—Vas a saber de mí idiota. Qué se cree este guardaespaldas de cuarta. —Lo retó tomando su celular y se giró para posicionar el móvil en su oreja.—¿Que vas hacer, Alan? —Le preguntó Rose.—Voy hacer que despidan a este imbecil, que se cree para hablarme de esa manera. —Lo señaló con enojo. Leo alzo una ceja curioso de ver hasta donde podía llegar, pues no creía que fuera capaz de hacer algo, Alan era un cobarde que siempre se escodia de bajo de las faldas de su padre.—Hazlo porfavor, te lo pido. —Victoria suplico irónica y entorno los ojos—. Nos vemos mañana chicos. —Se despidió de nuevo sin dar importancia a lo acontecido y camino hacia Leo jalando de su corbata, directo hacia el auto que esperaba por ella.—¿Donde carajo vas Victoria? —Alan colgó la llamada, la cual no había tenido ningún fruto y se dirigió hacia a la omega. Leo no le gustó en lo absoluto el tono con el que le hablo aquel alfa y dio un paso hacia adelante, actuando protector, pero Victoria se lo impidió.Ella no pa
Leo se tenso cuando no entendió lo que estaba pasado, Filip se quedó estático y miró a su hija quien estaba desalineada y con los ojos casi llorosos.—¿Que esta pasando aquí? —exclamó con fuerza.Filip se quedó estático por unos segundos hasta que miró a su pequeña hija, quien escondía una pequeña sonrisa y negó cansado, tenía que suponer que algo como esto pasaría y era por eso que la decisión que había tomado era la más sensata. Desvió la mirada hacia el alfa azabache, Leo mantenía su postura recta, pero estaba molesto y era obvio con quien.—Colins vamos, quiero hablar contigo un momento porfavor... —Hablo con su voz seria y gruesa que hizo pensar a Victoria, que su plan había funcionado. Aún que estaria más segura, si su padre hubiera reaccionado de una manera más irracional.Leo se acomodo su traje y antes de salir, miró a Victoria con un gran surco en la frente. Camino detrás de Filip hasta su despacho, esa omega mimada echaría a perder sus planes y eso es lo que menos quería, p
—¿Eres tu verdad? —Ana se puso seria, algo malo presentía de todo esto y más cuando no tuvo respuesta alguna—. ¿Me estas jodiendo? Se supone que tenías un objetivo y ahora sales con que las hormonas te han ganado por una omega Leo...—No podía creerlo.Ni Leo podía creerlo pero esto era así, lo poco que se sabía acerca del tema era que una vez que encontráras a tu otra mitad sus lobos se reconocerían y no abría poder lóbulo que pudiera romper su unión, a excepción de la muerte.—Mierda Ana, se trata de la hija de Filip, sabes que no te pediría esto si no fuera realmente importante, entonces puedes hacerlo...—musito de manera exasperante. Solo suplicaba por qué no fuera lo que estaba pensando.—¡Carajo! —Ana exclamó—. Lo haré, dame cinco minutos bien.—¿Tan rápido puedes obtener los resultados? —Estaba sorprendido.—¿Olvidas con quien estas hablando? —Alzo una ceja del otro lado del parlante y Leo suspiro—. Bueno ya, eso no es lo importante.—Espero tu mensaje...—¿Que harás si Victoria
Se despertó sobresaltado, se inclinó sobre su cama de forma urgente, su pecho subía y bajaba de manera errática acompañado de un fuerte palpitar, su cuerpo entero desprendía un sudor frío y no podía controlar el temblor en sus manos.Había tenido una pesadilla otra vez. Desde hace días se repetía la misma de siempre y ya no lo soportaba más.Apretó sus puños hasta que sus nudillos cambiaron de color, la adrenalina aún no desaparecía de su interior y su lobo estaba inquieto, rasguñaba su interior queriendo salir. No era la primera vez que soñaba con el asesinato de sus padres, era como un castigo insolente que se repetía una y otra vez, como si fuera un recordatorio perpetuo, cada vez que lo hacía lo sentía más vívido que el anterior. El miedo que recorrió su cuerpo entero al ver a los alfas armados que irrumpieron en su casa el día de su cumpleaños, palpitaba en su pecho. Los ensordecedores gritos de su madre y las súplicas de su padre para que no los lastimaran, las risas burlescas d
