Larissa y Charity estaban totalmente sorprendidas por la escena.

A Chester le resultaba incómodo caminar y, sin embargo, estaba aquí para traerles comida.

“Estuvieron ocupadas toda la mañana y no han comido. Mandé que mi chef en casa hiciera esto”. Chester le indicó a Ken que colocara las loncheras aisladas sobre la mesa. Dentro de ellas había sopa de setas, langostas y verduras.

Larissa y Charity habían estado ocupadas, así que no tenían hambre. Incluso se habían olvidado de comer. Sin embargo, cuando vieron la comida, sus estómagos empezaron a rugir.

“¿Cómo podemos aceptar esto? Incluso los trajiste tú mismo. Podríamos haber resuelto nuestra comida en la cantina”, dijo Larissa de mala gana.

“No digas eso, Tía Larissa. Yo también he comido mucho en tu casa en los últimos dos días. Sin embargo, le dije al cocinero que no cocinara algo demasiado grasiento porque es mejor comer alimentos ligeros y fáciles de digerir antes de la operación”. Chester cogió una lonchera y se la ent