“¿Te gusta?”.

Shaun sonrió suavemente antes de inclinar la cabeza hacia un lado para observar la reacción de Catherine.

“¿Por qué de repente me compraste un coche? Ya tengo uno”. Ella hizo todo lo posible por recomponerse a sí misma de sus provocaciones.

“Ese coche no es lo suficientemente bueno para mi esposa. Quiero que tengas lo mejor”. Presionó el llavero remoto y las puertas se abrieron como alas, revelando el lujoso pero elegante interior.

“Me gusta. Gracias”. Ella asintió genuinamente.

Ella podría haber rechazado el regalo en el pasado.

Sin embargo, ella era su esposa ahora, por lo tanto, sintió que era apropiado.

“¿Eso es todo?”, él levantó las cejas en broma, evidentemente insatisfecho. “¿Nada más?”.

Esa mirada en su rostro la hizo sonrojar al instante. “¿Qué más quieres? Soy tu esposa, así que lo que es tuyo es mío”.

“Eso es correcto. Incluso mi cuerpo te pertenece”. Él se inclinó más cerca y la presionó contra la puerta. Después de un beso largo y apasionado, se ap