Chester se quedó sin palabras.

“Sigue así. Trabaja duro y da el ejemplo. Es posible que puedas pasar a la historia y muchos hombres te lo agradecerán”, dijo Charity con una expresión sincera.

Chester se rio de la exasperación.

Si él le hiciera caso, no solo el público lo atacaría, sino que los antepasados ​​de la familia Jewell también lo perseguirían desde las tumbas.

“¿Por qué te ríes?”. Charity parpadeó. “¿No me crees ni confías en tí? Crees que puedes controlar todo, ¿no? Cualquier cosa es correcta mientras tú creas que lo es. Del mismo modo, algo está mal si crees que lo está. Crees que nadie puede ir contra ti, entonces, ¿qué hay sobre jugar con las mujeres? Para ti, son p*tas que no tienen respeto por sí mismas, y al jugar con ellas, les muestras el respeto que necesitan y piensas muy bien de ellas. ¿Podría ser que... ni siquiera sabes lo que es la vergüenza?”.

Después de decir la última oración, Charity se detuvo por un momento. Las últimas palabras fueron como una fuerte