Leo abrió sus ojos, pero sintió que su mundo se venía abajo, todo lo daba vueltas, trato de ponerse de pie, pero se fue de espalda, solo que al caer se cortó sus manos con los vidrios rotos de la botella que la noche anterior y lo destrozó contra la pared.Tomó la pijama que tenía aún en sus manos y la enredó en ella, volvió a ponerse ese pie y aunque todo su mundo daba vueltas, siguió su camino deteniéndose de las paredes, salió de la casa de Julia y subió al auto, gracias a dios había llamado a su chófer, de lo contrario se había matado en el camino.—Julia, Julia. —Leo abría y cerraba los ojos y a y otra vez, aún no entendía por qué Julia no salía de su cabeza, toda la noche en tubo en sus pensamientos incluso en sus sueños.El chófer no duró mucho en llevarlo a la mansión Rossi, se bajó del auto y fue directo hacia la puerta trasera la abrió y sacó a Leo, quien todavía seguía con su mano izquierda llenas de sangre, y en su mano derecha la foto de ella, de Julia.Al abrir la puerta
Julia había tenido un día bastante difícil, había tomado la decisión de retirarse la universidad, además de que anduvo buscando trabajo con tan mala suerte que no había encontrado ninguno, ya era de noche y ahora solo quería ir a descansar, pero su auto aún estaba varado y por eso lo había dejado en la universidad, pero después vería la forma de ir por él.Está noche estaba haciendo un frío infernal así que tomo su abrigo y lo apretó con gran fuerza a su pecho, pero una figura pequeña llamó su atención, ella la conocía de esto estaba segura.—¡Victoria!, ¿Eres tú? —pregunto agachándose hasta quedar de la pequeña.Victoria dejó salir una sonrisa de alegría, pues era una cara conocida, además que ella quería muchísimo a Julia, pues ella se había ganado su cariño.—¡Julia! —grito Victoria colocándose de pie para después colgarse del cuello de Julia, la cual no paraba de reír.Era tanta la efusividad de Victoria que Julia la abrazo y soltó un suspiro ahogado, pero era hora de preguntar po
Leo se detuvo cuando vio a Julia subirse en un auto, maldijo, pues como era posible que ella subiera a un auto de un desconocido, en verdad que eso le daba más ira, pero no la iba a seguir, de eso estaba seguro, ahora tenía una prioridad más, su hija, así que decido volver con su pequeña, después de todo ya estaba de nuevo en su hogar.Leo volvió a su casa, y al entrar fue rápido a la habitación de su pequeña Victoria, estaba impaciente por verla y contestar que nada malo le hubiera pasado, abrió la puerta y caminó con pasos firmes hasta la cama de su pequeña.Leo dejó salir un suspiro de tranquilidad, en verdad si pequeña estaba a salvó, y aunque no quiera admitirlo era gracias a Julia. Leo decidió acostarse a un lado de su pequeña victoria, quería protegerla y estar ahí para cuando despertara, así que rodeo sus gruesos y grandes brazos alrededor del cuerpo de la pequeña hasta quedarse profundamente dormido.Por otro lado, Julia temblaba del frío, pues estaba completamente mojada, to
Leo bajó a su pequeña de sus piernas, se puso de pie y caminó hacia el espejo en donde vio al horrible monstruo en que se había convertido, él no solía ser así, él era para todos, para él mismo un hombre pacífico, al cual le gustaba tratar bien a las demás personas, pero se había convertido en una bestia y todo gracias a su esposa, a la cual ya no podía reclamarle absolutamente nada, a menos que resucitará.Cosa que no era ni muy descabellado que digamos, pues su querida esposa estaba más viva que nunca, pero no era hora de volver con él, todavía no, para eso había un momento preciso y Lucas se encargaría de decirle cuando y donde, todo era cuestión de tiempo.Leo, decido que el día de hoy no saldrá a ningún lado, estaba cansado y quería cuidar a su pequeña, solo que debía esperar unas horas, pues Victoria se había ido a su escuela, pero aún así Leo decidió quedarse todo el día encerrado.Solo hasta que un papel tirado en el piso llamó su atención, camino hacia el y lo tomó en sus man
