Al ver que Jessica no cambiaba de opinión, la furia en el corazón de Harold rugió. Sin embargo, no pudo dejarlo salir. “Jessica, piénsalo bien. Pase lo que pase, siempre he esperado que tengas una buena vida. Espera hasta que veas las verdaderas intenciones de Forrest. Si te arrepientes, puedes buscarme cuando quieras. Siempre te ayudaré”.

“De acuerdo”.

Jessica asintió. Ella no preguntó por una razón. Ni siquiera parecía estar de humor para saber más.

Era como si los apasionados sentimientos de Harold hubieran caído en agua fría. Él se sentía especialmente impotente.

“Todavía tengo muchas cosas que hacer…”. Jessica le recordó que estaba ocupada.

Harold se contuvo. Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Luego, respiró profundamente y se volteó de nuevo. “Jessica, no creo que no te hayas dado cuenta de mis sentimientos por ti. En el pasado, la familia Lennox no podía ayudarte cuando te casaste con Jordan. Yo no tenía el derecho en ese entonces. Pero te he estado esperando todos