĂ
El dĂa de regresar habĂa llegado, Noah tenĂa sentimientos encontrados, y se sentĂa triste, a pesar de haber cumplido a cabalidad el pedido de su padre, a pesar de haber encontrado dos lugares increĂbles, y de dejarlos muy cerca de estar operativos, no podĂa evitar que la tristeza lo embargara, no solo lo habĂa hecho bien, sino que lo hizo aĂşn mejor de lo que esperaba su padre, pero aquello se trataba de Candace y de Ă©l, porque habĂan estado viviendo una especie de luna de miel que llegaba a su fin y aquello era muy doloroso, separarse despues de haberse acostumbrado a estar juntos dia y noche.Aquella semana junto a ella habĂa sido maravillosa no solo se habĂan comprometido, sino que no le habĂa comprado un maravilloso anillo para ella, uno que le gritara al mundo lo mucho que amaba a su prometida y futura esposa, esta vez llevarĂan a cabo un compromiso nacido de los sentimientos de ambos, esta vez no se trataba de un compromiso por conveniencia, una boda acordada o una uniĂłn para sat
—No les apresuremos, querido —dijo Amelia— acaban de comprometerse.—¿Y quĂ© con eso?— preguntĂł con una irĂłnica sonrisa— la primera vez, se programĂł la boda un mes despuĂ©s del anunciarlo Grace e Izan, se casaron la siguiente semana despuĂ©s de anunciarlo, no veo por quĂ© deberĂa ser diferente esta vez.—Quizás porque no hay ningĂşn tipo de situaciĂłn que nos apresure— dijo Noah con una sonrisa— ninguno de los dos se echará atrás, esto no es un compromiso por un acuerdo econĂłmico Ăł por un acuerdo de beneficio, Candace y yo, nos amamos y vamos a casarnos porque asĂ lo deseamos. —¿QuĂ© significa eso?— preguntĂł Oliver aturdido— Âż quiere decir que planean tener un compromiso largo y tedioso?, si es eso lo que estan pensando desde ya le digo que no estoy de acuerdo. —Eso significa que las cosas se harán como Candace, lo quiera, está vez seremos nosotros quienes tomemos Las decisiones, las circunstancias han cambiado —se girĂł hacia ella y la mirĂł con ternura— no quiero que tomes decisiones apresu
Candace y Noah, llegaron a la mansiĂłn O'Farrell tomados de la mano, en cuanto cruzaron la puerta se encontraron con una mujer de servicio, quien les sonriĂł con amabilidad.— Buenas tardes jĂłven, buenas tardes señorita. — Buenas tardes— responde en tono seco— Âż donde está mi padre?—El señor se encuentra en su despacho. ÂżEstá mi hermana en casa?— pregunta Candace de inmediato. —La señora está en su habitaciĂłn.— Muchas gracias, puedes retirarte— le despide Noah, luego se gira para ver a Candace— tranquila, ve con ella y yo conversarĂ© con mi padre— antes de verla marcharse se inclina y le da un tierno beso en la frente y se dirige directamente al despacho de su padre, llama fuertemente con los nudillos sobre la puerta de madera.—¡Adelante!— se escucha la voz fuerte de Izan. En cuanto asoma la cabeza en el despacho, por la puerta entreabierta, lo saluda. —Buenas tardes, padre, Âżpuedo pasar? —Hijo mĂo, estás de regreso, por supuesto que sĂ, adelante—Izan, se pone de pie para poder a
—Ya dejamos de hablar cosas tristes, la verdad necesito que mi ánimo mejore, necesito dejar de pensar en Lya, dejar de sentirme culpable y dejar de sentir que no merezco estar con vida cuando ella ya no está— Candace, la miró con tristeza pero asumiendo que realmente necesitaba cambiar el tema para que su hermana se sintiera mejor— cuéntame cómo te fue en tu viaje en Manhattan, ¿cómo van las cosas con Noah? porque me parece que se gustan y según veo la relación va bastante seria, bueno si es que puedo atreverme a decir que tienen una relacion, espero no ofenderte— Candace sonrió. —La realidad es que me hace sentir muy culpable que tú estés pasando por tan mal momento cuando a mà me están ocurriendo de las mejores cosas de mi vida— con una sonrisa dibujada en los labios extendió la mano hacia ella y le mostró el anillo de compromiso— Noah, me ha pedido que me case con él y he aceptado —Grace abrió mucho los ojos miró a su hermana con una enorme sonrisa en los labios y la estrechó con