Leo se paralizó por completo, y no supo como reaccionar, solo voló por el aire del gran impacto que le dió el auto, cayendo varios metros adelante, nadie se bajó del auto, solo puso el pie en el acelerador una vez más y huyó.Julia corrió tanto que no se dió cuenta del accidente que acaba de pasar, de seguro si se hubiera dado cuenta hubiese dado vuelta y hubiera regresado a donde Leo yacía inconscientemente, varias personas bajaron de sus autos, y tratando de auxiliar al pobre hombre, solo que no había forma de moverlo, pues su cuerpo no se veía muy bien que digamos.La ambulancia no demoró mucho en llegar, pues alguna alma samaritana había llamado, los paramédicos, bajaron de la ambulancia junto con una camilla.Colocaron un cuello ortopédico y lo subieron a la camilla, mientras al otro lado de la calle un policía subía el auto a una grúa, pues el auto llevaba tiempo ahí y nadie se acercaba a moverlo.Solo que Leo no podía, él estaba dentro de una ambulancia con dirección hacia un h
Hoy Julia se despertó con una de las mejores noticias que pudo recibir en el último tiempo, Julia había sido aceptada en un trabajo, tantas hojas de vida que pasó y una salió. Ella sabía que no era a lo que estaba acostumbrada, pero era algo que le iba a ayudar a salir de esta crisis. El sol nuevamente está brillando para Julia, ella llega a un sitio ubicado en una zona muy peligrosa, cuando entra observa alrededor, no es el lugar más bonito que ha pisado, pero sus necesidades la impulsan a sobrevivir, ella se coloca el delantal sobre su ropa, el cual adorna perfectamente su figura, cuando precisamente va a preparar los cafés que se deben en las mesas, su frente no para de sudar es un trabajo bastante pesado y aunque ganará muy poco, será un grano de arena para poder salir adelante. —¿Julia cuánto tiempo, para atender a la mesa cinco? La verdad es que no puedo con tanta lentitud, señorita es que me tiene ya impaciente —el dueño del negocio no deja de gritar, de un momento a otro se
Julia luego de horas de caminar llega hasta la universidad, su auto aún está estacionado, sus pies ya estan prácticamente raspados, había olvidado por completo que estaba varada, ella lo abraza mientras se está lamentando en su mente, solo espera que aparezca Leo para gritarle en su cara que no lo ama, aunque sería una gran mentira, ya esa actitud fue el tope de todo e intentar de nuevo algo no lo va hacer, le va demostrar que si puede por eso lo mejor será que continúe intentándolo, una voz la deja quieta y ella pega un brinco inesperado. Levanta su cabeza con sus manos sobre su corazón, ella se da cuenta que es Ethan, su amigo de la universidad, eso la hace sentir mucho más incómoda y con ganas de querer escaparse de una vez, toda para no tenerlo tan cerca eso la hace recordar que aun con toda la grosería solo amara a Leo. —No puede ser ¿Te asuste? Julia esa intención no era precisamente la que yo tenía, solo quería ver una sonrisa, sabes que me gusta la manera tan bella en la que
La sonrisa de los labios de Ethan difícilmente desaparece, él siente una dicha que no pretende perder por nada en el mundo, ya que de algo le debe servir tener dinero, él llega hasta donde su amigo de la universidad todo lo hace como un gesto de agradecimiento, Ethan será capaz de cualquier cosa con tal de verla sonreír de nuevo, entiende muy bien que su compañía tal parece que si le agrada.—¡Hola! No podía dejar de agradecerle. —Ethan choca sus manos con uno de los amigos de la universidad, él cual tiene una risa entre sus labios.—Es la primera vez que te veo tan interesado en una mujer, aunque no puedo negar que Julia es muy bella, yo la verdad prefiero las chicas que son más extrovertidas —dice el amigo de Ethan, sin parar de reír.—Supongo que las cosas que se sienten de verdad son difíciles de ocultar, yo necesito que usted finja, así como me escucha, ella tal vez nunca lo ha visto, es decir aún no es el tiempo indicado para yo parecer su héroe, prefiero mantener un bajo perfil