El cuerpo de Wendy tembló de ira. “Hoy es la celebración del primer mes del bebé. Como padres, ¿no pueden ser más sensatos? ¿Por qué tuviste que fastidiar a tu esposa en este día?”.

Rodney estaba conmocionado. Él nunca pensó que Freya tendría una reacción tan grande. “No la fastidie. Ella fue la que me hizo enojar”.

La Tía Millie le gritó, “¿Quién es el que causó todo? Estábamos allí jugando al póquer, pero tú, un hombre, seguías dándole órdenes a Freya diciéndole que tenía que hacer. Tu tono estaba lleno de desprecio hacia ella, e incluso dijiste que era estúpida frente a tanta gente. Freya estaba siendo muy amable contigo al tolerarte y no regañarte”.

“Es cierto, Rodney. No te importaba la imagen de Freya cuando estabas diciendo esas cosas hace un momento. Todo el mundo solo quería divertirse jugando al póquer. Si perdemos, que así sea. Además, las mujeres no sabemos contar las cartas como ustedes, los hombres, y tú seguías fastidiandola. Si fuera tu cuñada, le habría pedido que s