“¿Habla en serio?”.

El corazón de Rodney dio un vuelco. A pesar de haber experimentado todo tipo de dificultades comerciales, no pudo evitar poner una mirada sombría en su hermoso rostro.

“La industria de la medicina estética en el País R no es grande. He trabajado con Sara antes, así que me enteré de esta noticia de primera mano”.

Abner decidió ser directo con él. Dijo con franqueza: “Presidente Snow, si hubiera venido a mí con esta propuesta hace dos años, seguramente habría trabajado con usted. Ciertamente, Osher solía ser la marca local más grande de Australia con las mejores instalaciones y equipos. Pero, ahora que tengo este estatus, la reputación es más importante que la remuneración. Si trabajo con usted y los productos que desarrollo no se venden bien, mi imagen será arruinada. Puedo ofrecerle excelentes productos, pero es posible que no pueda proporcionarme la mejor plataforma”.

Rodney pronto se recompuso. “Profesor Abner, cualquier emprendedor tendrá sus altibajos. Freyc