Charity se quedó mirando al débil hombre en la cama.

En el fondo, se sentía conmovida.

Sin embargo, no había pensado en sus sentimientos hacia ella.

“Descansa un poco”.

“De acuerdo”.

Chester cerró los ojos obedientemente. Podía oler un leve aroma en Charity, que le hizo sentirse muy relajado.

Era como si su cuerpo cansado hubiera encontrado un refugio.

En medio de su dolor de cabeza, se durmió lentamente.

Charity abrió la ventana para que la brisa y la luz del sol entraran en la habitación.

Luego se sentó junto a la cama. A veces, le cambiaba las toallas a Chester antes de continuar trabajando en casa.

Cuando era casi mediodía, entró la cuidadora y le preguntó qué quería comer.

Tras pensárselo un poco, Charity se levantó. “Yo lo prepararé”.

La cuidadora se frotó las manos nerviosamente. “¿El desayuno que preparé no fue de su agrado?”.

“No”. Charity le dio una sonrisa. “La comida que preparó estaba deliciosa. Parece que tiene poco apetito, así que espero prepararle algo per