Fue solo después de que la multitud se dispersó que Freya preguntó con curiosidad: “¿La Cabina 14 de la rueda de la fortuna es tan famosa?”.

“Si. La reservé usando algunos contactos”.

Ryan se rio y le explicó: “Ya que estamos aquí, definitivamente deberíamos dar un paseo en la cabina más exclusiva”.

“Pero... esa cabina es para parejas”. Freya sintió algo extraño, pero la sensación era indescriptible.

“Qué comentario tan irrazonable estás haciendo. ¿Significa que no tengo derecho a reservar esa cabina porque soy soltero?”. En ese momento, Ryan le dio una mirada malhumorada.

“Eso no... es lo que quiero decir”, tartamudeó Freya para negarlo de inmediato.

“Nunca he dado un paseo aquí antes, y no tenía a nadie que me acompañara. Pero después de ver la atracción en línea, tuve curiosidad sobre ella”. Ryan la miró con una sonrisa. “Gracias por venir conmigo esta noche. Los fuegos artificiales estaban hermosos”.

“Yo también lo creo”.

Freya se puso el cabello detrás de la oreja y sonrió