Charity se sintió en conflicto.

Eliza era egoísta al suicidarse por un hombre. Si Charity no estuviera aquí, no podría imaginar qué clase de vida estaría viviendo Larissa.

Lo más doloroso que uno podía experimentar en su vida era ver a sus hijos morir ante ellos.

Después de que Charity y Larissa llegaron al hospital, el director del mismo las llevó personalmente a una revisión.

Charity se sintió culpable por ello. “Director, puede seguir con su trabajo. Le estamos dando muchas molestias”.

“No se preocupe. Usted es la mayor accionista de la Corporación Jewell, así que técnicamente hablando, es mi jefa”. El director se apellidaba Ashby y tenía unos cuarenta años. Tenía una cara redonda y siempre estaba sonriendo.

“No diga eso. Usted es un experto en medicina y un médico honorable en el país, mientras que yo no soy más que una empresaria avaro”.

El Director Ashby se rio a carcajadas. “Ahora entiendo cómo ha conseguido que Chester le sea fiel”.

Charity sonrió levemente, sin querer