Unas horas después, cuando ambos estábamos satisfechos en brazos del otro, él maldijo. -Me he estado corriendo dentro de ti, Ema. Mucho. - Susurró deliciosamente en mi oído. - Sé que mi semilla no ha... cumplido su función, pero quiero saber por qué lo permites. Sentí algunos escalofríos. -En realidad no me preocupo por eso. - Dije von un suspiro satisfecho. - Desde hace algunos meses comencé a cuidarme. -¿No deseas hijos? -No me opongo a tener un par de ellos, solo que no me gustaría tenerlos con cualquier persona. Quiero comenzar una familia cuando me encuentre emparejada y sepa que él estará involucrado en la crianza de nuestros hijos. -Entiendo. Entonces, ¿Estás buscando a tu compañero? -No. -Dije en voz baja. - Ya lo he encontrado. Él se tensó a mi espalda. -No veo una marca de emparejamiento. -No la hay. Cuando lo encontré él ya se encontraba emparejado con otra hembra. Ni siquiera me dió un vistazo. Aun podía recordar claramente ese día hace unos meses. Mi hermano se
Corbin pasó a su lado sin detenerse. Yo solo les di un tímido saludo.-Parecen felices de verte. Supongo que no anticiparon tus pequeñas vacaciones. - Murmuré bajando mi cuerpo hasta estar cerca de su oreja. Luego me reí. - Creo que vas a encontrar un caos si las expresiones de alivio de todos son un indicativo. ¿Vamos directo a tu oficina?Corbin sacudió su cabeza.Nunca había estado en una manada de osos, pero no era lo que esperaba. Al terminar el túnel, nos recibió una enorme recepción de lo que parecía ser un hotel lujoso. Mis cejas se alzaron.Un enorme tragaluz quitaba la necesidad de usar cualquier otra iluminación. Era como si hubieran perforado la maldita montaña hasta su pico. A nuestro al rededor, un montón de aberturas en la roca del que entraban y salían osos.Él nos condujo hacia una en la que no nos cruzamos con nadie durante el corto trayecto por "el pasillo". Topamos con la siguiente bifurcación que se dividía en al menos cinco caminos y luego él solo tomó una de e
-Quizá sea un poco estúpido que lo pregunte ahora mismo, pero... ¿Tu madre es la hembra Alfa de la manada? Había ropa para ambos cuando salimos del baño. Ni siquiera pregunté de dónde vino, solo usé la muy cómoda sudadera y los pantalones ajustables alegremente. Después Corvin me guió y ahora nos encontrábamos en un enorme comedor en donde, y cito, "Madam Gissell pidió un banquete de bienvenida".-Lo es hasta que el Alfa consiga una pareja. - Dijo encogiéndose de hombros como si todo estuviera bien en el mundo.-Eso te hace a ti, su unico hijo, el Alfa. - Dije despacio.-Si. ¿Quieres más cordero?-Por favor.Así sin más. Hey Ema, no te lo había dicho, pero soy el Alfa, ¿Quieres postre?Irreal.Bueno, si él lo tomaba como si no fuera nada, entonces yo también lo haría. Con eso decidido, repetí unas tres veces el postre: Helado de vainilla sobre manzanas.Terminamos de comer y yo era una hembra feliz.-Hora de pasar a la oficina. - Dijo tomando mi mano para ayudarme a levantarme. - Pu
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.-Yo... ¿Necesitas transporte?-No estoy tan lejos, puedo correr...-Ah, entonces yo le avisaré al Alfa si es que llegas después que él. Ten un lindo día, Ema.Y colgó.Sacudí la cabeza preguntándome qué era lo que acababa de suceder y luego di un par de clics a la computadora de Corbin.Me eché a reír.Su "virus" era una para nada sugerente sucesión de fotografías de cafeteras nuevas que aparecían como fondo y protector de pantalla. Lo eliminé y puse un bonito bosque.Salí de la oficina y le sonreí al ver que me esperaba en la pared opuesta. Su madre había desaparecido.-Pienso que tu virus seguirá apareciendo si no compras algo decente en el que puedan servirse un buen café. Él gruñó. -Y yo pienso que todos aquí tienen suerte de que necesite personal.La habitación se puso tensa, pero yo lo sabía mejor. Si de verdad le molestaran sus pequeñas bromas, ya habría pedido nombres.Le tomé la mano.-¿Me das un recorrido antes de que me va
