“¿Quieres… ver a Sheryl?”, preguntó Titus de repente.

“...No es necesario. Si la veo, definitivamente me regañará y dirá que te estoy seduciendo de nuevo. Ella no tiene nada bueno que decirme de todos modos”. Catherine negó con la cabeza decididamente.

“Parece que... estás muy decepcionada de tu madre”. Titus sonrió enigmáticamente. “¿Pero sabes lo rica que es? Ella podría ser incluso más rica que yo”.

“Lo sé. Ella es la dueña de la Isla Soromon, que tiene toneladas de reservas de petróleo. Ella es extremadamente rica”. Catherine se encogió de hombros.

Tito se sorprendió. “Ya que sabes eso, deberías entender que, como eres su hija, serás la mujer más rica del mundo con solo heredar una fracción de su riqueza”.

“¿Cuál es el punto de eso? Tendría que contratar un montón de guardaespaldas para que me protejan de la gente celosa. Y si no tengo cuidado, seré chantajeada y secuestrada”. Catherine se encogió de hombros y dijo de manera entretenida: “Nunca me ha faltado dinero desde que e