Josh recordaba haber hablado de las celebridades femeninas en la industria del entretenimiento cuando fue al extranjero para una competición con algunos atletas.

En aquel momento, la mayoría de los atletas masculinos expresaron que les gustaba Eliza.

Además de su belleza natural, daba una indescriptible sensación de elegancia. Sus ojos mostraban madurez, tranquilidad y confianza, como si hubiera nacido para ser una joven rica.

La asistente de Josh se rio y dijo: “Nunca pensé que todavía existiera gente como usted, Señorita Robbins. Es raro encontrarla en la sociedad actual”.

Charity sonrió y miró la hora. “Se está haciendo bastante tarde. ¿Les gustaría cenar juntos? Yo invito”.

La asistente de Josh no respondió. Lo único que hizo fue lanzar una mirada a Josh.

Ella tenía la impresión de que Josh rechazaría la oferta, pero sorprendentemente, él levantó las cejas. “Claro”.

Esta vez, fue el turno de Charity de sorprenderse. Solo estaba siendo educada y pensó que Josh la rechazaría,