Shaun, quien rara vez se enfermaba, se había resfriado esta vez.

…

A la mañana siguiente, a las 7:00 a. m., Suzie aún estaba profundamente dormida. Sin embargo, Catherine había adquirido la costumbre de levantarse temprano y preparar el desayuno.

Como la pequeña había pasado la noche aquí, tenía que preparar una comida suntuosa. Al pasar por la sala de estar, hizo lo posible por no mirar a la figura acostada en el sofá.

“Ejem”. Sonó la tos de Shaun.

Ella fingió no oírlo y sacó un paquete de pasta del refrigerador.

“Estoy resfriado”. La voz fantasmal de Shaun sonó en la puerta.

Ella lo ignoró. Temía que, si se daba la vuelta, podría recordar el vergonzoso incidente de ayer y no podría abstenerse de patearlo. “He dicho que estoy resfriado”, volvió a decir Shaun en voz baja mientras se acercaba a ella.

“No me importa que estés resfriado”. Catherine se dio la vuelta y lo miró fijamente con sus ojos oscuros y claros. Había una pizca de sonrojo en sus lindas mejillas. Los agu