Todos estos años, Freya había estado lejos de casa, por eso apenas acompañaba a sus padres.

Esto la hizo sentir arrepentida.

En el fondo, Ryan comenzó a sentirse nervioso. Rápidamente dijo: “Señor Lynch, Señora Lynch, si Freya vuelve a Melbourne, Dani definitivamente tendrá que regresar también. Estoy seguro que mi tío no estará acostumbrado a no ver a su nieta. Además, hasta donde yo sé, su negocio está creciendo en todo el país. Pero Melbourne es solo la segunda ciudad más poblada de Australia, y eso podría limitar el desarrollo de Corporación Lynch. Escuché que Forrest está buscando un terreno en la ciudad más poblada. Está planeando trasladar la sede de la Corporación Lynch y su fábrica”.

Forrest enarcó las cejas. “¿De quién escuchaste eso?”.

Ryan sonrió. “Freya”.

Freya se quedó sin palabras.

¿Cuándo había dicho eso?

Sin embargo, considerando que Ryan la había ayudado mucho, se quedó en silencio y lo observó fanfarronear sin exponerlo.

Forrest se quedó en silencio. Nunca le