Con la llegada del nuevo día Grace estaba más tranquila y un poco más calmada de todas las emociones del día anterior, se mantenía muy pegada a Dylan intentando mantenerlo dentro de su campo de visión todo el tiempo, Izan había decidido pasar la mañana con ellos aunque le advirtió que posiblemente p
La mañana en familia había logrado que Izan se relajara un poco, la noticia del embarazo de Candace había sido recibida con entusiasmo, aunque la realidad de que sería abuelo resultaba abrumadora. Un nuevo integrante, un nuevo O'Farrell, un nuevo niño del que cuidar. La alegría era mucha, pero con e
El día había llegado, el día en que aquellos hermanos conocerían las consecuencias de lastimar a los suyos. Todo estaba dispuesto y aunque aparentemente él estaba tranquilo, también tenía cierto grado de ansiedad, deseaba que todo hubiese finalizado ya. Se dispuso a llamar a Rodolf para verificar
Grace había visto como Izan se había marchado y aunque estaba intentando luchar contra el sentimiento de ansiedad no podía evitar sentirse angustiada, sabía que él había salido de casa para algo delicado y que seguramente no quería compartir con ella por lo delicado de la situación misma, sin embarg
—A mí también me duele —dijo la mujer entre lágrimas— No sé cómo voy a explicarle a Lohan que su madre ya no volverá. —Me entristece mucho ser yo la portadora de esta noticia señora Noelia, estuve de cierto modo esperando su llamada ya que Nathalie me dijo que usted llamaría, solo que no dijo cuán
—Pensé que saldrías está noche— le dijo Esteban a su hermana, quien estaba en su habitación, acostada sobre la cama con expresión de aburrimiento. —No tengo ganas— respondió un poco triste Tiffany— Edward me invitó por una copa, son embargo no tengo ánimos para nada—lo miró fijamente y suspiró —
—¡Carajo!— exclamó Esteban sin poder contenerse, al tiempo que Tiffany comenzó a sollozar. Nikolay escuchaba en silencio mientras sonreía, O'Farrell era del tipo de mafioso que no le agradaba la violencia, la sangre y nada excesivamente dramatico, pee sin lugar a dudas disfrutaba de infundir terror
—Es hora de ir a casa, O'Farrell— le dijo Nikolay unos diez minutos después de que iniciara el incendio solo quedaban ellos y junto a cada uno, sus hombres de mayor confianza; un silencioso Rodolfo y un casi mudo Igor, esperaban en silencio las próximas órdenes de sus respectivos jefes. —Gracias