Seguí el olor de Corbin hasta llegar a su habitación. Una habitación con la puerta abierta. Lo encontré sobre su cama restregando mi vestido sucio por su cara. Parpadeé. -¿Qué sucede, Ema? - Preguntó sin inmutarse. -Eh... - Me aclaré la garganta. - Frazadas. Si, venía a preguntar si tenías un par extra. -Las frazadas están al pie de la cama de invitados. ¿No las viste? -No. -Susurré. Él seguía sin cortarse sobre... lo que sea que estuviera haciendo con mi vestido. Después de un largo minuto de silencio, por fin apartó la cosa de su cara y me miró. -¿Tienes frío, dulce Ema? Asentí. -¿Qué es lo que realmente necesitas para calentarte? -Una chimenea. Él se echó a reír. -No tengo una de esas en este lugar. Dió algunas palmaditas a su lado y de pronto me encontré subiendo a su cama. Giró todo su cuerpo hasta que ambos estuvimos recostados frente a frente. -Ema, siempre he sido un hombre muy directo. Te he hecho saber que te veo como una potencial pareja, a
Me encontraba relajándome en el baño de Corbin después de una muy larga semana de trabajo.Él y su madre eran bastante ambiciosos y no perdían la oportunidad de conseguir nuevos clientes, así que no había tenido un descanso. Incluso había trabajado algunas horas extras que me fueron pagadas en efectivo... y con un montón de orgasmos al final de mi día, pero eso último lo consideraba un bono.También trabajaba horas extras enseñándole modales al grandulón. ¿Pueden creer que era más probable que dijera "lo siento" a un "gracias"? A mí me gustaban los hombres con modales, así que se lo hice saber y al siguiente día ya era un alumno que me prestaba atención. El día después me consiguió unas gafas de montura a las que vi con una ceja arqueada.Él se encogió de hombros.-Me pone jugar a la maestra y el buen alumno.Se lo permití solo porque me había convencido de ponérmelas usando su lengua por muchas horas. Merecía un premio, ¿No?Escuché el ruido de la puerta y abrí un ojo.-¿Quién osa m
Regresé al cuarto en donde había puesto mi ropa, me vestí y fuí hacia el sitio que parecía ser la enorme recepción de la manada. Estaba... saturado de osos. -Ahí está. - Gruñó con fuerza Corbin y los osos me dieron espacio para avanzar. Caminé tímidamente ante la mirada de todos los osos hacia Corbin que se encontraba encima de un escritorio. Me tendió una mano y yo subí junto a él. -Ésta hembra es mi elección de pareja. - Gruñó a todos. - Si alguien tiene alguna queja, puede hablar ahora. Hubo silencio en el lugar. Solo duró unos segundos hasta que un macho levantó la mano. -Tengo una pregunta para ella. Miré a Corbin, él se encogió de hombros. -¿Si? -¿Sabes hornear? -No. Una ola de coros decepcionados sonó por todo el lugar. Incluso vi a algunos cachorros comenzar a llorar. -¿Qué hay de la pastelera? - Preguntó una voz al fondo. -¡Si!, ¿Qué hay con ella? -Gritó otra voz. -¡Ya les dije que esta emparejada y que de todas formas no me interesaba! ¡Joder c
Un oso. (Día de la unión del Alfa) Stella había llegado unos minutos antes al lugar y me puso a custodiar el pastel para que, y cito, "dure más de cinco minutos en las golosas manos de tu manada". Era un honor y un privilegio ya que sabía que Stella pagaba los favores con cualquier delicia horneada que pidiéramos. Había sido así desde que la conocí y decidí seguirla para protegerla de cualquier peligro. Esas manos nunca deberían de ser lastimadas por nada del mundo; era una lástima que fuera humana, así que ponía extra cuidado en mi trabajo. Mi Alfa estaba bien con ello, por lo que todo estaba bien aunque viviera actualmente en la manada de los lobos. Creo, sin temor a equivocarme, que nunca habíamos tenido tanta apertura con otras manadas como ahora. Estaba seguro de que todo era una increíble cadena que comenzaba con la humana pastelera. ¿Quién hubiera pensado hace cincuenta años de que lobos, osos y were gatos entrarían y saldrían de otros territorios a voluntad? Incluso