Ana Scott era Italiana, pero tenía descendencia americana, era una adorable omega de cabello castaño, piel blanca y ojos grandes color miel, su madre había migrado desde su país de origen a Italia por mejores oportunidades, hasta que conoció a su padre y se enamoraron.De aquel maravilloso amor nació ella. A simple vista podía parecer torpe e incluso tonta, pero nada de eso estaba más lejos de la realidad. Ana tenía un coeficiente de ciento treinta que la hacía una genio, casi llegando a los ciento cuarenta y ocho de Félix.Cada uno tomó su asiento en primera clase. Mat supo administrar muy bien la herencia de sus padres, con la ayuda de su tío, se hizo dueño de unas cuantas empresas que le dejaban muy buenas ganancias, no quería saber más de negocios ilícitos, prefería mantenerse alejado de toda esa vida que había llevado a sus padres a la muerte. Al menos hasta que encontrara al Alfa que tanto estaba buscando. No le importaba si en el proceso él también perdía la vida, siempre y cua
Hacerle saber que todo lo que había hecho para llegar a donde estaba, no había servido de nada por que su vida terminaría en ese momento y en las manos de Matt Tonson, su primera víctima....Los Ángeles California.Se asomó por la terraza apenas despertó, contempló la inmensidad de su jardín y sonrió al ver el día soleado era una día perfecto, su clima favorito. Alzó las manos al aire estirando su cuerpo, puso música movida y comenzó a bailar mientras hacía su rutina de cuidado facial, se duchó y vistió, jamás salía antes de estar perfectamente arreglada, era conocida en su círculo de amistades como la omega más hermosa, no quería admitirlo pero ser reconocida por su belleza, solo aumentaba su ego y le encantaba.Bajó al comedor alegremente, Boni además de hermosa era una omega muy risueña y amable. Abrazó a su papá por la espalda mientras desayunaba.-¡Papi!...Por poco Magnus escupe su comida por la sorpresa, Viky, como le decía su él, siempre solía darle esos sustos. Sonrió cuan
Victoria llegó hasta la barra y pidió un Mei terumi, fue atendida al instante cuando sintió unas manos acariciar su cintura, entornó los ojos cuando el olor a menta llegó asta sus fosas nasales, odiaba ese olor. Alan puso su habitual expresión graciosa cuando se sentó a su lado, la pequeña y caprichosa omega que tenía como novia estaba tomando infraganti.—A tu padre no le gustará nada que estés tomando Victoria. —La miró coqueto, señalando su copa.—Ojos que no ven, corazón que no siente —dijo obvia, tomando la bebida de un trago. Alan sonrió escudriñando a la omega. "Tan hermosa como de costumbre" pensó—. Solo es un trago, es para sobrellevar estos eventos de mierda son muy aburridos carajo.—Vale, no le diré nada a Black si tú... —Tocó el muslo de la rubia. Victoria bajó la mirada y torció el gesto, molesta.—¡Quita tus manos de mí! —le exigió.—Amor, eres mi novia, y puedo hacer lo que quiera contigo mi reina. —Victoria soltó una carcajada. Era un idiota si creía eso.Alejó su man
Su omega se inquietó en su interior y no precisamente por el terror por lo podía pasar en este momento, un alfa desconocido llegó hasta ella golpeando a uno de los lobos que quería hacerle daño, sus ojos se agrandaron cuando delante de ella vio la escena más impactante de su vida.—Crees que podrás con nosotros idiota. —Sé burló uno de ellos. —Te daremos la paliza de tu vida por meterte en lo que no te importa.Leo ladeó su cabeza con suficiencia en posición de lucha, esperando el primer ataque de parte de sus oponentes. Esquivó los golpes con facilidad, se meneaban muy lentos aparte de debiluchos, entonces llegó su momento de contra atacar tecleando a los alfas, el azabache se movía de una forma que ni los ojos de Victoria eran capaz de seguir. ¿Quién era él? Se preguntó la rubia. A pesar de ver su destreza estaba temerosa de que pudieran lastimarlo, pero al final pudo respirar cuando su salvador le dio el golpe final, dejando inconscientes a los tres hombres en el suelo.Tanner tení